Parte 11- No eres tan odiosa como pensaba

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NARRA GAVI

Cenamos las pizzas entre risas y anécdotas. Bea consiguió que el mal humor que me había puesto Alba se esfumara.

Aún así, yo solo podía pensar en el "postre" y en las ganas que iba teniendo de comerle la boca.Al contrarío que ella, que solo parecía estar interesada en la comida y nada en mi.

De nuevo, era odiosa hasta para eso porque cualquier mujer daría lo que fuera por tener un momento a solas conmigo y lo aprovecharía.

-Joder como comes..- reí al ver como engullía el último trozo de pizza satisfecha.

-Hacia tiempo que no comía una buena pizza y esta esta super rica -admitió. Tenía toda la boca llena de tomate.

-Espera ven aquí anda- me acerqué a ella y cogí una servilleta-¿Me dejas? -señalé la comisura de sus labios y ella solo asintió.

Con cuidado empecé a pasar la servilleta para quitarle los restos de tomate y juraría que apareció un ligero rubor en sus mejillas.

-Ya está, eres como una niña pequeña- sonreí permitiéndome acariciar su mejilla con un dedo. Era suave.. muy suave.

-Querrás decir "niñata" ¿no?-se burló ella picándome. Cortaba todo momento, parecía que lo hiciera adrede.

-Em.. sí eso, niñata claro- moví la cabeza de un lado a otro saliendo del trance- aunque he de admitir.. que no eres tan odiosa cuando se te conoce..

Tragó grueso y apartó los ojos de mi visiblemente avergonzada.

-No hagas eso..- le pedí suavemente.

-¿El que?- devolvió su atención a mi de nuevo.

-Apartar la mirada cada vez que digo algo "bonito"- seguí y solo rió negando.

-Me has dicho que no soy tan odiosa como pensabas Pablo...¿Realmente eso es algo bonito?

Chasqueé la lengua.

-Para mi sí lo es.

-Para mi no.

-Y que es bonito para ti-A ver si se pensaba que me iba a poner rollo romántico con ella, ese no era para nada mi estilo.

Fingió pensarlo un poco hasta que al final acabó cogiendo mi mano y señaló mi muñeca, donde descansaba mi reloj de mano.

-Son casi las 12 - empezó y asentí sin entender a que venía ese cambio de conversación.

-Tienes 5 minutos para aprovechar nuestra tregua- señaló el reloj de nuevo- ¿Qué te apetece hacer antes de que nos volvamos a odiar a muerte?

Fácil. Comerte la boca y follarte contra esa pared pensé, pero no podía decirlo en voz alta para mi pesar.

-No creo que quieras hacer lo que me apetece- aventuré negando.

-No se prueba- me retó levantando los hombros ligeramente- ¿o te da miedo?

Negué con suavidad acotando el espacio entre ambos.

-Yo no tengo miedo a nada- le dije bajando ligeramente la cabeza.

-Aja.. - pasó los brazos por mi cuello- demuéstralo...o.. bueno, me da a mi que no puedes hacerlo.

Estaba harto de esta tensión insoportable, de que mintiera, de que dijera cosas que no eran verdad. Yo no tenía miedo a nada, y menos aun a besarla, por lo que lo hice.

Destino compartido || Gavi ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora