Capítulo 102

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Narrado por Rubius


¿Cómo una persona. Sólo una persona, puede cambiarte la vida en 24 horas? Me había hecho la misma pregunta durante toda la mañana. Anoche había despedido a Mangel de mi departamento y, luego de pensamientos vagos que no me llevaron a ningún lugar, me fui a mi habitación a descansar. Tenía ganas de cambiar las sábanas... de ordenar un poco el desastre que habíamos dejado la noche anterior, pero luego de recordar aquel acto que realizamos en ese mismo lugar, decidí disfrutar aquel recuerdo una noche más. Era una idiotez. Los recuerdos están en la mente, no en los objetos... pero para mí era importante.

-¿Y ahora qué?- Había despertado hace unos veinte minutos. Tenía ganas de llamarlo; de decirle que volviera... -Fue decisión mía- Ahí estaba de nuevo con aquel pensamiento. La culpa me estaba torturando, y de que manera. Sentía tanta impotencia por las malas decisiones que había tomado en este último periodo, pero también me retractaba, y es que nada hubiera sucedido si es que no se hubiera dado la fórmula perfecta. Estas cosas no ocurren porque si; es imposible. -No creo en las coincidencias- Me dije a mí mismo, acurrucándome entre las mantas, mientras me ponía de costado, mirando a esa silueta que ayer me acompañaba. -Aún así te extraño- La sensación era inevitable. Ahora me sentía ridículo; tanto tiempo viviendo con él, desesperado por tener algún momento de intimidad con Jen y, ahora que deseaba estar con él, no podía, por la simple razón de buscar aquel amor en manos de una persona que no era la indicada. -O quizá lo era- Debía ser sincero... yo seguiría con Jen si no fuera por Mangel. Seguiría enamorado de ella; la diferencia es que él fue quien hizo que me plantease el quererlo como algo más. Y por eso lo sigo pensando; quizá Jen era la correcta, pero las decisiones cambian; las personas cambian. Yo no soy el mismo Rubius de hace unos meses, cuando comenzó todo esto que, en un principio, era un problema pero, poco a poco, se fue transformando en un regalo. He madurado en muchos aspectos. Increíblemente tanto en la vida privada como en mis propios videos. Se me hace un poco más difícil hacer el gilipollas en los videos, y ahí es cuando me doy cuenta de que he madurado. -No me molesta, si soy sincero- No tendría porqué. Creo que no podría haber manejado la situación con Mangel de haber sido así. Me habría reído de sus sentimientos. -De hecho lo hice- Y me lo hubiera tomando como una broma de mal gusto; esas que solíamos hacer cuando no existía un sentimiento más allá de la amistad. El sentirme más maduro me ha dado la posibilidad de ver las variables de mi comportamiento. Jamás me volvería a reír de los sentimientos de Mangel... no lo haría, porque sé que son verdaderos. -No sé cuanto tiempo llevo divagando- Suspiré, sin ganas de levantarme de la cama. El día había amanecido con un sol brillante que se hacía paso entre las nubes. Agradecía la lluvia de hace dos días, porque fue el motivo por el que todo sucedió como sucedió, pero ya era hora de un poco de sol. Me levanté, estirando los músculos de los brazos, para luego pararme y tirar las sábanas y las mantas que acompañaban al colchón. Todo se iba al lavado...

Abrí las ventanas, dejando que entrara el gélido aire del exterior, junto a los rayos de sol que iluminaron toda la habitación. Sonreí de lado, visiblemente más feliz... ahora que me daba cuenta, esta sensación que se alojaba en mi pecho no la había sentido en mucho tiempo, ni siquiera estando con Jen. ¿Qué mierda me había hecho Mangel? Además de sentirme más maduro al momento de tomar decisiones, me sentía terriblemente más sensible. Lo primero me gustaba, lo segundo no tanto. Miré mi móvil, esperando a que hubiera algún mensaje o alguna llamada perdida. Decidí no darle más vuelta y ponerme a grabar. Tenía energía suficiente para demostrarlo en los videos... los últimos subidos no habían sido de la calidad que me hubeira gustado, la ruptura; el viaje a Noruega; mis propios miedos, me habían afectado y eso lo estaba transmitiendo a través de la pantalla.

-A grabar- Me di ánimo, enclaustrándome durante todo el día. En cuanto terminé de grabar y me puse a editar como loco, recordé que Mangel me había invitado al departamento que compartía con Cheeto. -Joder, y yo aquí...- Dejé todo guardado y apagué el ordenador, tomando mis cosas para salir de mi departamento lo más rápido posible. La verdad era que estaba buscando alguna excusa para verlo, y al recordar eso fue como un pequeño regalo caído del cielo. Ahora tenía la excusa, y podía ir sin sentirme un gilipollas por estar acosando a Mangel.

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora