Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)

Capítulo 97

Narrado por Mangel

El tiempo se había deteníoh para nosotroh. Ehtábamoh mirándonoh sin dehpegar loh ojoh del otro. Ella se encontraba en la entrada del departamento con ua maleta en la mano; y no tardé en sacar por deducción que era porque iba a buhcar suh pertenenciah... dudaba muchísimo que viniera de vuelta para seguir una vida que ya ehtaba máh que deshecha.

-Só-solo vine a ver si todo ehtaba bien- No se me había ocurríoh otra cosa para decir. Ehtaba en terreno enemigo. Podía sentir como su mirada me ehtaba calando loh huesoh... hacía falta una conversación entre nosotroh, pero lo que menoh tendríamoh sería eso, ehtaba casi seguro.

-No me vengas con mierdas ahora... ¿qué más quieres? Mira lo que provocaste... tu, maldito...- Ehtaba seguro de que quería agregar algo máh a la oración, pero se cayó, quizá por ehtar reteniéndose.

-Ehto no se trata sólo de mí. Rubiuh eh un adulto; él decide que hacer con su vida- ¿Ehtaba siendo un maldito? Puede ser, pero quería dejar lah cosah clarah anteh de que se malinterpretara la situación. Yo deseaba que él ehtuviese conmigo, pero la decisión final la tomó él, y aunque yo soy muy consciente de que mi acción fue la detonante de todo ehto, Rubiuh perfectamente podría haber dicho que no... aún así no podía sacarle nada en cara, porque yo deseaba demasiado que él me pusiera a mí anteh que a ella.

-Wow, me sorprende lo fiel que eres a tus ideales. ¿Sabes? Ahora me queda todo más claro, tú no tuviste nada que ver en la decisión de Rubén. Estoy sorprendida de lo hipócrita que eres- Me ehtaba tocando la moral, y con razón. Había sonáoh demasiáoh falso, pero lo que ocurriera de aquí en adelante no le incumbía en absoluto a ella... podía salir por la mihma puerta que entró. 

-Da igual si te sorprende o no, lo que tu tengah que hablar con él, se queda entre uhtedeh doh. Yo solamente vine a ver si su departamento ehtaba bien- Sabía que había algo muy pendiente entre nosotroh, pero me daba un poco de miedo afrontarlo. ¿Y si mih decisioneh afectaran de manera directa a Rubiuh? ¿A su trabajo? No podía jugármela tanto, máh aún cuando se trataba de su vida, no de la mía.

-Entonces he tenido suerte de encontrarte. Supongo que ahora no vas a huir como esa vez en la que Rubius me eligió, porque era más que lógico. ¿Sabías que éramos pareja, acaso? ¿Te diste cuenta alguna vez de que teníamos planes a futuro?- Era una pregunta retórica. Ehtaba máh que claro que yo sabía lo de elloh. —Mira, ni siquiera me respondas. Sólo quiero que me digas ¿Qué coño pensabas? ¿Cuándo se te ocurrió hacer este jueguito de poner a todos en tus pies y pisar cabezas como te diera la gana?- Tragué saliva, saliendo por completo de la habitación, acercándome al salón para quedar un poco máh cerca de ella y así tener una, supuehta conversación, como sereh humanoh normaleh. En cuanto ehtuve a unoh metroh de ella, callé. ¿Qué mierda diría? No tenía nada a mi defensa... lah cursileríah no servirían ahora, mucho menoh apelar a su buena voluntad.

-Lah cosah simplemente se dieron...- Rehpondí cabihbajo. Me había planteado demasiadah veceh si quería o no a Rubiuh, y cuando lo tuve máh que claro me lancé al juego y, pese a todo lo que ehtaba en mi contra, lo gané. Y ahora, dehpuéh de tantoh meseh de lucha conhtante, me veía en una situación que no podía manejar. Ehta era la otra parte de la hihtoria; era la afectada... el lado gris de ehte amor que se veía color de rosah.

-Te respetaba tanto. No sé como pudiste hacerme esto... éramos amigos Mangel; éramos como hermanos, joder. Los amigos no se lían con las parejas de los amigos. ¿Por qué tú? ¿Por qué?- Su actitud había cambiado radicalmente, ahora máh que que enojada parecía herida, y suh palabrah me clavaron en lo máh profundo. Se veía afectada, demasiado. Intenté ir a mi subconsciente y ponerme en su lugar... ¿qué hubiera pasado si yo hubiera ehtado con Rubiuh y él me hubiera dejado por Jen? Yo la consideraba una gran amiga dehde que noh habíamoh conocido... no había diferencia alguna, el dolor era fuerte. Si de sólo imaginarlo me sentí hahta mareado, no podía imaginar como era que ella se mantenía en pie...