34.

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Amélie Larsson.

A la mañana siguiente, era Sábado. Lo normal era que todos nos levantáramos un poco más tarde y bajáramos a desayunar, pero creo que no fui la única que se arregló antes para bajar. Estaba en la sala Común de Slytherin esperando a que Tracey bajara cuando vi que entro Pansy ella se sorprendió al verme.

—Larsson.

—Párkinson.

–Yo.. he... ¿Qué haces levantada tan temprano?—frunce el ceño acercándose.

—Bueno, creo que no se puede dormir. La mayoría se levantó antes.—expliqué.—¿Tú? ¿Acaso no dormiste aquí?—mire rápidamente que traía todavía su pijama.

—No.. digo ¡Sí! Sí dormí aquí.—hablo rápidamente.—Lo qué pasa es que tuve que hacer unas cosas de urgencia.

—Entiendo.–murmuré.

—¿Y Draco?

—No lo se.—me encogí mis hombros.—No se si ya este en el Gran Comedor.

—Está bien.—se da vuelta, Tracey se acerca a mi confundida una vez que Pansy no está.

—¿Qué fue eso?

—Créeme que ni yo se, Pansy ha estado rara ¿No crees?—pregunte mientras salíamos directo al Gran Comedor.

—Sí, creo que hasta ha evitado a Draco... por ahí me dijeron que se la pasa mucho con Luna.—murmuro.

—¿Luna? ¿Luna Lovegood?

—Sí, quien sabe que se traerán.—apretó sus labios.—Mira, allá está tú enamorado.—volteo al vestíbulo donde se encontraba Ron, Hermione y Harry.—Sí quieres ve a saludarlo, te veo adentro.

—¿No quieres ir?—la invité.

—No, gracias.—sonrió.—Te veo allá.—asentí.

Me acerqué a los chicos, mientras me paraba de puntitas atrás de Ron tapando sus ojos el rápidamente se exaltó.

—¿Qué... quién es? ¿Eres tú Fred? ¿George?–pregunto rápidamente queriendo zafarse pero me hice un poco para adelante aún en puntitas, Harry se aguantó la risa.—¡Chicos, díganme!

—Soy alguien que quieres.—susurré en su oído, su piel se erizó al escucharme y lo solté haciendo que se girara hacia mi sonriendo.

—Amélie Larsson.—pronunció y me dio un beso en la mejilla.—¿Te tuviste que parar de puntitas, eh?

—Eres muy alto.—me queje.

—Ni tanto.—humedeció sus labios.

—¿Ya ha dejado alguien su nombre?—pregunté viendo el cáliz de fuego que se encontraba en el centro del vestíbulo encima del taburete sobre el que se ponía el Sombrero Seleccionador.

—Todos los de Durmstrang.—contestó el.—¡Hey, eso acabo de preguntarle a un chico!

—El uno para el otro somos.—reí.—¿De Hogwarts nadie?

—Parece que nadie hasta el momento.—comentó Hermione, asentí.

—Seguro que lo hicieron ayer después de que los demás nos acostáramos a dormir.—dijo Harry.— Yo lo habría hecho así si me fuera a presentar: preferiría que nadie me viera. ¿Y si el cáliz te manda a freír espárragos?

Alguien se rió atrás de Harry, todos volteamos y vimos que eran Fred, George y Lee Jordan que bajaban las escaleras muy emocionados.

—Ya está.—nos dijo Fred en tono triunfal.—Acabamos de tomarla.

—¿Qué cosa?—pregunto Ron.

—La poción envejecedora, cerebro de mosquito.—respondió Fred.

—Una gota cada uno.—explicó George frotándose las manos.—Solo necesitamos ser unos meses más viejos.

—Sí uno de nosotros gana, repartiremos el premio entre los tres.—comentó Lee Jordan.

—No estoy muy convencida de que funcione, ¿saben? Seguro Dumbledore ya pensó en eso.—les advirtió Hermione.

Los tres chicos la ignoraron.

—¡Deséanos suerte cuñadita!—exclamo emocionado Fred, sonreí.

—Suerte, cuñados. Los apoyaré en todo momento.

—¿Cuñados?—preguntaron al unísono Hermione y Ron, me reí.

—Lo digo por qué el me dijo que les deseara suerte.—encogí mis hombros.— así que ¿por qué no?

—¿Cómo no quererla?—preguntó George viendo a los demás sonriendo.

—¿Listos?—les dijo Fred a los otros dos, temblando de la emoción.— Entonces, vamos. Yo primero...

Fred sacó de su bolsillo un pergamino con las siguientes palabras; Fred Weasley, Hogwarts. Fred avanzó hasta el borde de la línea y se quedó allí, balanceándose sobre las puntas de los pies como un saltador de trampolín que se dispusiera a tirarse desde veinte metros de altura. Luego, observado por todos los que estábamos en el vestíbulo, tomó aire y dio un paso para cruzar la línea.

Todos creímos por un segundo, que había funcionado. George, desde luego, también lo creyó, porque profirió un grito de triunfo y avanzó tras Fred. Pero al momento también se escuchó un chisporroteo y ambos hermanos se vieron expulsados del círculo dorado como si los hubiera echado un invisible lanzador de peso. Cayeron al suelo de fría piedra a tres metros de distancia, haciéndose bastante daño y para acabarla sonó un ¡plin! Y a los dos les salió de repente la misma barba larga y blancas.

Todo el vestíbulo nos soltamos a carcajear viendo a los gemelos. Incluso Fred y George se rieron al ponerse de pie y verse cada uno la barba del otro.

—Se los advertí.—dijo la voz profunda de alguien que parecía estar divirtiéndose, volteamos a la salida del Gran comedor encontrándonos con el profesor Dumbledore. Examinó a Fred y George con los ojos brillantes.— Les sugiero a los dos que vayan a ver a la señora Pomfrey. Está atendiendo ya a la señorita Fawcett, de Ravenclaw y al señor Summers de Hufflepuff, que también decidieron envejecerse un poquito. Aunque tengo que decir que me gusta más su barba a la que a ellos les ha salido.

Fred y George salieron directo a la enfermería mientras los demás nos quedábamos viéndonoslos desaparecer por el pasillo aún riéndonos.

Entramos al Gran Comedor, y habían cambiado su decoración; Una nube de murciélagos vivos revoloteaba por el techo encantado mientras cientos de calabazas lanzaban macabras sonrisas desde cada rincón.

Me despedí de los chicos para acércame a la mesa de Slytherin y sentarme junto a Malfoy quien tenía su mirada puesta en la mesa de a Gryffindor.

—Warrington ya echó su pergamino en el cáliz.—me aviso Malfoy sonriendo.—Ojalá quede como campeón.

—Esperemos.—sonreí.—Oye Malfoy..

—¿Sí?

—¿Todo bien con Pansy?

—Eh...—se quedó callado.—Sí ¿Porqué?

—Solamente preguntó.—comenté.—ya no los he visto juntos.

—Ha estado rara últimamente, quien sabe que traerá.—apretó sus labios.—pero mejor para mi ¿no? Así no anda de encimosa todo el día.

—Como digas.—canturree.

—Créeme que es lo mejor, aunque me gusta cuando está detrás mío.—dijo sonriendo egocéntricamente.

—Como la mayoría de Hogwarts.—dije burlesca.

—Tú si sabes, Larsson.—pasó su mano por su cabello peinándolo, rodé los ojos sonriendo.

Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora