Narrado por Mangel
-Mangel… Mangel… Despierta coño- Su voz… ¿Eh real? ¿Ehtoy soñando? Lo de anoche…
-Mmh- No quiero dehpertar. De seguro ha síoh una ilusión. ¿Y si realmente Rubiuh no ehtá conmigo? Sería el sueño máh realihta que he teníoh en mi puta vida.
-Mangel tío. Joder… ¡Despiera gilipollas!- Sentí una mano moverme por el hombro con rapidéh. Abrí loh ojoh de par en par, dándome cuenta que Rubiuh ehtaba acohtáoh a mi láoh, mirándome con el ceño fruncíoh, ese que se tranhformó en cuanto vio que había dehpertáoh.
-¿Ereh tú?- Vi como se le formaba una sonrisa boba en el rohtro.
-¿Quién más va a ser? Tu madre lleva gritando como hace media hora que el desayuno está listo. Me quedaré sólo para eso Mangel. Luego me tengo que devolver… Ya sabes, con mi familia- Restregué mih ojoh, dehperezándome pa’ sentarme en la cama un poco aturdíoh.
-Vale. No hay problema- Mi giré a mirarlo. Se veían tan natural; dehpeináoh de esa manera que lo hacía ver muy bien. Con loh ojoh un tanto cansáoh por haber dehpertáoh hace no mucho y por sobre tóh con una sonrisa de oreja a oreja. –Te veh felíh- Comenté de manera vaga, sintiendo unah ganah incontrolable de besarlo. Lo tenía en mi jodíah cama, a mi láoh, compartiendo lah mihmah sábanah, sin mencionar que yo seguía sin camiseta. ¿Por qué él la tiene puehta?
-Lo estoy. No me pidas que te lo explique. Sólo lo estoy y ya- Me miraba de una manera tan penetrante, como si ehtuviese leyendo mih pensamientoh. No lo pensé mucho; me acerqué a él, plantándole un pequeño beso que recibió sin problemah. Joder… ehta eh la puta gloria.
-Dándole besoh a mi mejor amigo… Que mierda mah rara- Lo vi aguantar una carcajada. Se veía radiante, como si se hubiese librado de un gran peso.
-Mira Mangel… Me tocas los huevos cuando dices eso. Si, es un problema que esto se nos vuelva común, pero tú y yo ya no somos sólo amigos, así que bueno… Supongo que nos podemos dar estos… Gustos- Se encogió de hombroh, ehtirando loh brazoh hacia arriba, pa’ levantarse de la cama y comenzar a buhcar su ropa.
-Debe ehtar en la lavadora. Recuerda que llegahte mojáoh como perrito de calle- Buhqué con la mirada mi camiseta, encontrándola en la otra ehquina de la cama. Madre mía, si eh que ehtábamoh entusiahmáoh anoche. Y eso que yo no hice náh.
-Querido más que mejor amigo, ¿Podrías ir a buscar mi ropa, porfavor? No tengo tanta confianza para pasear por tu casa con tu propio pijama- Dijo ehto, mientrah se asomaba por la ventana. Ehto era tan ehtraño… Sentía que éramoh mucho, pero que podíamoh hacer poco. Ehtábamoh sóloh en mi habitación ¿Quién cojoneh podría molehtarnoh? Anoche él fue el… Joder me corrí con suh manoh.
-Mierda- Susurré, sintiendo como la vergüenza y la calentura ehpontanea me comía la cara. Recordar aquello que fue realmente íntimo, pero a la veh tan excitante me puso palote de un momento a otro. Rubiuh me tocó, ni siquiera de manera directa. Un simple roce y ya…
-¿Mangel?- Su voz me devolvió al mundo real de nuevo. Verlo allí paráoh, con mi propio pijama, deleitándome con esa belleza natural que irradiaba, me tenían realmente mal.
Lo tenía para mí. ¿Qué mierda importaba la ética? Ehtaba aquí, juhto en mih nariceh. Me levanté de la cama, dejando al dehcubierto la gran erección que se ehcondía en mi pijama. Era demasiáoh temprano, pero a tomar por culo.
-Rubiuh…- Susurré de manera lasciva. Ehtaba cachondo, mucho. Vi su rohtro, uno que expresaba sorpresa, y quizá un poco de acojonamiento.
-¿M-Mangel? Tío no te tomes tantas confianzas. Esconde a Maheconda- Se dehcojonó, y si no hubiese síoh porque traía una calentura encima que ni Dioh, también me habría dehcojonáoh. Lo tomé por loh hombroh, apoyándolo en la paréh al láoh de la ventana.//// http://www.youtube.com/watch?v=zx_dTSPzXlk ////
-Anoche…- Lo acorralé, quedando a pocoh centímetroh de él. –Anoche… Dijihte algo sumamente importante. ¿Era verdáh?- Ese “Te amo” se me repetía en la cabeza una y otra véh, haciéndome sentir felíh, pero realmente confundíoh. Si lo niega, ehtoy hundíoh…
-Si, era verdad. Joder Mangel, ¿crées que le diría algo así a cualquier persona? Eres al único gilipollas que se le ocurre preguntar algo tan lógico- Suhpiró, como si hubiese preferíoh ahorrarse esa rehpuehta. Lo entiendo perfectamente; él suele ser bahtante reserváoh, y de hecho todavía no logro tragarme la idea de que sea tan sincero conmigo. Rubén, me tieneh jodíoh. -¿Feliz? Ahora deja ir a vestirme Mangel. Sé lo que quieres pero no. Lo de anoche fue una pequeña excepción, lo que no significa que…- Tragó saliva, mirándome fijamente. –Lo que no significa que no te ame- ¿Cómo pretende que lo deje ir diciendo algo así?
-¿Y no pueden haber máh ehcepciones como la de anoche?- Acerqué mi rohtro a una de suh mejillah, rozando mi rohtro con el de él. Era tan tersa en comparación a la mía…
-Mangel, no te la juegues joder. Tu mamá está abajo. ¿Qué cojones estás pensando? Quítate el calentón mientras te bañas- Sentí suh manoh apoyáh en mi pecho, dándome un pequeño empujón hacia atráh. Era muy él… No perdía su esencia en absoluto. Su forma de actuar era la de siempre, y eso me encantaba.
-Anoche no pudihte dihfrutar ni un poco- Me acerqué nuevamente, susurrando con la voz máh guarra que me podía salir, juhto al láoh de su oído.
-¿Así que tú si disfrutaste?- Su rohtro, como si no pasara náh, me intimidaba. Joder, tiene un autocontrol increíble.
-¿Que me corriera sin que ni siquiera me tocarah directamente no te demuehtra náh?- Puse mi rohtro frente al suyo, notando como se había puehto coloráoh de pieh a cabeza. Bueno, al menoh su rohtro ehtaba completamente rojo.
-¡Deja de ser directo, coño! Que te puedo aguantar muchas cosas, pero sabes que… Joder que puta vergüenza.
-Créeme, a mí me da mah vergüenza decirte tóh ehto, pero…- Acerqué mih labioh a la comisura de loh suyoh, besándolo con delicadeza. –Eh mi manera de ocultar cuan nervioso me poneh- Terminé corriendo mi boca hacia el láoh, encontrándome con suh deliciosoh labioh. Lo besé con calma, sintiendo como, poco a poco, la desehperación me consumía. Lo quiero, lo deseo…
Acerqué aún máh mi cuerpo, acorralándolo lo máh que pude a la pared. Lo tenía aprisionáoh, lo tenía sólo pa’ mí.
-Mangel, tu mam…
-La puerta ehtá con seguro. Deja de buhcar ehcusa… Te quiero devolver la mano, así que deja de hablar y quejarte- Fui directo. Quería tocarlo, y eso haría, al menoh hahta que él me detuviese, dehpuéh de tóh la idea no era hacer algo que no quisiese.
-Vale…- Ehcuché como tragó saliva, mirándome con unoh ojoh realmente brillante, como si me pidiesen que lo hiciera. Aunque claro, quizá era simplemente yo, imaginándome ehto.
Apoyé mi frente en la de él, entrecerrando levemente loh ojoh. Noh ehtábamoh mirando fijamente, con unah carah lasciva que jamáh noh habíamoh vihto. Colé mih manoh por debajo de la camiseta que llevaba de pijama. Mi camiseta…
-Joder, estás helado- Vi como pegó un leve saltito, haciéndome reir de manera inevitable.
-Ya te dará calor- Comenté con un dejo de malicia, aquel que él de seguro entendió, porque en cuanto lo dije, su sonrisa se borró, para dejar un rohtro de incertidumbre.
Cerré loh ojoh un momento, sintiendo con mih manoh aquella piel erizada. Era delicioso, casi como un sueño, salvo que no lo era. Era real, y aquí ehtaba, junto a mí. Subí mih dedoh, pasando por encima de suh pezoneh.
-Ya… Suficiente- Sentí como detuvo mih manoh, aprisionándola con lah suyah.
-¿Eh tu parte herógena, Rubiuh?- Sonreí de láoh. Al parecer uno de suh puntoh débileh eran loh pezoneh… Con razón nunca le han guhtáoh. Si contar con el hecho de que suh velloh apuntan al centro, eso si que lo detehta.
-Cállate. Te dije que es suficiente- Me sonrió, de seguro para que no pareciera cabreado. No lo ehtaba, lo podía ver en suh ojoh… Lo que le preocupaba era que siguiera. No me detendría, no ahora. Me zafé con bahtante fuerza, levantándole un poco la camiseta para colar mi cabeza en ehta. Su pecho al láoh de mih labioh era demasíaoh tentador. Lo besé suavemente, sintiendo como Rubiuh pegaba pequeñoh saltitoh. No tenía mucha movilidáh, pero como era una camiseta mía, era bahtante ancha.
-Al menos deja que me la quite- Su voz salió casi como un susurro. No ehperé pa’ mirarlo, sólo tiré para arriba la camiseta, dejando semi dehnúoh a Rubiuh. Levanté la mirada, notándolo un poco ido.
No le pregunté nada. No era necesario… Lo miré un segundo, para simplemente bajar la vihta y comenzar a besar su pecho. No ehtaba seguro si fuera buena idea, pero aú así lo hice… Lentamente me fui acercando a uno de loh pezoneh de Rubiuh, dando pequeñoh besoh que formaban un caminito por su pecho.
-Ma-Mangel…- Podía ehcuchar su rehpiración. Acelerada, ahogada, algo desehperáh. Saqué la lengua, pasándola por todo el contorno de esa zona que ponía a Rubiuh en un ehtado muy poco común. Volvió a pegar un salto, seguido de un pequeño gemido que lo dejó temblando.
-¿Ehtáh bien?- Pregunté, levantando la cabeza por un momento. Tenía el rohtro cubierto por la palma de su mano.
-Deja de preguntar gilipolleces- Se veía agitáoh… ¿Lo ehtará dihfrutando? No lo pensé demasiáoh, dehpuéh de tóh si yo lo ehtaba dhfrutando él también debería, creo.
Comencé a juguetear con el pezón de Rubiuh, moviendo mi lengua en un vaivén bahtante torpe, cuando ehcuché otro suhpiro de él. En ese momento sentí como la sangre me hervía. Su voz, aquella tan lasciva, causada por mí, me tenían realmente cachondo. Salí de esa zona que ehtuve atendiendo por bahtante tiempo, bajando lentamente por el pecho de ehté, llegando hahta su ombligo. La posición de ehtar paráoh pero inclináoh me incomodaba un huevo, así que simplemente me lancé al piso, arrodillándome frente a Rubiuh.
-¡¿Mangel?! ¡¿Qué haces?!- Se sobresaltó bahtante, máh al verme tan cerca de su… Bueno, de ahí.
-Aún no hago náh- Comenté serio, lamiéndome loh labioh de manera inconsciente. Ehtaba allí, ehcondíoh en el pantalón de pijama, palpitando… Lo sentía, lo tenía máh que claro. Rubiuh se ehtaba poniendo palote, y podía corroborarlo al ver como su pijama se levantaba lentamente.
-Joder- Lo ehcuché decir entre dienteh, al parecer avergonzáoh. A tomar por culo la vergüenza…
Prentendía comentar algo, pero finalmente me callé, máh aún sabiendo lo nervioso que ehtaba Rubiuh. Me levanté levemente, besando su vientre, pa’ bajar lentamente al eláhtico de su pantalón, afirmándolo con loh dienteh… Lo quería bajar aquí y ah…
-¡Chicos, a desayunar!- La voz de mi madre, al otro láoh de la puerta, interrumpió ehte momento de manera desahtroza. Comenzó a tocar la puerta bahtante fuerte. –Llevo llamándolos hace bastante. Levántense que hay que abrir los regalos- Fruncí el ceño, cagándome en tóh lo que pudiese ser posible, pa’ luego simplemente suhpirar resignáoh.
-¡Ya vamoh!- Pegué un grito, levantándome del piso pa’ quedar de frente con Rubiuh.
Ehcuché loh pasoh de mi madre bajando la ehcalera, de la mihma manera que sonaba la rehpiración agitáh de Rubiuh. Era extraño, máh porque noh habían cortáoh el rollo y, peor aún, loh doh llevábamoh una calentura encima que no era normal.
-¿Qui-Quiereh usar la ducha tu primero?- Me rahqué la nuca, un poco incómodo.
-Vale- Me miró de reojo, un poco ruborizáoh. -¿Me prestas toalla? Tampoco tengo mi ropa- Apretó loh labioh, mientrah miraba a otro láoh. Bajé la vihta un momento, notando como una gran erección se ocultaba en su pantalón de pijama. Loh dóh ehtábamoh igual… No tenía porqué ehtar tan nervioso.
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-¿Cómo durmieron chicos? ¿Pasaron frío? Al parecer tenían sueño. Me costó despertarlos- Mi madre no dejaba de hacer preguntah que sólo noh hacían recordar la de cosah que habían ocurríoh en mi habitación.
-Yo al menos dormí muy bien, gracias por recibirme y por lavarme la ropa- Rubiuh tenía una sonrisa muy dulce, plantada en en rohtro. Me quedé embobado mirándolo, preguntándome cuando fue que esoh ojoh y esa dulce sonrisa me enamoraron tan perdidamente.
-No es nada cariño. Tú sabes que puedes venir cuando quieras, después de todo en esta familia todos te quieren mucho. Me incluyo- No lo había pensáoh hahta ahora, pero era un verdadero alivio saber que mi mamá quería a Rubiuh, máh con la idea no tan lejana de que en un futuro… pudiéramoh ser algo máh.
-¿Hijo? ¿Estás aquí?- Volví a la realidáh, mirando a mi mamá que bebía un sorbo de su café.
-Si, eh… Dihculpa ehtaba en lo mío- Me encogí de hombroh, notando como se le formaba una sonrisa socarrona a mi madre.
-¿Rubén? ¿Conoces a la enamorada de mi hijo? Él no me quiere decir nada y bueno, supongo que tengo que aprovechar que te tengo aquí y que puedo amordazarte- Me apreté la naríh, intentando que no se me saliera el chocolate caliente por ella. ¿Qué? ¿En serio?
Rubiuh se dehcojonó, máh al ver mi reacción. Cabron ioputa, lo ehtá dihfrutando.
-¿Si la conozco? Claro que sí. Es encantadora… Tiene unos ojos muy bonitos por cierto. ¿En serio no le has dicho nada, Mangel?- Me miró, sonriendo como un niño pequeño. Lo fulminé con la mirada, sintiendo como la vergüenza me consumía.
-¿Entonces es real? Dios, ya pensé que Migue se estaba volviendo loco. Háblame de ella Rubén, ¿Cómo es? ¿Estudia? No, no, no… ¿Quiere a mi hijo?- Mamá… bahta joder.
-Vamoh Rubiuh, cuéntale a mi madre como eh ella- Fruncí el ceño, mirándolo realmente entretenido con ehta situación.
-Es alta, bastante. Delgada, ojos entre verdes y amarillos… Es agradable, un poco neurótica y bastante callada cuando quiere. A mi me parece bastante maja. Supongo que Mangel tiene que hablarle de ella, pero de lo que si estoy seguro es que esa chica está perdidamente enamorada de este gilipollas. Lo quiere bastante, se le nota muchísimo, especialmente cuando se besan en mis propias narices…- Lo miré fijamente, ehcuchando aquellah palabrah que eran, máh que una dehcripción, una declaración de amor. No tiene la “valentía” pa’ decírmelo a la cara, pero sí para poner suh propioh sentimientoh en el cuerpo de una chica que no exihte.
-Eso es lo más importante. Miguel tiene un gran corazón, pero siempre terminan pisoteándolo. Eso es culpa de él, por confiar demasiado en las personas… Me gustaría conocer algún día a esa chicha.
-La va a conocer, no se preocupe- Rehpodió tan rápido, que me sobresalté, comenzando a inquietarme pa’ donde iba ehta conversación. Si su idea eh decirle a mi madre la verdáh ehtá muy equivocáoh. No eh como cortar rosah, ehta mierda eh de verdáh.
-Vale, bahtante de hablar de ella. Vamoh a abrir loh regaloh- Interrumpí la conversación, notando como mi madre ponía una cara de “Miguel, deja de molehtar”.
-¿Por qué no quieres hablar de ella? Entiendo que estés triste porque no eres correspondido. Ayer estabas destrozado, lo sé, y entiendo que no quieras hablar, pero todo tiene solución- Me sentí coloráoh, máh porque Rubiuh ehtaba a mi láoh, ehcuchando todo eso que se supone, era algo priváoh.
-¿Así que sufres por ella? ¿Por qué estabas triste, Mangel?
-Gilipollah, deja de preguntar- Lo miré nuevamente con ira, pero ehta véh me creyó, porque se borró esa sonrisa socarrona que tenía plantáh en el rohtro.
-Hijo…
-¡Bahta! ¿No entiendeh? No quiero hablar de eso. Se acabó. Y tú, Rubiuh, sabeh perfectamente porqué sufro. No tieneh que ser tan mentiroso- Me levanté de la mesa, cabreado, mientrah me dirigía a la sala de ehtar, donde se encontraba el árbol atehtado de regaloh. Todoh loh añoh era igual… Aunque lógicamente era por la cantidáh de gente que venía a casa. Suhpiré un poco máh calmáoh, viendo a mi hermana acercarse a mí, sentándose a mi láoh.
-Hola- Me dijo, con poco interéh.
-Hola enana. ¿Lihta pa’ abrir loh regaloh?- Le sonreí, dirigiendo la vihta a la ventana. Había dejáoh de nevar.
-Eso ehpero. Todoh se demoran demasiáoh- Suhpiró, acercándose al árbol, pa’ sentarse frente a él, y embobarse en la cantidáh de adornoh que tenía ehte.
La miré un momento, dehpreocupáoh, cuando sentí a alguien máh sentarse a mi láoh.
-No te enojes.
-¿Cómo pretendeh que no lo haga? Me cabrea que tomen como broma algo realmente importante pa’ mí- Rubiuh me miraba serio. Se tiró pa’ atráh, apoyando la cabeza en el borde del sofá.
-Tambien es importante para mí. ¿En serio lloraste?- Me cago en la bocota que se gahta mi mamá.
-Si… ¿Te sorprende?- Chahqueé la lengua, apoyando mih codoh en lah piernah, sujetando mi cabeza.
-Debería sorprenderme pero no, ya no. No estés mal… Sabes que detesto tener esa carga encima. Hacerte sentir mal y que todo sea mi culpa no es agradable, para nada- Vi como se paraba de mi láoh, haciendo un intento por acercarse a mi rohtro, cosa que finalmente no hizo. Dehpuéh de tóh la idea no eh jugársela tanto.
-¿Te váh?- Me levanté junto con él.
-Si, tengo que volver lo antes posible- Suhpiró, revolviéndose el cabello. Al parecer no ehtaba muy cómodo con la idea de volver. Al menoh esa sensación me dio a mí.
-¿Te vah? ¿En serio? Pero no hemoh jugáoh en la nieve- Mi hermana noh interrumpió, haciéndole un puchero a Rubiuh.
-Lo siento. Tengo que volver a Madrid para estar con mi familia. Te prometo que voy a venir muy pronto, sólo para jugar contigo- Vi como se agachaba para darle un fuerte abrazo, mientrah mi hermana se aguantaba lah lágrimah. Será una cría, pero tiene corazón de soldado. Así me guhta.
-No jugaráh conmigo en la nieve- Le dije, haciéndole el mihmo puchero.
-Joder, que feo eres. Deja que tu hermana haga los pucheros- Noh dehcojonamoh, mientrah mi hermana no entendía del tóh de qué cojoneh ehtábamoh hablando.
Rubiuh subió a mi habitación, mientrah yo le avisaba a mi madre que ehte se iba. No muchoh minutoh dehpuéh, volvió, recordando que no había traído náh salvo lo puehto.
-Así que te vas, ingrato. ¿Vienes por tan poco y ya nos dejas?- Mi madre se acercó a él, abrazándolo con cariño. Ese que demohtraba sólo con lah personah que realmente quiere.
Salí disimuladamente de la sala de ehtar, pa’ dirigirme a mi habitación y ordenar ciertah cosah. Cuando ya tuve tóh hecho, bajé, mirando a mi madre que, con suh doteh de ehpía, me sonreía.
-Bueno Rubén, te deseo buen retorno- La ehcuché decir ehto, abrazando una véh máh a Rubiuh. Joder, que lo va a desinflar de tantoh abrazoh.
-Cuídese y de nuevo gracias por todo. Espero volver pronto- Me puse a su láoh, cruzando mi brazo por su cuello.
-¿Ya noh vamoh?- Rubiuh me miró, sin entender que cojoneh pasaba, cuando vio a mi láoh una gran maleta, esa mihma que había usáoh pa’ venir a Algarinejo.
-¿Eh?- Puso una cara que me dehcojonó, cara que también dehcojonó a mi madre.
-Cuida bien a mi hijo ¿eh? Te extrañaré cariño- Mi madre se acercó besándome la frente, mientrah Rubiuh seguía con una cara de ehtar flipándolo.
-¿Vendrás conmigo?- Preguntó algo bahtante lógico a ehtah alturah.
-Si. Tengo el regalo de tu hermana, y tengo que entregárselo personalmente- Le sonreí, dando una excelente ehcusa. No era del todo mentira, pero la verdadera razón era máh que obvia.
-V-vale pero… ¿Y tu familia?- Se revolvió el cabello, un poco fruhtráoh.
-Lo voy a ver en doh semanah. No pasa náh. Vámonoh, se te hace tarde- Lo empujé por la ehpalda, mientrah mi madre se dehpedía dehde la puerta.
-¡Cuídense!- Pegó un grito no muy sutil, mientrah loh doh moviámoh la mano en señal de adióh.
-Vamoh rápido- Le susurré, apurando el paso.
-¿Por qué tan apurado? ¿Tienes que llegar a hacer algo?- Vi como me seguía el paso. No era muy difícil pa’ alguien con kilómetroh de piernah.
-Mi familia no sabe que me fui. Le avisé a mi mamá a la rápida y lihto. Máh que ir a Madríh, me ehcapé- Le mohtré loh dienteh, felíh porque había podido salir de casa sin mayor problema.
-Eres tonto Mangel, no era necesar…
-Si lo era. Yo quería ir contigo. Y no se habla máh del tema- No lo dejé terminar de hablar, sólo le dediqué una sonrisa, acortando nuehtra dihtancia.
Lo quiero demasiáoh, tanto así que… Ehtoy dihpuehto a seguir adelante, pasar a la siguiente etapa, pero sólo podré hacer aquello, si eh que Rubiuh se decide de una véh. O soy yo, o eh Jen… No hay náh máh que hablar.
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Que taaaaal??? :DDDD Vuelvo un poquito atrasada con un nuevo capítulo de "Luchemos por esto" HUAPÁ!
Vale, vale, ya sé que esa canción la había usado antes... pero es que me gusta muchochochote ewe! Además la escena... joder, 3 hojas de word sólo para eso jijijiji soy muy marváh! (?) Y USTEDES TAMBIÉN! PERVERTIDOS! Pero como se que les gusta el salseo del bueno, les traigo salseo, ni modo xD
Las cositas cuquis y sensuales no terminan aquí!!!! Rubius está mucho más confianzudo y Mangel más enamorado!!! si es que son tan lindos así!!! *O* Felices comiendo perdices :3
¿Que ocurrirá en la casa de Rubius? ¿Jen se molestará? ¿Que regalo tiene Mangel para la hermana de Rubius? Toooodo esto y mucho más en los caps. que siguen!! ^^
Les agradezco como siempre, por su paciencia, su apoyo y sus lindos mensajes! LOS LEO TODOS!!! Créanme, pero a veces se me hace difícil responderlos, lo siento :c
Espero que disfruten mucho el capítulo y que comenten! me encantan sus mensajitos! ^^ Un besote enorme y hasta la próxima!!!!////Este capítulo fue publicado el 27 de Septiembre de 2014 en rubelangel-foh-evah.tumblr.com////
EDIT: Lamento los problemas que ha experimentado Wattpad. Si no se les ve en el móvil/celular por favor avísenme ^^ ¡Gracias!
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Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)
Fanfiction¿Que se puede hacer cuando el corazón decide transformar una simple amistad, en algo mas?, a simple vista, nada. Mangel Rogel, amigo de años, fiel compañero de aventuras y pareja de locuras, se enfrenta al reto mas complicado, hasta ahora, de su...