Capítulo 37: Amistades Complicadas.

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-¡Eric! ¡mira lo que encontré! -.

-¿Eh? ¿y ahora que mierda traes? -.

-Mira, un diente de león ¿no crees que es lindo? -.

-¿Jeh? tanto alboroto por una mierda como esa -.

-P-Pero... -.

-Mejor entro y veo televisión -.

-¡E-Espera Eric! -.

-¡Eric! -.

Cuando eran unos mocosos, Butters siempre se la pasaba detrás suyo, lo llamaba con su voz de niña por cualquier tontería y lo hacía perder su tiempo pero siempre lo seguía.

Siempre.

Aunque Butters prefiriera jugar a fuera en el jardín, si él se aburría y quería sentarse a ver televisión y comer frituras, Butters lo seguía sin replica alguna, simplemente lo seguía.

Cartman siempre supo que Butters era una persona débil, un pequeño cordero en un mundo de lobos hambrientos, aunque eso sonaba demasiado marica para su gusto.

Butters simplemente era débil.

Por eso lo seguía a donde fuera que fuese.

Podía contar con eso, con que ese rubio iría tras él, obedecería sus ordenes por más en contra que estuviese, porque Butters era un débil sentimental.

Haría cualquier cosa que su mejor amigo le ordenara.

Porque era el único que tenía.

Durante su infancia Cartman había sido el único que había soportado a Butters Stotch, fue el único que permitió que el chico lo considerara y llamara amigo. Pese a la forma de ser arisca de Cartman, seguía siendo el único, por eso era importante para Butters.

Y precisamente por eso las demás amistades que el rubio había comenzado a formar, eran una amenaza para el castaño.

En especial Kenny McCormick.

Eric Cartman conocía bien a McCormick, sabía lo que su cercanía con Butters podría provocar y no estaba dispuesto a dejar que eso pasara.

Butters aun debía pagar lo que le había hecho.

No podía dejarlo solo hasta que terminara de pagar y le demostraría a McCormick que no perdería contra él.

-Tengo una mala sensación... - murmuró Stan para sí mismo mientras miraba a su amigo de cabello castaño.

Se había percatado de la presencia de Cartman hacía 20 minutos y aunque en un principio le sorprendió el sólo hecho de verlo allí, su sorpresa se justificó cuando se percato de la mirada del castaño. Cartman parecía serio, extremadamente serio, tenía las manos entrelazadas y su mentón recargado en ellas al más puro estilo de un villano. Lo conocía y sabía de lo que podía ser capaz, por eso no podía evitar preocuparse por su expresión.

En la cocina.

Butters estaba decorando su pastel más reciente. Se notaba su humor animado, pues sonreía tranquilamente.

-Veo que te encuentras feliz - señalo Chef picando tomate.

-¿Eh? - parpadeo levemente por lo repentino - b-bueno, no sé si se puede decir feliz... -.

-Te notas alegre, te ves muy diferente a cuando llegaste aquí -.

-¿D-De verdad? - preguntó sonrojándose levemente.

Lo Que Elegí - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora