La Escort

una nueva amistad

Pov Poche

Llegamos a la casa de Calle y estaba muy nerviosa, se notaba que Calle era de dinero, su casa por fuera era ¡enorme! Óscar tocó la puerta tres veces, yo estaba nerviosa ¿Y si Calle es la que abre la puerta? No sabría que hacer o qué decir, si es así.

- ¡Hola Oscarin! — Una señora muy idéntica a Calle saludo a Óscar.

- ¡Hola Mafecita! Vine porque Poche y yo estamos buscando a Calle — La mamá de Óscar me vio rápidamente cuando escucho mi nombre, me dio una sonrisa muy dulce y me abrazó.

- Es un gusto Poche, Calle me ha hablado mucho de ti.

Me sonroje un poco, Calle le ha hablado a su mamá de mí, ¿Que tanto le habrá dicho?

- Es un gusto señora — La saludé con una sonrisa.

- El gusto es mío y no me digas señora, dime Mafe o si se te hace muy largo, mejor dime suegra — Mafe me guiño un ojo y ¡Dios santo! si antes estaba roja ahora estoy súper roja.

- Mafe está bien — Le dije queriendo esconder la cara.

- Pero atendiendo su pregunta, Dani no está chicos, ella se fue de viaje y no me dio mayor información, solo me dijo que necesitaba viajar, que se encontraría con su padre y que me llamaría por la noche.

- ¿Cuando se fue Calle? — Óscar preguntó muy curioso.

- Ella se fue por la mañana, vino prácticamente corriendo y no se llevó mucha ropa, con decirles que ni me dijo donde iría — Mafe nos explicó.

Quería llorar de nuevo, ésto es mucho peor que lo que pensé, tenía la esperanza de verla y que me dijera que salió por alguna emergencia, que me inventara cualquier excusa tonta pero no... Ella simplemente se marchó.

- no le dijo ¿Cuándo volverá? — le pregunté sintiendo mi voz quebrarse.

- No, no me dijo pero cuando volverá, pero cuando ella llame le diré que vinieron a buscarla y... (La interrumpí)

- No, ¡Porfavor no le diga que vinimos! No tiene caso — Mafe me vio confundía pero asintió.

- Muchas gracias Mafecita, nos vemos al rato — Óscar le dijo a Mafe.

- cuídense chicos — Mafe dijo por último y cerró la puerta.

Mi corazón bombeaba muy rápido, me costaba respirar, sentía que todo mi mundo se había venido abajo, ella era mi mundo, que haré con todo ese amor que siento por ella, Daniela se metió en mi mente y en mi piel, no entiendo porque ella jugo de esa manera conmigo.

- Poche ¿Estás bien? — Óscar me preguntó preocupado.

- Sí, estoy bien — fingí la mejor sonrisa que pude.

- Creó que no es así, ¿Quieres ir a tomar un café para que hablemos y te sientas mejor? — Óscar me preguntó.

- No creó que sea buena idea.

- ¡Vamos! Te servirá un poco de compañía — Óscar me alentó con una sonrisa.

- está bien vamos.

Llegamos al café de siempre, Óscar ordeno dos capuchinos y dos pasteles de chocolate, yo no tenía ganas de nada, solo quería encerrarme en mi habitación y llorar hasta quedar sin lágrimas.

- Óscar en un momento vuelvo, iré al baño — Le dije queriendo echarme un poco de agua sobre la cara.

- Está bien Poche, aquí te espero, pero no tardes — Óscar me dijo y yo asentí con una sonrisa de boca cerrada.