Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]

132.

Harry Potter.

Antes de entrar a Hogwarts, Entramos a una tienda. Parecía, a primera vista, estar vacía, pero en el momento que la puerta se cerro detrás de nosotros escuchamos una voz familiar que salió detrás de una perchas de túnicas de vestir adornadas con lentejuelas verde y azul.

—...No soy un niño, en caso de que lo hayas notado, madre. Soy perfectamente capaz de hacer mis compras solo.

—Querido, tú madre tiene razón, se supone que ninguno de nosotros, debe de andar caminando ir los alrededores solos ahora, no tiene nada que ver con ser un niño.—escuche la voz de la dueña de la tienda, Malkin.

—¡Mire donde está clavando ese alfiler, basta ya!

Malfoy salió detrás de la percha llevando una túnica verde oscura. Camino hacia el espejo, y se examinó sin haber notado nuestra presencia, una ves que lo hizo se giró;

—Sí estás preguntando que es ese olor, Madre, es una sangre sucia que está por acá.

Ron y yo sacamos nuestras varitas rápidamente apuntó a Malfoy.

—¡No creo que haya la necesidad de usar ese lenguaje!—dijo la señora Malkin mientras corría detrás de la percha de túnicas que sostenía una cinta de medir y una varita.—¡Y no quiero varitas mágicas en mi tienda tampoco!—se dirigió a nosotros.

—No, no lo hagan, francamente, no vale la pena.—susurró atrás nuestro Hermione.

—Me gustaría ver que hicieran mágica fuera de la escuela.—dijo Malfoy y miró a Hermione.—¿Quién te dejo el ojo negro, Granger? Me gustaría enviarle flores.

—¡Ya es demasiado!—dijo Malkin.—Señora... por favor...

Narcissa Malfoy salió detrás de la percha de ropa.

—Guarden eso.—nos dijo seriamente.—Si usted pincha con alfileres a mi hijo de nuevo, yo me asegurare que sea la última vez que lo haga.

—¿Realmente?—dije yo moviendo mi varita.—¿Irá a buscar a alguno de sus amigos mortifagos , para que lo hagan?

La señora Malkin gritó poniendo su mano sobre su pecho.

—¡Realmente no deben de acusar, No digan cosas peligrosas, Las varitas guárdenlas por favor!

No moví mi varita, Narcissa Malfoy sonrió desagradablemente.

—Veo que ser el favorito de Dumbledore te ha dado un sentido falso de seguridad, Harry Potter. Pero Dumbledore no siempre estará allí para protegerte...

Eche una mirada burlona por la tienda.

—Guau... mire eso... ¡Él no está aquí ahora! ¿Por qué no vemos qué pasa? ¡Puede ser que le consigan una celda doble en Azkaban con el perdedor de su marido!

Malfoy hizo un movimiento queriéndose acercar a mi, pero tropezó encima de su túnica demasiado larga. Ron rió con ganas.

—¡No te atrevas hablar así a mi madre, Potter!—gruño.

—Está bien, Draco.—dijo Narcissa.—Espero que Potter se reúna con su estimado Sirius antes de que yo me reúna con Lucius.

Levante mi varita aún más alto.

—¡Harry, no!—gritó Hermione agarrandome el brazo.—Piensa... No debes... Estarás en problemas..

La señora Malkin se inclinó hacia Draco.

—Pienso que está manga izquierda podría subirse un poquito más, querido, solamente permíteme ...

—¡Ay!—gritó Malfoy.—¡Mire donde esta poniendo sus alfileres, mujer! Madre, no creo que quiera más esta tunica.

Se sacó la túnica por encima de su cabeza y se la tiro en los pies a la señora Malkin.

—Tienes razón, Draco.—dijo Narcissa echándole una mirada despectiva a Hermione.—Ahora se la clase de escoria que hace sus compras aquí... Mejor vamos a ver a Twilfitt y Tatting.

—Oh madre, antes de que lo olvide.—sonrió Malfoy maliciosamente.— El pelirrojo aquel, fue el que engaño a Amélie con la sangre sucia de Granger.

Narcissa nos dio una mirada de desagrado.

—No la merecía, al menos ahora está con alguien decente.—dijo Narcissa.—Que si la respetara y le dará su lugar.

—Déjeme recordarle que su hijo también la hizo llorar hace años.—habló Ron.

—Sí no sabes el motivo o circunstancia del por qué recurrió mi hijo a eso, es mejor quedarse callado.Mi hijo seria incapaz de engañarla, como lo hiciste tú.—lo miró rápidamente.—los Weasley deberían mejorar sus valores.

Ron gruño a mi lado alzando su varita, Narcissa le hizo una seña a Draco ora después salir de la pequeña tienda.

—Ya vimos a quien se parece, Malfoy.—dijo Ron de mala gana.

Una vez que compramos nuestras túnicas fuimos hacia el nuevo local de los Gemelos Weasley.

Al entrar había mucha gente, caminamos entre la multitud mientras veíamos asombrados la tienda.

—Oye Ron...—lo llame mientras veía a lo lejos a Fred.— ¿Qué hace Fred con Amélie?

El volteo hacia donde estaban, Fred le decía algo y después la abrazaba ella sonrió, y traía algo en su mano, como si hubiera comprado algo.

—No lo se, No me imaginé ver a Amélie por acá.—dijo Ron confundido.

—¿Qué hace Theodore Nott aquí?—oímos decírselo Hermione, a unos pocos metros de Amélie se encontraba Nott viendo los artículos emocionado.

—Están aquí Por qué es una tienda, para todos.—volteé a nuestro lado, George sonreía.— Aquí no se le niega la entrada a nadie.

—¿Qué hace Amélie con Fred?—preguntó Ron.

—¿Sigues sin poder olvidarla ron, ron?—contesto burlonamente George.— Están hablando de algo confidencial, no puedo dar información.

—Ya la olvide.—bufo Ron.—Hay más chicas en Hogwarts.

—Claro.—le guiño el ojo George, me reí, Ron era muy malo fingiendo.

Fred y Amélie se acercaron a nosotros.

—Bueno, creo que es hora de irme.—dijo Amélie diciéndole a George, nos volteo a ver y su cara cambió a desagrado.— Gracias por esto.—levantó una pequeñita cajita.

—Un regalo de la casa.—dijo Fred sonriendo.

—¡Theo, ya nos vamos!—gritó Amélie llamando la atención del chico que camino rápidamente a nosotros.—Ya es hora de irnos.

—Claro, claro.—contestó el chico.—Buena tienda chicos.

—Vuelvan pronto.—dijeron los gemelos despidiéndose.

Los dos avanzaron hacia la salida, volteé a ver a Ron que la seguía con la mirada.

—¿Te traigo una pócima del amor?—le dije burlesco, me miró de mala manera.

—Tampoco estoy tan desesperado, Harry. Ya dije, hay mejores chicas.—dijo evitando el tema, yo reí y negué con la cabeza. Hermione no se habían dado cuenta ya que estaba junto con Ginny.