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Amélie Larsson.

La historia del vuelo de Fred y George a la libertad fue repetida tan a menudo durante los días siguientes. Frecuentemente se escuchaba por los pasillos a los estudiantes decir;

"Honestamente, algunos días me siento con ganas de saltar a mi escoba y dejar este lugar."

"Otra lección cómo está y podría simplemente hacer lo que los Weasley."

—Ya no soporto a Miss pastelitos.—se quejó a mi lado Blaise mientas nos encontrábamos en el Gran Comedor.—Se acercan los TIMOs, y un día antes de ellos estaremos como locos sin dormir en las mazmorras todos.

—Es que un día antes no se duerme, Blaise. Tenemos que repasar muchas cosas.—le advertí.—Será un caos en la sala común, todos los de quinto estaremos estudiando.

—Quiero que se pase todo, solo quiero regresar a casa y dormir.—dijo Blaise.—Solo pido eso, ya estoy harto de la escuela.

—Tú siempre lo estás, Blaise.—repliqué.

—Lo se , lo se.—suspiró.

—¿Has visto a Draco?—le pregunte viéndolo.

—Creo que está en su habitación, dormido.—dijo con la boca llena.—No se sentía muy bien, algo así me dijo Goyle cuando pregunte por el hace rato.

—Iré a verlo.—murmuré levantándome.—¿Esta bien que te quedes solo...?—Theo entro al Gran Comedor.—O bueno hay viene Theo.—se empezó a ahogar con la comida.—¿Estás bien?

—Yo... sí.—tose.—Sí estaré bien.

—Hola chicos.—saludo Theo sonriendo.

—Hola y Adios.—dije.—Los dejó.

Y antes de que pudiera decir algo, me aleje de ahí, volteé a verlos, Theo se sentó frente a Blaise algo tímido, sonreí y salí del Gran Comedor rumbo a las mazmorras.

Una vez allá, fui hacia la habitación de Draco, toque la puerta de adentro se escuchó un "adelante." abrí la puerta, Draco se encontraba acostado viendo el techo de la habitación, cerré la puerta tras mío y me acerqué a él.

—Se me hizo muy raro no verte en el Gran Comedor.—le comente acostándome a su lado, sus mejillas se encontraban un poco rojizas, estaba sin camisa y solo tenía el pantalón del uniforme, sus brazos los tenía flexionados y atrás de su nuca.

—No me siento muy bien.—admitió arrastrando la voz.—Preferí quedarme un rato aquí.

—¿Qué tienes?—le pregunte, toque su frente y tenía temperatura, fruncí el ceño.—Malfoy estás hirviendo.

—Lo se.—dijo cerrando los ojos.—Me imagino que mis mejillas están rojizas.

—Lo están.—afirme.— ¿No has ido con Pomfrey?

—Iba a ir, pero me quedé aquí.—murmuró y humedeció sus labios.

—Bueno, deberías ir.—dije preocupada, el abrió sus ojos y se acosto de lado viéndome, se levantó un poco y puso una mano bajo mi oreja con su dedo pulgar en mi mejilla acariciandola se inclinó un poco juntando nuestros labios.

—Tú estás fría, yo siento que me estoy quemando.—murmuró con voz ronca volviéndose a acostar.—Y no es como me gustaría estar caliente.

—No seas pervertido.—dije riéndome, el soltó una risita mientras volvía a cerrar sus ojos.

—Había estado pensando en la vez que Parkinson me contó que estaba enamorada de Lovegood, me acuerdo bien que le dije "Luna es la persona más tierna que puede haber, transmite mucha tranquilidad." Créeme que en mi mente estaba pensando "Semejante tontería estoy diciéndole para demostrarle mi "apoyo." Pero vamos, es algo que ni loco diría.—dijo junto con una risita.— No me llevo con Lovegood, pero aún así, le dije eso y créeme que no entiendo hasta el día de hoy por qué le dije eso.—apretó sus labios.— Y mira, Parkinson ahora es novia de ella, como cambian las cosas.

—Bueno, uno nunca sabe lo que va a pasar.—dije, acomode un mechón de cabello detrás de mi oreja, y me volví a acostar completamente, poniendo mis manos en mi estómago, Draco agarro mi mano derecha entrelazándola con la suya.

—Cariño, cuando salgamos de quinto año, quisiera pasar unas semanas en tu casa antes de irme a la mía.—comentó.—Mi madre quiere verte, y sabemos que lo mejor es tu casa, ya que, la mayoría del tiempo en la mía están mortífagos. Le dije a mi madre, que te lo comentaría, solo serían unos días después volvería con ella, ya que no quiero dejarla sola.—me miró.— Se siente muy sola allá.

—Sabes que pueden ir a mi casa, tengo ganas de ver a Narcissa y platicar con ella.—admití, el sonrió flojamente.

—Le mandaré una carta.—dijo el.—¿Me puedes abrazar? De verdad me siento tan casado, y lo único que quiero es estar abrazado a ti y descansar.

No dije nada, me moví un poco más con el, El Paso su brazo por arriba de mis hombros para acostarnos, puse mi cabeza en su hombro y mi brazo rodeando su cintura.

—¿Mejor?—le pregunte levantando un poco mi mirada viéndolo, sus mejillas aún seguía rojizas, sus labios rosados, tenía sus ojos cerrados, su cabello brillaba un poco, el se encontraba con temperatura, entre abrió sus labios.

—Mucho mejor.

Los volvió a cerrar para volverlos a humedecer, giro un poco su cabeza a su derecha recortándola en su hombro, me levante un poco y deposite un beso en su mejilla, el sonrió apretando sus labios sin moverse ni abrir sus ojos.

—Si te quieres ir a clases, lo entiendo. Pero yo creo que hoy faltaré.—murmuró.

—Me quedaré aquí contigo.—dije volviéndome a acostar y abrazándolo.

Cerré mis ojos un poco mientras escuchaba su respiración.

Volví abrir mis ojos, y bostecé, me levante un poco volteando a ver a Draco quien seguía dormido, sus mejillas seguía rojizas, tenía sus labios entre abiertos, no me había fijado que traía una cadena en su cuello, estaba sin camisa, el se movió quejándose y me abrazó de la cintura atrayéndome más a él.

—Amélie.—dijo dormido.

Me le quedé viendo, pero no dijo nada más, me volví a recostar a su lado. Empecé a acariciar su mejilla, siempre he dicho que Draco tiene muy lindo perfil, su mandíbula estructurada, su nariz, como su cabello lucia despeinando, sus pestañas.

La puerta se abrió, volteé rápidamente ahí apareció Goyle que entró con cuidado, al verme sonrió.

—Se ve muy mal.—dijo viendo a Draco abrazado a mi.—Lo bueno que estás con el.

~.
Buenas noches (;

Las extrañé hoy.

Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora