Destino compartido || Gavi ||

Parte 20 -¿Martina?

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NARRA BEA

No tenía la más mínima duda que recordaríamos este día el resto de nuestras vidas. No solo porque había nacido nuestra pequeñita, sino por todo lo que pasó en una misma tarde.

El parto duró relativamente poco, y lo sufrí mucho menos que con Martín. Nuestra pequeñita se portó como una campeona, y me había ayudado mucho a superar un poco el trauma que tuve en el anterior parto. Tuve un poco de dolor, pero nada comparado con lo que pasé la última vez. Poco a poco me iba dando cuenta que no todo tenía que ser tan malo, también nos podían pasar cosas bonitas.  Dar a luz era algo natural, y por una vez todo salió bien.. o bueno, a medias.

Después de dar a luz, por lo poco que pude entender, a Gavi le dio una bajada de tensión tan fuerte, que acabó medio desmayado.Gracias a dios que estábamos en un hospital, y que las enfermeras pudieron atenderlo rápido, porque si llego a estar sola, y recién parida, no habría sido capaz de aguantarlo.

En resumen Gavi me había robado el protagonismo y ahora a saber donde estaba, porque le perdí el rastro desde que lo sacaron del paritorio, y a mi me llevaron a la habitación.

Estaba algo cansada, los párpados me pesaban y haria cualquier cosa por dormir un poco, pero la necesidad de ver a mi pequeñita no me lo permitía. De un momento a otro las enfermeras me la traerían a la habitación, y sin tener a Gavi a mi lado, quería estar pendiente.

Y como si la hubiera invocado, escuché en la lejanía un pequeño llanto, y la puerta de habitación no tardó en abrirse, dando paso a la enfermera  que traía a la mi bebe en una cunita transparente.

-No ha dejado de llorar desde que te la quitamos- negó con una sonrisa-a ver si tu puedes calmarla.

Con mucho cuidado me ayudó a cargarla en mis brazos, y la conexión fue inmediata.

Era tan pequeñita, con una carita redonda como un garbancito, y sus pómulos ligeramente rojos por el berrinche que llevaba encima la pobre.

-Hola mi princesita..venga no llores que mama está contigo -la mecí de un lado a otro dejando un peque beso en su frente, y poco a poco fue dejando de llorar y se calmó ligeramente. Se las ingenió un poco para darse la vuelta y quedar apoyada en mi pecho, justo a la altura del corazón.

-La conexión con la mama.. es alucinante eh - sonrió la enfermera al ver lo tranquila que estaba ahora- vamos a traerte unas tomas de leche para ir introduciéndola un poco a la comida. Es importante controlar el peso y que esté un poco más nutrida porque después de todo ha nacido un mes antes.

-¿Pero está bien no?-pregunté agobiada mirando a mi bebe- quiero decir.. escuché que decíais que aunque nació antes estaba bien, y pesaba más de lo que pensabais.

-Sí, está bien, pero hay que tener cuidado-repitió con suavidad-de todas formas el pediatra se pasara en un rato para contaros un poco los cuidados y como está ella.

-Genial gracias.. y otra cosa -no podía evitar sentir que me faltaba algo, o mejor dicho alguien-¿El papa..donde?

No me dio tiempo a acabar la pregunta cuando de nuevo, escuché varios gritos provenir de pasillo, solo que esta vez no eran los llantos de mi bebe, sino las quejas de mi chico.

Gavi estaba montando un numero digo de el, y completamente siguiendo su estilo.

-Estoy bien joder, solo quiero verlas- se quejaba- que no, que no necesito silla de ruedas, estoy de Puta madre, vale ya.. dejadme en paz ¿Donde están mis niñas? He dicho que estoy bien.