Destino compartido || Gavi ||

Parte 1- Beatríz, Bea para los amigos

NARRA BEA

Comprobé por última vez mi maletín. Ya lo había revisado unas 5 veces contando las veces que también lo hice anoche, pero necesitaba saber que todo estaba en correcto orden. Así era yo, metódica, ordenada y previsora.

-Super Angular..gran angular.. baterías de repuesto.. flash- repetí en voz alta asegurándome que llevaba todo lo necesario para mi primer día oficial de trabajo.

Después de un año de "baja" por enfermedad, de estar aislada del mundo entero y sin ningún tipo de vida social, mi padre me había conseguido unas prácticas de fotografía para acabar la carrera. No eran las que más me gustaban, para que mentir, porque se había asegurado de encontrarme unas prácticas que me mantuvieran cerquita de el y de su trabajo.

Mi padre era abogado deportivo y trabajaba en el Gavinete Legal del Futbol Club Barcelona y a mi.. no me podía importar menos el Futbol y la fotografía deportiva. Lo único que me entusiasmaba era la idea de salir de casa y hacer una vida "Normal" dentro de mi anormalidad.

Hacía casi dos años que tuve el accidente de coche con mi prima. Ella conducía y estaba un poco agitada después de haber tenido una fuerte discusión con su "novio" o "amigo especial" o como ella misma quisiera llamarlo.La verdad es que nunca le prestaba atención cuando hablaba de el porque su relación era una montaña rusa. Pasaron de conocidos a amigos cercanos, de amigos cercanos a mejores amigos.. y de mejores amigos a.. ¿Folla amigos? ¿Amigos con derecho? tampoco lo sabía con exactitud, solo que mi prima se había pasado casi 5 años pillada por el mismo chico al que conoció de vacaciones en Sevilla.

La noche del accidente, había una tormenta horrible y un conductor de camión borracho iba demasiado rápido por una carretera demasiado pequeña. Cuando reparó en nosotras e intentó frenar, el camión patinó y nos arroyó. Aunque al principio parecía que yo fui la peor parada, con lesiones en mi pecho, resultó que mi prima acabó mucho peor que yo. Con una parálisis cerebral que acabó en.. bueno, para que recordarlo.

Desde el accidente mi vida se paró. Todo lo demás dejó de importar, ya no podía irme a Paris a hacer el curso de arte y fotografía para el que había peleado durante meses por conseguir una beca. Tuve que quedarme en Barcelona y someterme a mil y una operaciones para intentar los daños. Llegó un punto.. que ya no se pudo hacer más y al final tuve un corazón nuevo de una donante maravillosa y anónima, y ahí empecé a vivir de nuevo.

Aunque técnicamente ya era normal, mi padre se encargada de recordarme todos los días que debía de tener cuidado por mi condición. Tomar los inmunodepresores a diario, y no hacer esfuerzos físicos, por lo que París no fue una opción. Me quedé en Barcelona estudiando Periodismo y comunicación audiovisual. Carrera que me eligió mi padre también.

Mi padre controlaba mi vida en todos los aspectos y yo solo aceptaba como una niña pequeña porque no quería que sufriera más, pero en el fondo, lo que quería hacer era acabar estas estúpidas prácticas de fotografía, en este estúpido club y seguir con mi beca de Paris. Lo iba a luchar a muerte.

Cerré la bolsa con la cámara y los objetivos y me miré al espejo. Llevaba el pelo suelto, con rizos por llevarlo recogido toda la noche en una trenza, mis ojos marrones destacaban ligeramente sobre mi tez pálida, pero tampoco me había molestado en maquillarme más de la cuenta, porque me daba igual la impresión que iba a dar en un trabajo que no me importaba.

Bajé a la cocina y me encontré el desayuno servido en la mesa.

Tostadas con tomate, zumo de naranja y mis pastillas para el corazón. Todo perfectamente ordenado por mi señor padre.

-Buenos días cariño- sonrió mientras bebía el café, que a mi no me tomar beber por ser muy "excitante" para mi condición- ¿Nerviosa por tu primer día?