Capítulo 42

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Narrado por Rubius

La cosa estaba así; Jen se sentó en un taburete, frente a mi y de costado a Mangel, mientras este estaba sentado con su cara de gilipollas de no saber que cojones se le venía encima. La conversación partió con Jen bastante agitada, hasta que dijo las cosas sin mas.
 -Sé que te gusta Rubén- Que me estás contando. Pero coño, eso no ha sido nada sutil.
-Jen, joder- Le repliqué bastante tenso con toda esta situación. Todavía es momento de parar.
-Calla, en serio- Me miró con una cara de poquísimos amigos, advirtiéndome tan solo con los ojos que no me entrometiese.
-Si, me guhta- Giré mi cabeza para mirar sorprendido a Mangel. Este tío tiene una facilidad para decir esas cosas vergonzosas. Joder.
-¿Qué quieres lograr con todo esto? ¿Por qué Rubén?- ¿Qué le acaba de preguntar? Dios, ahora mismo quisiera poder estar acostado, durmiendo, sin saber de nadie ni nada.
-No podría rehponderte el por qué, puehto que no tengo ni puta idea Jen. Tampoco sé que quiero lograr. Tampoco sé poh qué cojoneh me ehtáh preguntando tóh ehto como si se tratase de una redada- Esto no va bien. Mangel no tiene intensiones de filtrar en sus comentarios y Jen… bueno, ella está cabreada.
-Te lo pregunto porque no te afecta solo a ti, sino que a todo tu entorno- Vale, ya empezó con eso otra vez. Es que me cago en todo.
-Perdón Jen, pero el que me guhte no significa que sea el apocalipsih- Miré al suelo, nervioso, confundido y tremendamente avergonzado. Que momento más bochornoso.
-Para mi relación con Rubén si lo es Mangel. Estás afectando en nuestra relación, y de mala manera- Jamás dije eso. El que yo me comporte como un gilipollas no significa que yo y Jen estemos mal. Ahora no tengo derecho ni para sentirme mal, coño.
-Dihculpa, otra véh, pero ehto no tiene náh que ver contigo. Creo que Rubiuh eh lo suficientemenete hombrecito pa’ hacerse cargo de suh problemah solo- Comenzaro a subir el tono de voz, mientras los miraba a ambos mirarse de manera agresiva.
    No entiendo a Jen… ¿Qué cojones quiere? Mangel es mi amigo, y sea la condición que sea, sigue siendo mi amigo.
     Ellos siguieron lanzándose dagas, hasta que Jen hizo la pregunta definitiva.
-Mangel, ¿por qué no siguen siendo simplemente amigos? En serio, te quiero, pero esto no va a ningún lado. Rubén y yo estamos viviendo juntos, durmiendo juntos; somos una pareja. Busca a alguien que te haga feliz, además de Rubén. Pero sólo sean amigos, olvídate de estos sentimientos- Esto no va bien por ningún lado. No puedes hacer esto Jen, pero, ¿Qué puedo decir yo?
-Mira Jen, yo te rehpeto mucho, te ehtimo, pero no voy a cambiar lo que pienso o siento sólo pohque a ti no te gusta como van lah cosah- Lo miré bastante cabreado, recordándole con la mirada que con quién hablaba no era con la vecina. Era con mi novia.
-Entonces Rubén tendrá que elegir… Esto no va a ningún lado o al menos a uno bueno- ¿Qué? ¿Elegir? No, no, no, no.
-Jennifer, no me hagas esto, joder. Esto no se hace- Le contradije, irritado y herido. ¿Por qué tiene que tomar estas medidas?
-En serio Mangel… basta con todo esto. Además tu ya tenías pareja, no entiendo que te dio por fijarte en alguien que ya estaba ocupado- Jen, estás yendo muy lejos con tus palabras. Joder, te amo, pero no puedo ver mas esta situación. Su jodida actitud me está tocando los redondos
-Yo decido mih guhtoh, punto. Y tu, ioputa, habla. No ehtáh ajeno a lo que pasa aquí- Sentí su mirada clavada en mi, pero preferí mantenerme ajeno. ¿Jen o Mangel? ¿Jen o Mangel?
-Mangel…- Susurré mirando en un principio a Jen, para luego mirar a Mangel. No puedo elegir. Quiero a Mangel por ser mi compañero todos estos años, pero jamás había encontrado una mujer que coincidiera con mis gustos y me apoyara tanto.
-Mangel… vete a casa. En serio- Con el dolor de mi alma estaba dándole un “ultimátum”, por el momento. Prefiero que se calme toda esta situación, para poder hablar tranquilos, los dos.
          Vi como Mangel se levantaba del sofá, mientras se despedía de Jen. Me levanté al instante para seguirlo.
-Mangel…- Lo nombré en el momento que cerraba la puerta de entrada del departamento, para, por fin, tener una conversación entre los dos.
-No me hables- Se dio la vuelta, mirándome con una cara que denotaba, como decirlo, decepción. Lo siento, en serio.
-Mangel, no podía hacer nada mas, joder. Me dejaron entre la espada y la pared- ¿Por qué siempre Mangel es la vícitma? No entienden la jodida carga que tengo encima. Es demasiado.
-No. No digah eso. Tu, Rubiuh, tu elegihte ehto. ¿Quiereh ehtar con tu novia? Adelante, pero si me dejahte como segunda opción, olvídate de nuehtra amihtáh, aunque parece que poco te vale- ¿Ahora tú? ¿Pero por qué segundo? Eso no es verdad.
-¿Por qué tienes que ser tan extremista? No elegí a nadie, no dije un nombre en concreto- Trataba de mantenerme calmado, pero la horrible sensación de ser un hijoeputa me tenía tenso.
-El hecho de que te quedaseh calláoh como un gilipollah mientrah ehta tía me preguntaba hahta a que hora voy al baño, demuehtra que no te importa nada el rehto. Ereh un ioputa egoihta- Miré como se daba la vuelta para dirigirse al ascensor. Lo tomé por el hombro, sin dejar que concretara su acción.
-Mangel, yo te quiero coño. Eres mi amigo, no me hagas esto- Madre mía, han sido pocas las veces que he suplicado algo con tantas ganas.
          Miré a Mangel cabrearse aún más, mientras, en cámara lenta, veía su puño directo a mi rostro. Con suerte alcancé a cerrar los ojos antes de que terminara estampándome un golpe.
-¿Qué no te haga ehto? ¿Y cuanto me hah hecho tu? No ocupeh esah palabrah tan importante pa’ ehcusarte. No máh mierdah, Rubiuh. Se acabó- Esto no va a ningún lado. Es tremendamente injusto que tenga que recibir la carga de todo. No Mangel, así no se juega.
-¿Y tu no me has hecho nada? ¿Pensaste en algún momento como lo pasaba yo?- Dije cabreándome en segundos, golpeándolo de la misma manera que él lo había hecho conmigo.
-Ándate a la mierda. No me llameh, ni hagah el intento. Y ten claro que tóh ehto se fue a la mierda, graciah a ti- Miré como se dirigía al ascensor, sin dirigirme ni una sola mirada, en serio ¿Esto se acabó? No me lo creo.
    Me quedé parado en medio del pasillo, sintiendo ojos por todos lados. De seguro los vecinos se preguntaron quienes eran los gilipollas que gritan como si viviesen solos. Luego de unos segundos me fui al departamento. Hay algo que tengo que arreglar con Jen.

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora