Capítulo 105

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Narrado por Mangel

-¡¿Rubiuh?! ¿Dónde cojoneh te metihte? ¡Que se noh va el tren, coño!- Me ehtaba desehperando por la tardanza de ehte gilipollah. Ehtaba en la ehtación, ehperándolo con el culo a doh manoh por temor a que se noh fuera el tren, poer ehte tonto no dejaba de reírse al otro láoh del móvil, muy entreteníoh con ehta situación que, al menoh a mí, me parecía de lo máh fruhtrante.
-Tranquilízate macho, que estoy llegando. Además nos queda tiempo- ¿Tenía cara pa' decir algo así? El jodido tren salía en cinco minutoh. Tenía ese tiempo para llegar o sino me iría sólo... o eso suponía.
No quise seguir irritándome por algo que no tenía remedio. Si llegaba tarde, no habría náh que hacer y tendríamoh que pohponer el viaje ya que, para suerte nuehtra, no quedaban pasajeh hahta dentro de doh semanah. Comencé a caminar por loh alrededoreh, mirando a la gente, apresuradah y enfrahcadah en suh propioh problemah. Me senté en una de lah tantah bancah de madera que había por loh alrededoreh, observando como el mundo se movía veloz frente a mih ojoh. Uno no nota lo ehtresado y apurado que ehtá, hahta que se da el tiempo de rehpirar y mirar todo lo que sucede alrededor. La gente, con rohtro amargado, arrahtrando suh maletah con fruhtración. No podía juhgarloh... como ehtán lah cosah en Ehpaña eh difícil sonreír, máh si tieneh un trabajo de mierda donde te pagan una miseria que no ejemplifica ni en un 1% todo el ehfuerzo que realizah en el día. Yo lo sabía; veía a mih padreh trabajar como locoh; ehforzarse por tener algo pa'l poner en la mesa... así que no culpaba a la cantidáh de gente que se veía terriblemente ehtresada, caminando por la baldosa fría de la ehtación.
-¿En qué piensas?- Su voz... su jodida voz casi me hace cagar ladrilloh. Que puto suhto me había dáoh.
-Joder Rubiuh, que casi me muero tío. Mierda, mi corazón- Inhalé y exhalé, tratando de calmar a mi corazón por ese repentino susurro que me pareció máh acojonante de lo que debería haber síoh.
-Hola, yo también te extrañé- Se dehcojonó el ioputa. Dehde la última véh que noh habíamoh vihto; cuando me contó lo de su madre, que sabía lo nuehtro, no noh habíamoh vihto máh. Y lo agradecía... nosotroh mihmoh habíamoh llegáoh a ese acuerdo para ehtrañarnoh y aprovechar el fin de semana a tope. Y eh que nuehtra compañía se tornaba increíble y a la véh muy agotadora, luego de convertirnoh en ehto que no tenía ni nombre.
-Que sí coño, te lo hubiera dicho pero me asuhtahte. Ahora subámonoh al tren anteh de que se vaya- Me levanté de golpe de la banca, dehviando la mirada a mi compañero. Usaba esoh jeans de toda la vida, junto a una camisa con cuadroh que se ponía pa' lucir un poco máh serio... y la verdad, lo lograba. Tenía un aire de adulto rehponsable que ni él mihmo se creería, aunque fuese sólo su parte externa, ya que tenía claro que, por dentro, seguía siendo el mihmo niño de siempre.
Noh acercamoh a una de lah puertah del tren, tomando nuehtrah maletah pa' subir lah pequeñah ehcalerillah que ehtah tienen. En cuanto ehtuvimioh dentro, comenzamoh a buhcar nuehtroh asientoh. Había procurado encontrar doh juntoh y, para suerte nuehtra, eran uno de loh máh cómodoh, loh últimoh; aquelloh que detráh no tienen ningún otro asiento. Pusé mi maleta en lah rejillah de la parte superior, pa' acomodarme en el asiento de la ventana. Me guhtaba mirar hacia afuera, máh cuando era en tren. El cambio de paisaje me guhtaba muchísimo. Amaba poder dehconectarme de todo y todos, pero aún así poder ehtar con Rubiuh.
-¿Qué piensas?- Su voz me sacó de mi ensoñación.
-Náh, pensaba que eh bueno viajar juntoh. Dehde navidáh que no venimoh... ya era hora, ¿no créeh?- Él asintió como si se tratase de un niño pequeño, sonriéndome, mohtrando esoh dienteh grandoteh.
-Lo mejor es que no tendré que estar pendiente del móvil para ver si te conectas. Es bueno poder desconectarse de todo, por completo- Me sorprendía que hubiéramoh pensáoh en lo mihmo. Vi como se sentó a mi láoh, sacándose el abrigo pa' taparse lah piernah con ehte. El tren comenzó su marcha lenta y pacífica que, poco a poco, se fue tornando máh y máh veloz, hahta un punto en que el paisaje comenzó a pasar muy rápido. No hablamoh en ese intermedio. Rubiuh se encontraba concentráoh en su móvil, cosa irónica luego de lo que había dicho anteh sobre el dehconectarse y tóh eso, pero podía entenderlo, máh cuando él trabajaba con su móvil y se mantenía pendiente de ehte. Lo miré unoh minutoh, dibujé en mi mente su perfil; esa naríh rehpingada y esoh párpadoh levemente caídoh a causa de dormir poco. No me di cuenta cuando él era quien me miraba fijamente.
-¿Qué miras con tanta atención? ¿Te parezco guapo?- La pregunta me tomó por sorpresa. ¿Guapo? Mucho máh que eso.
-Si, te encuentro muy guapo... cuando ehtáh en tu rollo de ejecutivo serio y rehponsable me guhtah mucho máh, aunque no sería divertido si todo el tiempo fuerah así. Ereh guapo naturalmente- Le di muchah vueltah a algo que pudiese haber dicho de manera máh sencilla "si, ereh guapo" y ya, pero no podía sentirme a guhto simplemente con eso.
-Gracias. Tú también eres guapo. Ay mi Mahe, si eres tan buena gente- Sabía que no sería capáh de admitir algo tan vergonzoso sin decir alguna broma entremedio, pero no me quejé, agradecía loh pequeñoh momentoh en loh que se sinceraba.
-Lo pasaremoh bien- Dije dehpreocupáoh, apoyando la cabeza en el rehpaldo del asiento levemente inclináoh. Miré un momento afuera; el paisaje pasaba con rapidéh y de la mihma forma ya había cambiáoh de ciudáh contamináh a campo de aire puro. Era bueno tomarse ehtoh rehpiroh de veh en cuando.
-Siempre lo pasamos bien, Mangel. Ni siquiera tienes que decirlo- Su humor había cambiáoh considerablemente si comparábamoh hace unah semanah atráh, cuando la tormenta ehtaba encima de nuehtrah cabezah; atormentándonoh conhtantemente para hacernoh caer. Me sentía orgulloso de que eso no hubiera ocurríoh.
-Mangel- Su voz me llamó y, en cuanto giré la cabeza para dedicarle una simple mirada, él me tomó por el cuello, plantándome un beso tan corto y a la véh tan intenso, que me dejó sin rehpiración. -Necesitaba hacerlo... no puedo tenerte al lado sin siquiera tener una recompensa- Sentí como mih mejillah elevaron su temperatura, tanto así que pude sentir el calor hahta en mih ojoh.
-Rubiuh... ehtamoh en un tren- No lo decía tanto por mí, sino por él que siempre se había cuidáoh de que nadie noh vierah en ehto que, para muchoh, era una aberración de la naturaleza o cuantah mierdah máh sin sentíoh.
-Me importa tan poco que ahora mismo nos miren, te lo digo en serio- Lo miré, serio. Ehtaba hablando en serio, su tono de voz había cambiado considerablemente al decir aquello. ¿Había perdíoh pudor en ehte tema? Si bien ehtábamoh en una posición privilegiada, pseudamente ehcondidoh de todoh por ehtar en loh últimoh asientoh, había gente que pasaba caminando de vez en cuando. Cualquiera podría reconocernoh; reconocer a Rubiuh; hacer que el rumor se ehparciera. Cualquiera podía tomar una foto y jodernoh la exihtencia. -Deja de rallarte- Dijo, inhpeccionándome con la mirada. De seguro dehcubrío que en lo profundo de mi subconsciente me ehtaba poniendo paranóico como anteh lo era él. ¿Por qué ahora tenía tanto miedo? Quizá porque uno de loh doh siempre debía tenerlo. Uno de loh doh debía ser el precavido y mantener el límite entre lo que se puede ocultar y lo peligrosamente público.
-Dihculpa... eh que... me llama la atención- Me reí como un bobo, un poco mareado por el reciente beso en un ehpacio público. Yo realmente quería ehto. A tomar por culo la gente; el mundo y todoh loh que pudiesen odiarnoh... ehtando con él me importaba poco y nada lo que pensaran de mí, pero Rubiuh vive de ehto, yo también claramente, pero Rubiuh puede perder mucho máh, y tanto él como yo sabemoh que, si ehto llegase a caer en manoh de alguien que quisiese hacernoh dañoh, todo se iría a la mierda. Si Jen abriera la boca... sería nuehtro fin. Eh por eso que cada día apelo a su criterio bien formado.
-Si te molesta me lo puedes decir- Aquella llama que había encendíoh su interior, para darme ese beso, se extinguió en cuanto comenzó a ojear nuevamente su móvil. Mierda... él me dio aquella confianza; quería hacerlo sin demasiadah ehplicacioneh. Seré gilipollah.
-No me molehta, y suelta ese jodíoh móvil por el amor a todo- Se lo arrebaté de un tirón, mirándolo muy cerca mientrah inhalaba y exhalaba con cierta furia. Me mordí el labio inferior, dihfrutando su rohtro lascivo tan cerca del mío.
-Mangel, no tengas miedo- Su voz salió muy débil, casi como un susurro. Ahora mihmo nuehtro alrededor había desaparecíoh. Nada ni nadie importaba...
-No quiero causarte problemah- Le susurré de la mihma manera, apoyando mi frente en la suya. Ehtábamoh mirándonoh fijamente uno al otro. Alternaba a que ojo mirar para que no me doliera la vihta ni viera doble... sentir su rehpiración en mih labioh era tan increíble como un simple beso. Todo de él; cada emoción y sentimiento que dejaba ver, era increíble...
-Me causarás problemas si tú eres más débil que yo. Sé fuerte... y deja de pensar un segundo en todos. Ahora estamos solos. ¿Vale?- Su sonrisa terminó por hacerme enloquecer. No lo dudé máh, apoyé mih doh manoh en su nuca, acercándolo a mí para besar con delicadeza suh labioh tibioh. Cerré loh ojoh, pensando en un mejor lugar, exiliándome completamente del lugar en el que me encontraba. Comencé a abrir la boca con ímpetu, pero él no se quedó atráh en ningún momento, su boca comenzó a encajar con bahtante facilidáh en la mía, volviendo aquel beso en algo sumamente placentero. Comencé a sentir muchísimo calor, máh cuando su lengua provocadora se coló en mi boca, inhpeccionando un lugar máh que conocíoh por ella. Mi rehpiración se ehtaba volviendo un tanto desehperada así que preferí separarme anteh de, poco menoh, quitarnoh la ropa en pleno tren.
-Madre mía macho... me puse cachondo con un simple beso- Se dehcojonó, con el rohtro prácticamente moráoh de la vergüenza.
-No eh necesario que lo digah en voz alta- Dehvié un segundo la mirada, intentando calmar mi rehpiración para neutralizarla y dejarla normal. Si, claramente yo también me había puehto muy cachondo; había síoh un beso máh que intenso, y la sensación de peligro y exposición era lo que le daba ese toque mágico. Ese toque excitante que tan mal noh había dejáoh.
-Nada máh de besoh o ehto acaba mal- Me burlé y él acompañó mi comentario con una sonrisa de oreja a oreja. Noh sentamoh en una posición normal, aunque Rubiuh se quedó unoh momentoh mirándome. Yo me hice el gilipollah como si no me enterase de que ehtuviese haciendo eso, aunque sentía suh ojoh verdeh penetrando hahta lo máh profundo de mi ser.

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora