Capítulo 104

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Narrado por Rubius


Realmente no esperaba la llamada de Mangel, pero sin duda agradecí que lo hiciera. Yo mismo había propuesto la idea de no vernos para "echarnos de menos", pero resultó ser que, en cuanto salí de su departamento, lo comencé a extrañar como si no lo hubiera visto en años. Le colgué el móvil  luego de decir la gilipollez de los suegros... aunque pensándolo bien, no era tan alejado de la realidad. Vale, no éramos nada con Mangel; aún. ¿Y cuándo lo fuéramos? Había que decir las cosas como son.

-No quiero etiquetarnos- Había cometido el error una vez. Vivir con Jen; apresurar nuestra relación, fue la que terminó matándonos, sin contar con que Mangel había irrumpido en mi vida de otra forma. –Ni siquiera es necesario mencionarlo- Me había quedado embobado mirando a la pantalla de mi ordenador. Estaba editando un nuevo video cuando Mangel me llamó, y cuando me invitó a Algarinejo, mi concentración desapareció para enforcarse única y exclusivamente en lo que él me decía. –Algarinejo...- Susurré, apagando mi monitor mientras dejaba que el video se renderizara. Me daba un poco de corte ir a la casa de su infancia. Era su lugar más personal; tenía más que claro que no cualquier persona tenía el honor de compartir algo tan íntimo para Mangel, pero era hora de que avanzáramos un poco más. –Espero que tenga el valor para hablar con sus padres- Salí de mi habitación de trabajo, dirigiéndome a mi habitación para recostarme unos minutos en la cama. ¿Estaba pidiendo demasiado? La verdad es que me sentía un poco culpable por no haberle contado que yo mismo ya había dado el siguiente paso de contarle a mis padres, pero no quería hacerlo para que él lo sintiera una obligación... aunque realmente agradecería el gesto, más que nada porque quiero sentir que esto va en serio. Que ya no es un juego de niños. –Que hiciste conmigo- Sonreí, mirando al techo. Realmente no sabía la respuesta eso. Ahora mismo sentía que yo estaba más comprometido con todo esto. Dejé a la que era mi novia; le conté a las personas que más quiero, que siento algo por Mangel; me deshice de cada uno de los recuerdos que Jen pudiese haber dejado en mi casa... vale, él también había sufrido mucho; yo había sido un cabrón con él más de una vez, pero... ahora mismo, las acciones son lo que cuentan. –Pero yo no te puedo decir eso- No era mi trabajo. No quería sentir que la balanza estaba desequilibrada, pero era inevitable al ver la posición de cada uno; al ver que el esfuerzo de Mangel surtió efecto en mí, pero lo estancó a él. Quizá es sólo cuestión de tiempo; de que él mismo se de cuenta de que yo no ando con rodeos y, aunque sigamos siendo mejores amigos, las cosas entre nosotros no son iguales en ningún sentido.

                    Dejé de pensar en aquello; la verdad me estaba rallando demasiado con el tema y no me convenía si es que iba a viajar a ver a los padres de Mangel y me iba a juntar con él en pocas horas. Sabía que si seguía dándole vueltas a algo así, terminaría recriminando su actuar, y realmente no esperaba eso... por ahora sólo quiero disfrutar los momentos que podemos tener a solas; no como amigos, sino como pareja.

                  Saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón de pijama. Lo desbloqueé, pasando el dedo sobre la pantalla para marcar el código numérico. –Ella sigue aquí- Me dije a mi mismo, metiéndome en los contactos, para luego dirigirme a Whatsapp, donde yacía esa conversación que ya había dejado hace mucho tiempo con Jen. La última que teníamos registrada era del dos de Enero... tres días antes de que lo terminara. Tres días antes de que le dijera las palabras más difíciles de mi vida. –Podría haber sido diferente- Si que podría haber sido así. Lo vivido con Mangel no hacía que me retractara en mi decisión de haber dejado a jen; el amor se había esfumado, aunque siempre existe una cuota de cariño pero, si hubiese tenido la posibilidad, hubiera cambiado mis palabras. Fui tan gilipollas, más todavía porque sabía que tenía que ser cuidadoso con mis palabras; sabía que esto era un paso demasiado importante como para cagarla, pero la cagué, esa es la verdad, y no había nada que pudiese hacer al respecto. –Bueno, al menos espero que estés bien- Inhalé y exhalé con calma, apretando en la pantalla, específicamente en la conversación, para eliminarla de mi móvil para siempre. Acto seguido me dirigí a los contactos, y busqué su nombre entre tantos que habían en la lista; cuando lo encontré, no pude evitar mirar su número... era como si mi cerebro quisiera retenerlo; aprendérselo para torturarme todos los putos días por saberme un número que sólo me traería problemas, así que la eliminé sin pensármelo dos veces. Primero el número quedó grabado como una marca de agua en mi mente, pero poco a poco los números se fueron difuminando para dejar un recuerdo borroso de una persona que ya no debía contactar más; que no debía recordar de ninguna forma... aunque aún fuese difícil en ciertos aspectos.

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora