Capítulo 82

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Narrado por Rubius

-Buenos días amor. ¿Te sientes mejor?- Jen me movió con suavidad, como tantas veces lo había hecho. 
-Si… Disculpa, en serio. No pensé que me haría tan mal el trago- Esa había sido la magnífica mentira que se me había ocurrido para zafarme de Zoo… Luego de ese “encuentro” con Mangel, se me había hecho más que imposible mantenerme en pie, sin sentir que las piernas me flaqueaban. Una mezcla de sensaciones no me lo permitían, mucho menos la vergüenza que tenía encima, junto con esos calzoncillos mojados que me tenían terriblemente incómodo.
-No te preocupes, después de todo igual estaba cansada- Vi como se estiraba en la cama, mientras yo me acomodaba de lado, pensando en todo lo que había ocurrido.

        Las situaciones habían sido tremendamente extrañas y rápidas. El padrino me había preguntado algo a lo que yo no tenía ni puta idea de cómo responder.

“¿Por qué Mangel te besó?”

    En ese preciso instante sentí como un balde de agua fría me caía en la cabeza. Me sentí tremendamente solo, y creo que fue eso mismo lo que detuvo al padrino en sus preguntas. Sólo me miró, me hizo un gesto con la mano para que me acercase, y me dijo simple y claro

“Me vas a explicar todo lo que ocurre aquí”

   Luego de eso, no hubo más conversación sobre el tema. Mi madre se levantó ubicándose en la sala de estar, al lado del padrino quien ya se encontraba sentado al lado de mi hermana. Jen llegó a los minutos, tomándome de la mano e incándose frente al árbol de navidad, donde se encontraban todos los regalos amontonados. 
-Bueno, abramos los regalos- Jen se veía entusiasmada, lo que entusiasmó también a mi hermana, quien se acercó a nosotros con una sonrisa de oreja a oreja, mientras buscaba los regalos más grandes y brillantes. 
-¿Y esto?- Vi como mi mamá tomaba del sofá la cajita de música que le había regalado Mangel a mi hermana, una hora atrás. Cuando la abrió, comenzó a sonar una vez más la cancioncita de Frozen, aquella que me paralizó de pies a cabezas.
-Mangel se lo regaló- Dije rápidamente para desviar el tema y seguir comentando los regalos que estaban esperando a ser abiertos. Pude ver el rostro frío del padrino, mirándome de manera inescrutable; mirando específicamente mi mano, aquella que estaba siendo sostenida por la de Jen. 
-¡Que hermoso regalo! Pensé que vendría- No solía tener este tipo de pensamientos, pero estaba deseando con todas mi ganas que mi madre cerrara la boca de una puta vez.
-No pudo, tenía que hacer… Les mandó muchísimos saludos- Sonreí un poco nervioso, zafando lentamente mi mano del agarre suave de Jen, quien sólo me miró un poco extrañada, para no darle más vueltas…

      La tarde pasó bastante lento. Salí con mi hermana y Jen a dar una vuelta, conversar y disfrutar de la nieve acumulada en las calles. No era común que nevara en Madrid, por esto mismo era que había que aprovechar al máximo este tipo de situaciones…
      En cuanto volvimos, el padrino me alejó de todos, llevándome a “la sala de trabajo”.

“Mañana hablaremos”

     Me comentó con un aire de calma total. Me encogí de hombros, sin saber del todo porqué había tomado esa decisión, pero para mí era mucho mejor… aunque tuviese que enfrentarlo, prefería posponerlo un poquito más. En cuanto salimos, me encontré con Jen, quien me ofreció ir a Zoo… Y ahora me encuentro en esta situación, mintiendo a no dar más, con un jodido dolor de cabeza y muchas ideas dándome vuelta y follándome los sesos.

-últimamente te estás enfermando mucho. No quiero que te estreses demasiado- Jen tenía razón desde su punto de vista, sólo que mis “enfermedades” no eran tan reales como yo solía decir. Fue la primera mentira que se me vino a la cabeza, luego de llegar a la mesa donde se encontraba Jen esperándome, un poco irritada por haber demorado tanto. Le entregué su trago y luego de unos 20 minutos le comenté mis leves “mareos” causados por un trago imaginario, aquel que me sacaría de esa situación. No tuve que decir mucho más para que nos devolviésemos a casa y pudiésemos descansar… Eso quería, hasta que recordé que tenía una conversación pendiente con Hector al día siguiente. Eso me quitó el sueño por completo.

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora