Capítulo 35

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Narrado por Mangel

-¿Qué se supone que ehpero?- Me movía de un lado a otro, nervioso, ehperando rehpuehta a ese jodíoh mensaje que se me había ocurríoh mandar segundo anteh.

“Te amo... Y va en serio“

-Seré gilipollah- Suhpiré saliendo de mi habitación pa’ sentarme en el sofá, mirando er móvil detenidamente.
-No rehponderá- Lo asumí un poco fruhtráoh…tan solo pensé que, quizá…eh imposible.
      Apreté el móvil con fuerza, tratando de relajáh mi mente, pero el móvil me sacó totalmente de mih hipnosih.
-¿Cheeto?- Me llamó un poco la atención, pero de seguro me llamaba pa’ sabéh si finalmente le dije argo a Rubiuh.
-¿Cómo te fue?- Lo supuse. Era por eso.
-Bien, bueno… ¿Ehtáh ocupáoh?- Creo que me haría bien ehtar con Cheeto. Eh un buen tío, y un buen amigo.
-Voy parar allá, ehpérame con alguna cerveza- Y colgó. Que ioputa máh bueno.

       Pasó la tarde bahtante tranquila. Tuve tiempo de dormíh un poco y dehcansar mi cabeza, mientrah ehperaba a Cheeto que, al parecéh, tuvo que hacéh unah diligencia anteh de veníh a lo que pronto sería mi antiguo piso.
-cállate ya, coño- Fruncí el ceño al habéh síoh dehpertáoh por el móvil. Me jode dehpertáh de esa manera.
-¿Me puéh abríh la puerta, ioputa?- Jodéh.
   Me levanté deprisa, dirigiéndome al baño a lavarme loh dienteh. Eh que no quiero saludarlo con aliento de recién dehpertáoh.
-Hola, pasa- Le dediqué una sonrisa luego de haberle abierto la puerta.
-Ehpero que me tengah mi cerveza y unah buenah ehplicacioneh- Movió el índice como señal de reproche, entrando con una bolsa. De seguro trajo argo pa’ comer.
-Macho, que te ehplicaré tóh- Suhpiré pesadamente, cerrando la puerta.


-Así que le mandahte un mensaje- Volvío a repetíh luego de habérselo dicho por décima véh.
-Si, pero obviamente no lo rehpondió. No eh tan gilipollah pa’ hacéh argo así- Lo miré fijamente, notando como suh faccioneh cambiaban a una de preocupación. ¿Me veo ansioso?
-Bueno, supongo que lo mejóh será que hableh con él cara a cara- Bebió otro sorbo de la “ehtrella Galicia”, mirándome tranquilo.
-Supongo que puéh ehtar conectáoh en Skype- Murmuré levantándome del sofá.
-Cheeto, quiero que te mantengah ehcuchando- Quiero ser directo, pero si algo sale mal, quiero tenéh a Cheeto sea tehtigo de tóh, en caso de que, bueno, noh pongamoh violentoh.
-Claro- Dijo de manera seca, levantándose y siguiéndome hahta mi habitación.
     Me senté frente al ordenador, ehperando a que se encendiera.
-Ehtoy nervioso- Dije entrediente. Aún así Cheeto me ehcuchó.
-Tranquilo, eh solo Rubiuh. De seguro él también ehtá nervioso- Me tomó por el hombro, tratando de calmáh mih ansiah.
    Miré hacia el monitor, abriendo Skype y poniéndome como conectado. A loh segundoh me hablo. Me cagon’ tóh’.
-Hola :) – Se que ehtá haciendo lo posible por parecéh el ser humano máh tranquilo del mundo.
   Titubée un poco, poníendome como dehconectáoh. Que cobarde por Dioh.
-¿Pero que haceh? ¿Ereh gilipollah? Aprovecha- Cheeto me gritó cabreado dehde la cama. Claro, gritáh dehde su posición eh fácil.
-Hola Rubius- Escribí con un nudo en la garganta, mientrah me ponía como conectáoh. Se me va a salíh er corazón por loh ojoh.
-Pon la cámara y el micrófono, te voy a llamar- ¿Qué? Bien, Mahe, cálmate. Eh Rubiuh…hah habláoh cientoh de veceh con él.
     Lo pensé otroh segundoh, mirando de reojo a Cheeto que me veía con una cara en plan “Si no lo haceh, lo haré yo”. Mandé solicitúh de videollamáh, a la que rehpondió enseguíah.
-Joder, ¿estabas durmiendo?- Lo miré ehtrañáoh, pa’ luego caer en la cuenta de que con Rubiuh no puéoh andáh con mentiritah
-No eh eso, eh que…bueno ya, me dormí- Me encogí de hombro un poco tenso. No debería ehtarlo.
-¿Cómo estás?- Otra véh esa pregunta. Jodéh, ¿Cómo crée que ehtoy? Ehtoy de maravilla, ioputa
-Ya te lo dije…ehtoy tranquilo. Bueno no, ehtoy triste y jodíoh. No creo que sea necesario mentirte- Ya le dije “te amo” no creo que puéh habéh algo máh vergonzoso que eso.
-Vale, pero no es como si no nos fuéramos a ver. Si quieres puedes venir en cuanto te mudes con Cheeto- No me inviteh por compasión. Así no van lah cosah, Rubiuh.
-De hecho, Cheeto ehtá aquí conmigo- Sonreí al sentihme protegíoh de que Cheeto ehtaba aquí pa’ apoyarme, como un verdadero amigo.
    Cheeto se levantó de la cama mientrah yo lo llamaba de un grito simulando que ehtaba lejoh. Se puso frente a la cámara, empujándome y haciéndome caéh de la silla. Eh, tío, que educáoh.
-Hola Rubiuh, ¿Cómo ehtá la vida de emparejáoh?- Lo veía fijamente, mientrah me levantaba del piso.
-Bien, estamos sobreviviendo- Cheeto se dehcojonó con eso, mientrah yo lo miraba con una cara de “¿Ehtá conmigo o con él? Madre mía pero que actitúh mah idiota tengo.
     Cheeto se dio la vuelta pa’ mirarme y luego acercarse a mi.
-Mahe, confía en mi, déjame con Rubiuh- Me guiñó un ojo y fue cuando entendí que quería ehtar a solah.
    Lo miré una véh máh, pa’ luego dirigirme a la puerta y salíh de mi habitación. Lo dejo en tuh manoh, Cheeto.
-¿Qué ehtarán hablando?- Giraba de un láoh a otro, como esoh leoneh enjauláoh que se encuentran en loh zoológicoh.
-Que mierda vah a hacéh Cheeto- Me resigné sentándome nuevamente en el sofá, revolviéndome el pelo inquieto.

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora