Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]

163.

Draco Malfoy.

Salimos del Gran Comedor, me apure alcanzando a Parkinson que seguía caminando apuradamente esquivando a los estudiantes.

—¿A dónde me llevas, Parkinson?—le pregunte aún sobándome el brazo, ella siguió caminando hasta que abrió un aula y se asomó para después abrirla por completa , se hizo a un lado.

—Entra.—ordena, suelto una carcajada y entró al aula, ella cierra la puerta, la volteo a ver.

—Oye Parkinson, me halagas y todo. Pero yo amo a Amélie.—le dije burlonamente cruzándome de brazos.—No puedo hacerlo.

—Cállate, Malfoy.—dijo enojada, se acercó a mi.— Necesitó hablar contigo.

—¿De?

—Luna.

—¿Me importa? No, ¿Quiero estar aquí? No, ¿Acaso crees que contándome se solucionará? No, creo que eso te contesta todo.

—Me ha estado ignorando por mucho tiempo.—comentó ignorando lo que le había dicho.—Le mande cartas en vacaciones, y no las contestó, en el tren se la pasó leyendo una estúpida revista.

—¿Le preguntaste qué tenía?

–Sí, pero me dijo que todo está bien, que sólo estaba ocupada y por eso no contesto.

—Listo, misterio resuelto.—aplaudí y camine pasándola pero ella me agarró del cuello jalándome para atrás.—¡Mi cuello!—gruñí.—¡Ten cuidado, Parkinson!

—Ay déjate de lloriqueos Malfoy, estoy segura que cuando Amélie te jala así bien que te gusta.–dijo rodando los ojos, apreté mis labios.

–¿Qué se supone que te debo de decir? Sí Lovegood te dijo que estaba bien, entonces todo está bien.–dije asintiendo con la cabeza.— No debes ser tan desconfiada con tu novia.–la agarre de la barbilla, alce mis dos cejas, ella me bajo la mano en un manotazo, me reí.

—¡Deja de comporte como un idiota!—chillo harta.– Créeme que tú también pensarías que algo está mal, sí se tratara de Amélie.

—Pero Lovegood es la que se está comportando así, no Amélie, así que no me interesa.

—Me dan ganas de pegarte.—dijo frustrada.—Tienes que ayudarme.

—¿Me viste cara de que? ¿De qué solucionó los problemas de las parejas?—pregunte incrédulo.— ¡Solo habla con ella!

—No me estás entendiendo, rubio desabrido.—gruño.—No estás entendiendo nada.

–Vaya, un nuevo insulto a la lista.—bufé.—¿De dónde sacan tantos apodos hacia mi? Necesito aprender.

— Me tienes que ayudar Draco... a saber qué pasa con ella.–suplico.—No quiero que esto se arruine, ella de verdad me gusta, de verdad.

–Parkinson, bésala... llévala a la habitación, arreglen sus problemas.... ya sabes a qué me refiero.—le guiñe el ojo, ella se sonrojó pero me empujó.