Capítulo 62

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Narrado por Rubius

 ¿Qué nos está pasando, Mangel? ¿A dónde me estás llevando?
-Gracias- ¿Cuándo es que comencé a sentirme así?
-Graciah a ti, por aceptar salir conmigo- Sonreí avergonzado, ocultando mi sonrisa en esa bufanda que me había regalado mi madre años atrás. ¿Qué cojones estás haciendo conmigo?
- Quién diría que lo pasaría mejor en una cita contigo que con una tía- ¿Realmente se lo estoy diciendo? No puede ser; de verdad lo pasé excelente con él.
-Y eso que todavía no terminamoh- Su voz salió potente, como si con cada palabra que pronunciaba me enviara a un lugar que no conozco, pero que deseo conocer. Se acercó a más no poder, chocando su hombro con el mío. No me molestó en absoluto, he de admitirlo.
-En serio gracias. Hiciste que olvidara toda la mierda que tenía encima- Imité su acción, chocando mi hombro con el de él. Estoy feliz… acojonado pero feliz.  
-Te prometo hacer que olvideh otrah cosah- No pude evitar sentir vergüenza. Mangel no es estúpido, y yo tampoco. Sé que es lo que dice entre líneas…
-Serás gilipollas- Reí bajito, golpeándolo nuevamente con el hombro, sintiendo como me devolvía la risita que yo había hecho antes. Somos dos idiotas jugando con fuego. Yo estoy atado a muchas cosas, él también y aún así nos arriesgamos a hacer estas cosas… prohibidas.
    ¿Y si nos descubren? ¿Y si la gente nos comienza a mirar como algo más? Tengo miedo; miedo de que me acusen de algo que no he hecho, que no debo sentir y que jamás debí permitir. Mangel me tiene aquí, caminando por la noche estrellada de Madrid, a su merced, mientras sólo puedo seguirlo a donde me dirige. Estoy perdido en esta mierda que no sé como manejar… Tengo tan claro que todo terminará mal, pero ya estoy dentro de este juego. Pretendía estar de observador, y resultó ser que yo fui el protagonista. Me cago en ti Mangel, por tenerme en esta situación…
-Le quiero…- Exhalé, notando como el vaho atravesaba mi bufanda. El frío era intenso, pero estar junto a Mangel, notar como era feliz por estar caminando junto a mí, me mantenía tibio. El cuerpo y el alma.
-¿A dónde vamos?- Decidí hablar. El silencio no era incómodo. Sentía como él y yo estábamos sumidos en nuestros pensamientos, pero no era bueno que estuviésemos callados. A veces los pensamientos se vuelven contra nuestra.
-¿A dónde quiereh ir?- Me dijo con una voz cálida, casi como si me acariciara con cada palabra.
-¿Eh? Me dijiste que tenías planeado algo…- Le respondí confundido, tratando de no sonar tan gay como mis pensamientos. Al menos son eso; pensamientos… sólo yo se que hay en ellos. Y lo agradezco de una manera que no es normal.
-Sólo quería saber si tu queríah ir a algún láoh- Me sonrió, tomándome del brazo, mientras cruzábamos la calle y nos dirigíamos a un lugar totalmente desconocido para mí. Estoy desorientado.

     ¿Por qué estoy arriesgando tanto? ¿Por qué cojones soy tan gilipollas? Si esto termina mal… adiós Mangel, adiós Jen… adiós todo.
-¿Rubiuh?- La voz de Mangel me sacó de mis pensamientos ácidos. Esos que me estaban haciendo pedazos el cerebro.
-Dime- Contesté tranquilo, después de todo, lo estaba.
-¿Tieneh mucho frío?- Lo miré mientras levantaba una ceja ¿Por qué me pregunta eso?
-No… La verdad es que no. Estoy bastante abrigado- Respondí a su pregunta que me pareció rara de cojones.
-Me alegro- Fue lo único que dijo, cerrando la conversación, dejándome extremadamente confundido. Vale, eso ha sido muy extraño

      La caminata fue agradable. Las luces de la calle iluminaban bastante el camino, junto con los lugares que íbamos pasando con tranquilidad.
-Ven…- Me hizo un gesto con la mano, a lo que simplemente correspondí, siguiéndolo sin titubear.
     Comenzamos a entrar en un parque bastante grande. Tenía fuentes que no estaban en funcionamiento debido al horario. Había personas; muy pocas, sentadas en las bancas, otras en el pasto. Era bastante tarde y aún así había vida en ese lugar.
-¿Seguro que no tieneh frío?- Preguntó una vez más, dejándole claro que no. Sólo me dedicó una sonrisa, mientras caminaba un poco más adelante de mí, deteniéndose en un sector prácticamente vacío.
-Se que no te guhta andar exhibiéndote. Aquí no hay nadie- Miré su rostro, iluminado por los faroles del parque, mientras seguía con la mirada sus acciones. Se sentó en el pasto, acomodándose en este, mientras yo lo miraba sin entender del todo que era lo que planeaba.
-Vamoh… ¿o te váh a quedar ahí paráoh tóah la noche?- Su “crítica” me hizo reaccionar al instante, haciendo que mi cuerpo se moviera por inercia, sentándome a su lado.
-¿Este era tu plan?- Lo miré sonriendo. Me parecía gracioso que se le ocurrieran cosas tan de… pareja.
-¿No te guhta? Si quiereh podemoh ir a algún otro lug…
-Me gusta. Tranquilo- Le levanté el pulgar, mientras me cruzaba de piernas y apoyaba mis manos un poco más atrás de mi cuerpo. Me mantenía inclinado mirando al cielo. La luz no afectaba en absoluto el cielo. Era como si estuviese hecho para nosotros…
     Un silencio reinó por completo nuestro alrededor. No era incómodo… era más bien de incertidumbre. No sabíamos que decir, y aún así lo decíamos todo. Al menos él me lo decía… Tengo tan claro lo que siente él por mí, que me acojona saber que es lo que yo siento por él.
-¿Y si es algo que no puedo controlar? ¿Y si se me va de las manos?- Suspiré, pensando una y otra vez en estas preguntas que me estaban acojonando. Es todo tan complicado; es algo con lo que no puedo luchar, algo que me hará tanto daño si no lo hago bien… y aún así lo hago.
-Mangel… ¿Qué piensas?- Inhalé y exhalé con calma, mientras lo miraba perdido observando las estrellas.
-Pienso en muchah cosah Rubiuh… pero últimamente ehtoy pensando en algo demasiáh veceh al día- Giré la cabeza, clavando mi mirada en su cuello estirado. Cuidado con lo que dirás Mangel…
-Mmm. Creo que estoy igual… La diferencia es que yo no sé en que pensar primero- Comenté vagamente, notando como su rostro se giraba para por fin dedicarme una mirada.
-Rubiuh… ¿véh esa ehtrella?- Levanté una ceja, para notar como apuntaba al cielo a una estrella en específico. No supe a cual se refería, pero opté por nombrar a la más brillante.
-¿Es esa?- Apunté tratando de acertar. Lo logré, era la que pensaba.
-Esa ehtrella eh como tú- Me quedé embobado escuchándolo ¿Cómo yo? Joder, que cursi tío… pero ¿Por qué?
-¿Eh?- No supe que más decir, me había pillado por sorpresa ese comentario, por lo que no presté mayor atención. Era raro de cojones, pero a estas alturas poco y nada importaba todo lo que nos dijésemos. Lo del restaurant había demostrado que el pudor lo tenemos en el culo.
-¿No lo entiendeh? La máh brillante entre tóah. Tú ereh eso… dehtacah en lo que ereh bueno. Ereh esa ehtrella que brilla entre cientoh que pasan desapercibíah. Ereh dihtinto; él que siempre será máh deseado que el rehto. Al menoh eso ereh para mi- Pude notar como un rubor comenzaba a atacar todo mi rostro. Sentí como los ojos se me acaloraban, la garganta se me secaba y las mejillas me ardían. Es gilipollas…

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora