Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]

39.

La primera prueba había llegado.

Harry Potter.

Sentarme ahí esperando mi turno, Había sido lo peor que hubiera podido imaginar. La multitud gritaba, ahogaba gemidos como si fueran de uno solo, cuando Cedric hacia lo que fuera que estaba haciendo para burlarse al hocicorto sueco. Krum seguía mirando el suelo. Fleur después tomaría el lugar de Cedric, empecé a caminar de un lado a otro pero pos comentarios de Bagman no ayudaban mucho.. "¡ah, qué poco ha faltado, qué poco...!" "Se esta arriesgando, ya lo creo...!" "Eso ha sido muy astuto, sí señor, lástima que no le haya servido de nada".

Y luego, tras unos quince minutos escuché un bramido ensordecedor que solo podía significa una cosa: que Cedric había conseguido burlar al dragón y agarrar el huevo de oro.

—¡Muy pero que muy bien!—gritaba Bagman.—¡Y ahora la puntuación de los jueces!

Pero no dijo las puntuaciones, lo más probable que los levantaban al aire hacia el público.

—¡Uno que ya está, y quedan tres!—gritó Bagman cuando volvió a sonar el silbato.—¡Señorita Delacour, sí tiene usted la bondad!

Fleur temblaba de arriba a abajo. Fleur salió d ella tienda con la cabeza en algo y sujetando con firmeza su varita.

Se repitió el mismo proceso.

—¡Ah, no estoy muy seguro de que eso fuera buena idea!—oímos gritar a Bagman.—¡Ah.. casi! Cuidado ahora... ¡Dios mío, creí que lo iba a agarrar!

Diez minutos después escuché que la multitud volvió a aplaudir con fuerza, dando entender que Fleur también lo había logrado.

—¡Y aquí parece el señor Krum!—anuncio Bagman cuando Krum salió de la tienda.

Sentía unas ganas de salir corriendo, mi corazón bombardeaba con fuerza, y sentía un hormigueo en mis manos de los nervios.

—¡Muy osado!—gritaba Bagman, y escuché al bola de fuego chino proferir un bramido espantoso, —¡La verdad es que esta mostrando valor, y sí señores acaba de agarrar el Huevo de oro!

Me levante de mi lugar, sentía como mis piernas parecían de gelatina. Aguarde un segundo y escuche el silbato, Sali de la tienda sintiendo todo el pánico que se apoderaba en mi cuerpo, pase por los árboles y entre en el cercado a través de un hueco.

Desde las gradas que parecían habían puesto por arte de magia, me miraban cientos y cientos de rostros. Y del otro cercado, se encontraba el colacuerno agachado sobre la nidada con las alas medio desplegadas, me miraban con sus malévolos ojos amarillos, como un lagarto monstruoso cubierto de escamas negras. La multitud gritaba muchísimo,  ya ni me preocupaba si eran gritos de apoyo o no. Era momento de concentrarme, exhale profundamente.

Levante mi varita.

—¡Accio Saeta de Fuego!—grite.

Aguarde confiado, y rogando con todo mi ser. Si no llegaba a funcionar, si la escoba no acudía... pero entonces lo oí atravesando el aire hacia mi. Se volvió y vi a la saeta de fuego volar hacia allí por el borde del bosque, descender hasta el cercado y detenerse a mi lado, esperando que la montara. La multitud, alborotada aún más... escuchaba Como Bagman gritaba algo.