Lo Que Elegí - South Park

Capítulo 105: Antes del viaje.

El cielo ya estaba oscuro cuando Butters llegó a casa, luego de un día entero de compras con sus amigos. No era exactamente tarde, el reloj de la sala marcaba las 6, pero el invierno hacía que empezara a oscurecer más temprano.

Se despidió de Red y Clyde afuera del centro comercial y cada quien tomó su camino. Fue difícil, pero logró encontrar el regalo perfecto para el intercambio, o al menos eso creía. Lo llevaba dentro de una bolsa de papel, no pudo pedir un envoltorio más llamativo porque debía ocultarlo de sus padres, así que luego se encargaría de envolverlo.

-Mamá, papá, estoy en casa – Anunció tras cruzar la puerta.

-Hola, cariño. ¿Qué tal todo con tu proyecto? - Preguntó su madre desde la cocina, seguramente estaba haciendo la cena.

-T-Todo bien, logramos terminarlo -.

-Menos mal, estuviste mucho tiempo fuera de casa – Dijo su padre, quien estaba estaba sentado en la sala viendo algo en la televisión.

Butters no dijo nada al respecto, se abrazó un poco a sí mismo asegurándose de ocultar bien el regalo debajo de su abrigo.

-Ve a cambiarte, la cena pronto estará lista – Le dijo su madre.

-S-Sí – Asintió y, obedientemente, fue a su habitación.

Cuando entró a su habitación se aseguró de cerrar la puerta detrás de sí y fue directo a su armario, donde escondería el obsequio hasta el día indicado. Se metió prácticamente en el armario para esconderlo debajo de un par de cajas y cubrirlo más con algunos abrigos.

Una vez que bien oculto, se apresuró a cambiarse y quitarse el pesado abrigo. Gracias a él no tuvo frío, pero después de tanto tiempo llevándolo lo sentía pesado. Luego tomó su celular para enviarle un mensaje a su amiga pelirroja para avisarle que había llegado a casa, ya que ella insistió con que lo hiciera.

Trató de darse prisa y no demorarse mucho, sabía que no debía hacer que su madre le llamara para que bajara. Ya le había dicho que se diera prisa, demorarse y hacerla repetir lo mismo dos veces, sería visto como una insolencia y un mal comportamiento de su parte, así que se dio prisa y bajó.

La cena aún no estaba lista, eso le dio tiempo de poner la mesa, algo que, si bien no era una regla, era un gesto que mantendría felices a sus padres y quizás quitaría un poco de la molestia que de seguro debían sentir por su ausencia de tantas horas.

Lo sabía, sus padres ya no creían con tanta facilidad en lo que les decía.

Por más que había intentado no mentir, terminó haciéndolo con mucha frecuencia desde que se mudaron y, aunque sus padres inicialmente no sospecharon nada, pues sabían que él no mentía, ahora debían tener algunas dudas, por eso debía intentar portarse lo mejor posible mientras estuviera en casa.

Cuando terminó de colocar todos los cubiertos, su madre anunció que todo estaba listo y en cuestión de 10 minutos los tres se encontraban degustando su cena.

-Esto está delicioso, querida -.

-Me alegra que te guste, cielo – Las mejillas de Linda Stotch siempre se sonrojaban cuando su esposo alababa su cocina - ¿Te gusta la cena de hoy, Butters? -.

-Sí, todo está muy delicioso, mamá – Hizo todo lo posible por no titubear, no quería mostrarse nervioso.

-Apropósito, cariño – Se dirigió a su hijo – Recuerda que debes preparar tu equipaje para nuestro viaje, sería un problema si lo dejaras todo para último minuto -.