Capítulo 38

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Narrado por Rubius

-¿Qué pasó? ¿Por qué me colgaste? Realmente necesitaba hablar contigo- Jen me incriminó en cuanto entré al departamento. Madre mía, está cabreada.
-Disculpa, no podía contestar- Traté de evitar el tema, tanto por mí como por ella. No pretendo recordar lo ocurrido
-Rubén, en serio no sé que te pasa. ¿Estás bien? Estás distraído, callado, frío. Tu no eres así- Noté en la mirada de Jen una frustración oculta. ¿Cómo le explico todo?
-Yo… ¿estás arrepentido?- Me miró bastante seria, dejando a la vista una leve mirada de dolor.
-No, Jen. Cariño, no digas esas cosas por favor- Me acerqué para abrazarla, ocultando mi rostro en su hombro; un rostro de vergüenza y confusión, causada por… Mangel
-¿Entonces? Siempre te he dado tu espacio Rubén, he sido paciente con tus fans, y respetuosa con tu trabajo. ¿Qué sucede?- La voz de Jen sonaba gélida. No puedo explicarle toda esta mierda que llevo encima.
-Jen… Estoy pasando por algunos problemas con Mangel y…- No logré terminar la frase.
-¿Mangel? ¿Otra vez? Rubén, ¿desde cuando ustedes dos tienen problemas que parecen de pareja?- Dijo esto soltándose de mis brazos, fulminándome con la mirada.
-Jen, en serio no sabes el lío en el que estoy metido. No te enojes, por favor- Mierda, ya tengo suficiente de peleas con medio mundo, necesito a Jen de mi lado.
-Tu siempre en líos, ¿verdad? El problema es que piensas solo en ti. ¿Has pensado en como me siento yo al verte incómodo en lo que se supone que será nuestro hogar? Siempre estás preocupado de tu propia persona. Es hora de que madures- Me lo dijo casi como una advertencia, dirigiéndose a nuestra habitación.
    Me senté un momento en el sofá, pensando en las palabras de Jen

“El problema es que solo piensas en ti”

  ¿Cuántas veces me han dicho eso, en esta semana? Joder. Es muy injusto; estoy en una situación desesperante en la que debo complacer a mi novia y a mi mejor amigo, ese hijoeputa que está enamorado de mí. No puedo hacer las dos cosas sin dañar a uno de los dos, pero tampoco me pueden pedir que elija entre los dos. No es para nada fácil.
-Rubén, voy a ir a casa de Pam. No llegaré hasta la noche- Dijo esto, marchándose si ni siquiera un “adiós”. Joder, entender a las tías es cosa seria.
-Cuídate- Susurré sabiendo que no me escucharía. Me levanté con pereza, notando como Madrid se cubría por una cortina de lluvia y neblina espesa.
-Necesito aire- Suspiré buscando algún abrigo, tomando el paraguas, las llaves y la cartera, para dirigirme a un Madrid desolado y oscuro a causa de las nubes.
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-Joder, que frío hace- Froté mis manos, pese a estar con unos guantes bastante gruesos.
-¿Será un buen momento para hablar con Mangel?- Me autointerrogué, esperando una respuesta que nunca llegaría, si es que yo no me lo proponía.
    Tomé mi móvil, dispuesto a escribir un mensaje épicamente vergonzoso, del cual me arrepentiría por el resto de mi vida.

“Yo, bueno…recibí tu mensaje de esta mañana, y se que soy un cobarde por no comentarlo contigo, pero ¿que quieres que haga Mangel? Primero me metes en problemas por tus sentimientos, y ¿ahora no sientes nada? En serio lamento si te herí, pero no sé como manejar esta jodida situación. No te entiendo, y si hoy día me fui, fue porque estoy con un lío tremendo en la cabeza. Me complicas, mucho. Soy un gilipollas enviándote esto, porque sé que me arrepentiré enormemente. Eres mi amigo, te quiero y quiero que te quede claro que estoy contigo…aunque no sea en la manera que tu quieres. Perdón si te he hecho daño.
PD: Estoy paseando por Sol…”

 ¿Qué saco diciéndole que estoy en Sol? Mierda, mi cerebro está actuando por si solo. No quiero ver a Mangel… Realmente no quiero.
-Joder- Me quejé entre dientes, enviando el mensaje de todas maneras, para acto seguido guardar el móvil y resignarme a caminar bajo la lluvia que cesaba un poco.
-¿Por qué no te enamoraste de alguien más?- me pregunté a mi mismo, patiando una piedra que rebotó hasta los piés de unos tíos que se encontraba un poco mas lejos. Mierda.
-Disculpa, ¿Tienes algún problema?- Se acercó a mi este tío un poco mas bajo que yo, preguntando de manera cortez, pero bastante seria.
-No, disculpa tío, fue un accidente- Me encogí de hombros, sintiéndome avergonzado por una gilipolles.
-Tranquilo hombre, no pasa nada- Me dedicó una sonrisa, para luego darme la espalda y caminar hasta el otro tío que lo esperaba parado. Lo tomó de la mano, y se alejaron de mi. ¿Lo tomó d ela mano? Madre mía, las cosas gays me persiguen.

Luchemos Por Esto - Fanfic (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora