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—Acompáñame,Amélie.

—¿A donde?

—¿Confías en mi?—murmuró extendiendo su mano, lo mire unos segundos y sonreí y le di mi mano entrelazándola con la suya.—Vámonos de este baile.

Salimos corriendo para la entrada del Gran Comedor antes de salir, me di cuenta que en una mesa estaban Pansy, Draco, Goyle, Tracey los cuatro nos veían, solo reí y junto con Ron salimos al pasillo, el seguía corriendo guiándome mientras nos reíamos, con la otra mano levante mi vestido para no caerme.

—Bueno, ahora... desde aquí ya no puedes ver.—sonríe.—Te tapare los ojos con mi corbata.—la saca de atrás meneándola un poco.—Date vuelta.

—Esto.. me parece sospechoso.—confesé pero me di vuelta, el puso su corbata en mis ojos dejándome a ciegas al instante. Puso sus manos en mi cintura y el estaba atrás mío, sentí el aliento en mi cuello.

—Sí quieres dame tu mano derecha.—se la di y el la agarro apretándola mientras la otra la mantenía en mi cintura.—Ya puedes caminar, confía en mi... no dejaré que te caigas Amélie.

Asentí con la cabeza, humedecí mis labios empezando a caminar un poco desconfiada en donde pisar, escuche como se abrió una puerta, apreté su mano más fuerte y el río sonoramente.

—Ahora te soltare, no te quites la corbata hasta que yo te diga ¿Entiendes?—preguntó soltando mi mano con delicadeza, yo asentí levemente, escuchando pisadas alejándose.–Bueno, ya puedes mirar.

Me quite la corbata, y parpadee unos segundos para después encontrarme que estábamos en la biblioteca, solo que ya no había mesas, en el piso había pétalos de rosas por todo el suelo,habían unas cuantas velas flotando arriba nuestro alumbrando la biblioteca, sonreí al verlo.

—¿Y esto a que se debe, Weasley?—pregunte mientras me acercaba quedando frente el, agarro mis manos y apretó sus labios, sus manos temblaban.

—Te quiero preguntar algo, Amélie.

—¿Sí?

El se agacha aún sosteniendo mis manos hincándose con su pierna derecha flexionada,levantó su cabeza haciendo contacto visual conmigo.

—Quiero que sepas que eres una chica muy especial para mí. Cuando estoy contigo me siento muy feliz y no solo porque te considero mi amiga, sino porque desde hace mucho tiempo estoy enamorado de ti.—comentó nervioso y sonrojado, su cara estaba roja al igual que su cabello.—Pienso tanto en ti que no es raro verte en mis sueños y es justamente un sueño el que quiero hacer realidad hoy. Te quiero confesar mi amor y saber ¿si juntos podemos comenzar una hermosa relación?

—Ron......—mi corazón empezó a latir más rápido, el cosquilleo se hizo presente.— ¡Sí, sí y sí!

El sonrió a más no poder mientras se levantaba rápidamente sujeto mi cara con sus dos menos estampando sus labios con los míos, fue un beso tierno, sus labios se movían al compás de los míos, se separó unos centímetros de mi cara aún sonriendo y me Lo un beso corto en los labios para después abrazarme.

—¿Está era la sorpresa?—pregunte en su oído, el se separó de mi.

—Sí.—apretó sus labios.—No estaba muy seguro si te iba a gustar... Fred y George aseguraron que si.. ellos me ayudaron.. en todo prácticamente.

—No me sorprende que Fred y George te hayan ayudado.—reí al igual que el.

—Querían quedarse a ver todo, pero los corrí de aquí antes de traerte.–puso sus manos en mi cintura y me atrajo a él.

—Yo creo que ellos son nuestros fan número uno.—comente burlesca.

—Oh, no lo dudes.—contesto igual que yo y me dio un beso en la mejilla.— No sabes lo feliz que me hace que hayas aceptado ser mi novia, Amélie. Toda la noche me la pase nervioso, por poco me vomitaba.

—Yo pensé que estabas así por cómo te veías.

—También.—infló sus mejillas.—Pero cuando fuiste a nuestra habitación y me dijiste que me veía guapo para ti, que aún así querías ir conmigo... se me pasó, solo no quería arruinar esto.

—Está todo muy bonito, muchas gracias por tomarte el tiempo Ron.—acaricié su mano con mi dedo pulgar.

—Para ti, lo que sea bonita.—se acercó a mi juntando nuestros labios de nuevo.

~.~

Eran pasada la 1 de la mañana cuando íbamos por el pasillo Ron y yo con cuidado de que no hubiera nada, me iba a acompañar hasta las mazmorras para después el regresarse a la torre de Gryffindor.

—Gracias por esta maravillosa noche.—agradecí sonriendo, el se acercó aún más a él besándome y acariciando mi mejilla.

—Gracias a ti por darme una oportunidad, Te veo mañana.—me dio un beso corto y se dio vuelta camino unos pasos pero después se de volvió estampando sus labios con los míos, se separó de mi y me abrazó.—Perdón, es la emoción.

–Tú no te preocupes.–murmuré, se dio vuelta al igual que yo camine para después dar la contraseña y entrar, fui directo a mi habitación, me puse la pijama y me metí a la cama para dormir.

~.~

Regreso a clases. Salimos del castillo con pereza yendo a la cabaña de Hagrid pero para nuestra sorpresa al llegar no se encontraba el sí no a una bruja anciana de pelo gris muy corto y barbilla prominente.

—Dense prisa, vamos, ya hace cinco minutos que sonó la campana.—nos gritaba a todos los de Slytherin, ya que los de Gryffindor se encontraban junto a ella.

—¿Quién es usted?—preguntó Harry.

—Soy la profesora Grubbly-Plank—dijo con entusiasmo.—la sustituta temporal de su profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas.

—¿Dónde está Hagrid?—repitió Harry.

—Está indispuesto.—respondió lacónicamente la mujer.

Draco soltó una carcajada haciendo que todos los de Gryffindor nos voltearan a ver mientras nos acercábamos.

Una vez al llegar ahí me acerqué a Ron quien no dudó en darme un beso corto en los labios, al separarnos todos nos estaban viendo confundidos, Malfoy tenía su ceño fruncido como si tratara de entender que acababa de pasar, Harry solo sonreía al igual que Hermione, Ron sonrió y pasó su brazo por arriba de mis hombros. No habíamos confirmado nuestra relación, hasta hoy.

—Por aquí por favor.—nos dijo la bruja, y se encaminó a grandes pasos hacia el potrero en que tiritaban los enormes caballos de Beauxbatons.

—¿Qué le pasa a Hagrid?–volvió a preguntar Harry alcanzando a la mujer.

—No te importa.—respondió ella, como si pensara que el trataba de molestar.

—Sí me importa.—replicó Harry acalorado.—¿Qué le pasa?

La bruja no hizo caso, siguió avanzando y nosotros detrás de ella hasta llegar a un árbol donde había atado un unicornio grande y muy bello.

Muchos exclamaron un "¡ohhhhhh!" Al verlo.

—¡Los hombres que se echen para atrás!—exclamó con voz potente la profesora Grubbly-Plank, apartándonos con el brazo que le pego a Harry en el pecho.—Los unicornios prefieren el toque femenino. Las que gusten pasen adelante y acérquense con cuidado, vamos...

—Iré a ver.—le avise a Ron quien me sonrió, Hermione ya había avanzando, me acerqué con las demás para tocar al unicornio.

—Con cuidado, Chicas...

—Amélie.—pronunció Hermione, la mire.—Malfoy está hablando con los chicos.—apuntó a donde se encontraban hablando, fruncí el ceño.

—De seguro los está molestando, Granger.—dije al ver cómo Malfoy les entregaba el periódico.

—¿Deberíamos ir?

—Me mordí el labio.—Vamos.

Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora