Prólogo

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Denver, Colorado.

Lunes 8 agosto de 2016.

Es una mañana fresca en Denver, soleada como cualquier mañana de verano (pero rara el resto del año).

En una casa de dos pisos y color rojo, un pequeño rubio se encuentra en su habitación. Se mirada fijamente al espejo.

-E-Espero...que sea un buen día...-.

La pequeña voz a penas y se escucho en la habitación. El chico vestía unos pantalones verdes acompañados de una chaqueta turquesa.

-¡Butters, baja a desayunar!-se escucho desde la planta baja.

Con escuchar aquella voz, el pequeño dio un pequeño salto.

-¡Y-Ya voy!-respondió y se dio prisa para bajar.

En el comedor de la casa se encontraban un hombre castaño y una mujer rubia. El hombre leía el periódico y la mujer ponía un plato en la mesa.

-B-Buenos días-dijo el rubio, mientras tomaba asiento.

-Buenos días amor-dijo la mujer-date prisa o se hará tarde.

-S-Sí-murmuro y comenzó con su desayuno.

Al cabo de unos minutos, el chico se encontraba saliendo de su hogar con su padre. Ambos subieron al auto estacionado en la entrada, el hombre adelante y el chico atrás.

-¿Estas nervioso por tú primer día?-pregunto Stephen Stoch, mirando a su hijo por el retrovisor durante un alto.

-U-Un poco...-murmuro el chico, lo suficientemente alto para que su padre lo escuchara.

-No te preocupes Butters, estoy seguro que te irá bien-dijo conduciendo-eres un estudiante aplicado y no eres problemático, estoy seguro que te adaptaras rápido.

El chico no dijo nada, simplemente se encogió en el asiento y desvió la mirada hacia la ventana. Sabía que el "adaptarse" de su padre era muy diferente al suyo.

Leopold "Butters" Stoch, se había mudado a Denver, su lugar de nacimiento, tres días atrás, luego de haberse mudado a Chicago a los 9 años, ahora, a sus 18 años regresaba a aquella ciudad.

Butters no era como los demás chicos, era muy tímido y sumiso socialmente, aunque en lo académico era un excelente estudiante. En Chicago eso llego a causarle problemas, pues era molestado constantemente, además de eso, no tenía amigos, pues la gente lo consideraba demasiado aburrido.

Cuando sus padres le dijeron que regresaría a Denver le alegro mucho, pero a la vez no podía evitar estar nervioso por ir a una nueva escuela con gente nueva.

Rezaba porque fuera un buen día.

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Preparatoria South Park.

Esta escuela era como cualquier otra en Denver. Era una escuela pública con alumnos tanto buenos como malos, su cuota era barata, por lo que chicos de diferentes clases económicas convivían como compañeros. Tenían clubes escolares como cualquier escuela, un consejo estudiantil, cafetería y jardín.

Precisamente en una de las mesas de este jardín, se encontraba un chico pelirrojo. Estaba sentado con un libro en la mano, luciendo concentrado. Vestía unos pantalones verdes y una chaqueta naranja.

-¡Hey Kyle!.

El pelirrojo aparto la mirada de su libro y volteo hacia donde lo llamaron. Un chico de cabello negro, vestía unos jeans azules y un abrigo café.

-Hola Stan-saludo con una pequeña sonrisa.

El pelinegro tomo asiento a su lado-¿Hiciste la tarea de matemáticas?.

-Si-respondió y miro acusativamente al otro-tú no la hiciste, ¿verdad?.

-Pues...-contesto con una sonrisa nerviosa.

El pelirrojo suspiro y puso su mochila en la mesa-Sabes, de nada servirá que te pase la tarea si en el examen no puedes hacer los problemas-dijo y le entrego su libreta.

-Jeje, lo sé, pero te lo agradezco-dijo tomando la libreta.

Kyle lo miro y sonrió-Lo sé, pero ¡ya tomate las cosas más enserio!, ya me canse de siempre pasarles la tarea a ti y al culón cada vez que no la hacen-.

-A todo esto, ¿dónde está Cartman?-pregunto mirando al rededor-.

-No tengo idea-dijo restándole importancia y recargando su mentón en su mano-por mí que ni se aparezca-.

Stan miro a su amigo con una pequeña sonrisa-Tampoco esta Kenny-.

-Ya sabes que Kenny siempre llega tarde-respondió igual de despreocupado-.

-¡HEY MARICAS!-.

Una venita apareció en la frente de Kyle al escuchar aquella voz, mientras Stan solo suspiro.

Hacia ellos se acercaba un chico castaño, de complexión grande, vestido con pantalones cafés y un abrigo rojo.

-Hey judío, pásame la tarea de matemáticas-.

Kyle se puso de pie y lo encaro.

-¡No te pasare nada gordo!-.

-¡Maldito judío yo no estoy gordo!-reclamo el otro chico frunciendo el seño-¡pásame la jodida tarea de una vez!-.

-¡Ya te dije que no te pasare nada culón!-dijo igual de molesto-.

Stan solo soltó un suspiro, ignoro la discusión y comenzó a copiar la tarea.

Era un día como cualquier otro.

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Hola n_n  .

Esta será mi primera historia larga... y eso me pone un poco nerviosa n_n'   ¡pero daré mi mejor esfuerzo!


 

Lo Que Elegí - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora