Capítulo 63: Culpa y Apoyo.

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El clima de invierno ya comenzaba a sentirse, por lo que Butters se coloco una bufanda en el cuello al salir de casa. No tenía tanto frio, una bufanda le parecía algo exagerado cuando aún ni siquiera comenzaba a nevar, pero su madre prácticamente le ordeno irse bien abrigado.

Aún era temprano y las calles no estaban muy llenas, podía ver a unos cuantos estudiantes rumbo a sus escuelas. Sabía que él era de los que siempre llegan temprano por lo que no se extraño al ver a pocos chicos, en realidad eso le gusto, pues podría caminar con total calma sin prisa alguna por llegar.

Siempre se levantaba temprano pero ese día lo hizo aún más para poder lavar el mandil de Karen y que quedara listo antes de la hora de clase. Se enterneció al notar que no tenía otras manchas aparte de las que había ganado ese día, lo cual significaba que la pequeña lo cuidaba mucho y queriendo hacer lo mismo, lo coloco en la bolsa una vez que estuvo seco y lo llevo entre sus brazos con sumo cuidado, como si fuera algo muy preciado.

Sus ojos azules se elevaron al cielo mientras pensaba más cosas sobre la pequeña niña y su hermano.

Navidad se acercaba cada vez más, debía asegurarse de preparar algo muy especial para los McCormick, para todos sus amigos en realidad pero en especial para ellos.

Karen era una pequeña muy gentil y adorable, era muy alegre y educada, se divertía mucho con ella y se alegraba al ver lo entusiasmada que estaba con aprender repostería, en verdad se divertía estando con ella. Por otro lado, eran varias las cosas que tenía que agradecerle a Kenny.

Aunque en un principio su relación no fue la mejor, ahora estaba más que feliz con tener a Kenny como amigo. El rubio era alguien divertido y amable, era muy amable con él y lo animaba a hacer cosas que lo ponían nervioso, eso lo agradecía, sentía que le daba valor. Kenny lo había ayudado en el asunto con su padre siendo que no tenía porque hacerlo, estuvo dispuesto a pagar el precio por la ayuda de los profesores y nunca le reclamo o reprocho sobre ello. Era en verdad gentil.

Una sonrisa tímida se formo en sus labios al pensar en todos sus amigos y apretó con más fuerza la bolsa entre sus brazos.

Kenny, Stan y Kyle eran en verdad muy buenos amigos, estaba realmente feliz de haberlos conocido. Tenía que buscar la forma de agradecerles por todo lo que habían hecho por él, ya que con el simple hecho de ser gentiles y pacientes con él, significaba mucho.

En Chicago no tenía amigos, todos sus compañeros lo ignoraban y cuando no lo hacían era para molestarlo, era tímido y muy desesperante, nadie soportaba sus tartamudeos y su voz baja. Había pasado más de 6 años solo en la escuela. Cuando regreso a Denver, tenía miedo de que se repitiera lo mismo, sabía que había algo mal con él y temía que por eso, sus nuevos compañeros lo rechazaran.

Sin embargo, no había sido así. Conoció a tres chicos que estaban dispuestos a ser sus amigos y a tenerle paciencia, a ayudarlo y entenderlo cuando lo necesitaba.

Butters estaba realmente feliz de haber conocido a sus amigos. sentía que por fin podría ser como cualquier chico y disfrutar de buenos momentos con sus amigos.

Dejo salir una pequeña risa cuando llego a la escuela y vio a un pequeño grupo de estudiantes en la entrada sin moverse. Se detuvo y ladeo la cabeza con curiosidad y por un momento tuvo un mal presentimiento, pensó que tal vez se trataba de algo grave y se planteo la idea de quedarse afuera y esperar a que sus amigos llegaran y así iba a hacerlo, de no ser porque se percato de algo.

Unos cuantos chicos volteaban a verlo y susurraban cosas entre sí, eso hizo que su mal presentimiento aumentara. Las miradas se multiplicaban al igual que los murmullos y él no podía escucharlos. No entendía qué era lo que pasaba por lo que decidió desechar la idea de esperar a sus amigos y se abrió paso entre la multitud.

Lo Que Elegí - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora