Capítulo 77

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Narrado por Mangel

    Algarinejo… Mi bella ciudáh. Olvidáh por algunoh pero encantadora para otroh tantoh. Aquí ehtoy, viajando en el tren, mirando por la ventana el paisaje… Lah nubeh se acercan peligrosamente, como si atentaran contra el lindo sol de la mañana. 
-Que bello- Susurré, apoyáoh en el marco de la gran ventana del tren, mirando con rapidéh loh árboleh que pasaban casi como una línea verde contínua…

      Ehtoy viajando, a mi ciudáh, donde ehtán todoh loh sereh que máh quiero, excepto…
-Joder…- Tragué saliva, suhpirando una véh máh, defraudáoh y realmente herido. Pensé que sería dihtinto; pensé que sería realmente mágico, pero loh pensamientoh se quedan en un sólo lugar; la cabeza. Ehtoy viajando, claro, pero no vale de náh si eh solo… Ehtoy viajando sin él, y de seguro no viajaré máh con ese ioputa.
-Eso ereh- Dolía, máh aún al pensar que lah cosah iban pa’ mejor. Esa tarde de comprah en el centro de Madríh… Lo ví tan felíh, tan nervioso al besarme… Lo vi sonrojarse por mí, dejarme ser parte de ese cálido beso. Me compartió un poquito de él.
-Y ahora no queda absolutamente nada de eso- Absolutamente nada… Ehtoy jugando a perder, así de sencillo. Apuehto tóh lo que tengo, por alguien que realmente no me quiere, por alguien que no dese ehtar conmigo, que no da tanto como yo doy.

“El que se enamora primero, es el que más sufre”

      Recuerdo haber leído esa frase en un libro… Me pareció gracioso, máh porque eh ilógicamente trihte y congruente. Quién se enamora perdidamente, sufre máh, y por donde se mire, la lógica sigue siendo la mihma. Cuando uno realmente ama, da el 100% por esa persona, aún cuando la contraria no valora ehta cantidad de amor que, con el tiempo, se va agotando.
-La hihtoria de mi vida- Cerré loh ojoh un momento, sintiendo como un leve rayo de sol chocaba con mi frente. Sentía el calor tenue que me brindaba, y eso me relajaba a momentoh…

          Sentía como el vagón se mecía suavemente, haciéndome chocar de veh en cuando con la pared de ehte. Era un viaje largo, pero había que hacerlo de todah formah. Ya era 23 de Diciembre, y como le había prometido a mi madre, allí me presentaría ehte mihmo día, sin lah mihmah ganah, claramente, pero aún así pensando en lo positivo; ehtaría con mi familia y sería una linda navidáh. Si… Un mágica navidáh. Eso se suponía.

        Lah horah pasaron con bahtante rapidéh. Pude notar el cambio en el clima; como lah nubeh ohcurecían ese bello día, tranhformándolo en uno completamente desolador. 
-El día ehtá trihte- Susurré, recordando la de veceh que mi mamá me había dicho eso, cuando llovía y no podía salir al patio a jugar con mih amigoh. Tan cariñosa pa’ ehplicar lah cosah mah simpleh de la vida, esah que yo, como un niño bahtante gilipollah, no entendía.
        Ahora comprendía el fenómeno. De seguro llovería y esa lluvia se convertiría en nieve. Una escena muy cliché en navidáh, que podría ser realmente hermosa, realmente ehpecial. Ehta veh no tengo la oportunidad de tener ese privilegio. De hecho ahora que lo pienso, jamáh he tenido ningún puto beneficio en lo que rehpecta de Rubiuh.
-Siempre en segundo lugar- Jamáh pude superar la barrera y el amor incondicional que le tiene a Jen…
-Loh besoh… - Toqué mi labio inferior, recordando esoh besoh, algunoh muy fugaceh, otroh realmente necesitadoh, pero todoh con un sentimiento demasiáoh fuerte encima. Pero ¿Qué mierda son loh besoh? Absolutamente nada… Su valor se reduce a eso, nada.
-Vamoh tío, que va a ser navidáh. Tieneh que ehtar felih- Pensé, ehto, dándome cuenta que tóah ehta mierda no tenían porqué vivirla mih propioh familiareh. Elloh van a pasarlo bien, y yo no tengo derecho alguno de arruinarleh la fiehta con mih mierdah cursih.
-Mierdah sin importancia- Miré como el paisaje cambiaba. Lah nubeh se habían apoderáoh por completo del cielo, y lah gotah de lluvia ya comenzaban a chocar con el gran ventanal del tren. Mi vihta se vio ehtropeada por ehtah, pero no me importó, simplemente dejé que esah gotah inundaran la ventana, dejando poco y nada a la vihta.
-Joder, ya eh hora de que acabe con ehta mierda- Salí de la ventana, tirando mi cabeza hacia atrás, apoyándome en el asiento del tren. – Pero soy un puto cobarde- Reí, dándome cuenta de la cantidáh de veceh que había dicho ehto; de la cantidáh de veceh que me había propuehto sacarme a Rubén de la cabeza. – Ehta mierda eh imposible- Suhpiré resignado dejándome claro a mí mismo que, ehto no se acabaría con simpleh palabrah. Tenía que sacar el amor de raíh, y por mucho que doliera, por mucho que sufriera, tenía que tener amor propio. Él quizá si se ehtá sintiendo mal, pero no lo suficiente para cambiar de parecer. Tieneh suh idealeh definidoh, y en elloh yo no puéoh calzar, porque no valgo lo suficiente para ehtar en ese círculo que eh tan ehtrecho y tan importante para él. – En resumidah… Ehtoy jodíoh- Tragué saliva, metiendo mi mano al bolsillo de mi abrigo, sacando unoh audífonoh, loh mihmoh que conecté a mi móvil para poder ehcuchar música… absorverme en ella y dejar de láoh aunque fuese unoh minutoh, la mierda que ehtaba viviendo…
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“Atención a todo los pasajeros. Favor descender de los vagones”

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora