Capítulo 54

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Narrado por Rubius

   Otro día más. Otro día que paso durmiendo junto a Jen... mi supuesta compañía "para toda la vida"
-Buenos días amor. ¿Cómo amaneciste?- Sentí como me movía por el hombro, tratando de, supuestamente ella, sacarme de mi ensoñación.
     No sé porqué, pero no le presté atención. No me moví, fingiendo estar dormido, cuando realmente estaba totalmente despierto. Lo estaba desde la madrugada, pensando en la respuesta que le había dadon a Cheeto

"-Yo...
-¿Te gusta, si o no?
-Si, me gusta"

-¿Me gusta?- Pensé, mordiéndome el labio involuntariamente, al darme cuenta que de cierto modo me había comprometido demasiado al decirle eso a Cheeto.
-Estás tan distraído, amor- Sentí las manos cálidas de Jen, en mi pelo, mientras lo revolvía, creyendo que estaba dormido por completo.
    No me moví en absoluto. No tenía las ganas suficientes para darle la cara a Jen y decirle un "te amo" tan decidido.
-¿Admití que me gusta Mangel? Pero si no me gusta, cojones- Apreté los ojos, frustrado y angustiado por lo que se me venía encima.
-Es que si habla... le parto la cara a golpes- Creaba un monólogo interno, ordenando mis ideas, mientras tenía a Jen ahí, a mi lado, enredando sus dedos en mi cabello, mientras me hablaba, o más bien se hablaba a sí misma.

      Estuve haciéndome el dormido por muchísimo tiempo, mientras sentía a Jen moverse en la cama, levantarse, acostarse, y mantener esas acciones por bastante tiempo. Cuando creí que ya era suficiente de estar con tonterías en la cabeza, me pseudo desperté, desperezándome de manera fingida.
-Hola amor, buenas tardes. Has dormido un montón- Me sonrió con esa risita que siempre tenía para mi en las mañanas, a lo que correspondí de la misma manera, un poco desganado, sintiendo vergüenza al mirarla a la cara, luego de la conversación que había tenido con Cheeto hace tan solo un día.
-Es que tenía sueño acumulado- Mentí, desviando la mirada rápidamente a cualquier punto, tratando de evadir su mirada penetrante que, la mayoría de las veces, adivinaba mis pensamientos.
-Me alegro que te hayas juntado con Cheeto. Estaban un poco distantes- La miré, afirmando con la cabeza. No recordaba por completo, el contexto en el que le había contado las situaciones. Si estoy seguro de haberle dicho que las cosas con Cheeto estaban bien de nuevo, pero más allá de eso no profundicé. No era algo que me enorgulleciera.
-¿Y Mangel? ¿Has sabido algo de él?- Sentí como el corazón se me paralizaba antre esa pregunta. ¿Mangel? No pasa nada, solo que se me ha ocurrido la grandiosa idea de decirle a Cheeto, que siento cosas por él, cuando realmente no tengo idea de donde estoy ubicado.
-Está con su familia... Supongo que los extrañaba- Fue la respuesta más breve que podría haber dado, pero al parecer ella se sintió conforme con esto, por lo que solamente me miró y suspiró relajada.
-No te olvides que es tu amigo. No lo dejes- Fue lo último que comentó, antes de levantarse de la cama y dirigirse a la cocina...
-No me olvido de él, ese es el problema- Susurré a regañadientes, cerrando los ojos para intentar dejar de hacer trabajar a mi cerebro.

      La mañana pasó veloz, como todos los días en este departamento que, lo sentía sin vida. Este no era mi hogar, aún no.
-¿Vas a grabar hoy?- Sentí la voz delicada de Jen a mis espaldas, mientras me mantenía concentrado en la edición de un nuevo video que tenía planeado para hoy en la noche.
-Creo que no. ¿Por qué?- La miré, mientras se arreglaba el cabello.
-Tengo que salir. ¿No te molesta?- Me hizo bastante indiferencia el comentario, por lo que le sonreí, negando con la cabeza.
-Sal donde quieras amor. Pásalo bien- Me levanté, besando su frente, para luego abrazarla y seguir con lo mío. Por primera vez había sentido jodidamente extraño eso... Sentía extraño abrazar a Jen, pero pensar en Mangel... Sentía que la estaba engañando.

Los pasos de Jen se sintieron por todo el departamento, ir y venir, buscando y recogiendo cosas, hasta que sentí como se despedía de un grito, respondiéndole de la misma manera.
-Que me está pasando...- Suspiré pesadamente, dejando de lado lo que hacía con el ordenador.
-Esto va de mal en peor- Golpeé la mesa, para luego percatarme de que mi móvil vibraba. Era Cheeto.
-Por fin agarrahte er móvil ioputa- Su voz me hizo gracia, pese a que la escuchaba constantemente.
-Hola Cheeto. ¿Qué tal?- Me sentía muy aliviado de poder tener una conversación normal con él. Una conversación de amigos, sin tensiones ni mierdas por el estilo.
-Todo bien Rubiuh. Hoy llega Mahe- Su comentario me tomó desprevenido, dejándome un poco confundido.
-¿Y eso significa...?- Atiné a responder esto, con una voz que demostraba un poco de desconfianza ante las ideas que pudiese tener Cheeto en su cabeza.
-Tío... ¿Ya se te olvidó lo que me dijihte ayer?- Tragué saliva, incómodo por la situación en la que me encontraba. Cómo olvidar lo de ayer, hijo de puta.
-Sobre eso...- Inhalé con fuerza, sintiendo la irritación de Cheeto sobre mí. Soy un jodido indeciso.
-No me digah que ehtáh arrepentíoh- Su voz sonó fuerte y cortante, lo que me dejó claro que la idea no le parecía en absoluto.
-No es eso, es solo que... Joder tío, no puede ser verdad que ye haya dicho eso- me revolví el pelo, claro que Cheeto no sabía que cara tenía y como me sentía. Estar al otro lado del móvil no deja demostrar absolutamente nada.
-Rubiuh... Mahe llega a eso de lah nueve de la noche. Te dejo la opción de ir a buhcarlo con alguna ehcusa barata. Eh tu decisión... Si quiereh darte cuenta de lo que realmente sienteh, toma tú la decisión- Fue lo último que me dijo, antes de dejarme colgado en el móvil. ¿Qué yo tome la decisión? Joder tío, me estás pidiendo demasiado...

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora