Destino compartido || Gavi ||

Parte 16-Pabla

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NARRA GAVI

Esperaba en la sala de espera con el corazón que se me iba a salir del pecho. 

No me habían dejado entrar al paritorio, y todo por llegar tarde por culpa del partido. ¿Pero quien me iba a decir a mi que nuestra nena se iba a adelantar casi un mes?

Aunque es no era importante ahora, solo quería entrar y estar junto a Bea. No podía fallarle. No otra vez.. y que ella pasara por todo sola.

-Necesito entrar ya- me acerqué por quinta vez al mostrador de las enfermeras-necesito estar con ella, no puede estar sola por favor- supliqué con lagrimas en los ojos.

-Le están practicando una cesárea de urgencia, no puede pasar.Lo siento. 

-Joder, joder, joder-maldije nervioso sintiendo una tremenda presión en el pecho, y fue entonces cuando la puerta del paritorio se abrió, y de ella salió una enfermera. 

Fui directo hacia ella, o mejor dicho, corrí.

-¿Cómo están? necesito verlas.

-La niña está bien..  es una niña muy sana de casi 3 kilos 500 gramos, 

-Menos mal-suspiré aliviado, pero me duró poco al darme cuenta de la expresión que llevaba encima la enfermera. 

-¿Qué pasa?

-La mama..Ella no..

Antes de que acabara la frase me desperté sobresaltado. 

El corazón se me iba a salir del pecho, mientras miraba de un lado a otro algo desubicado. 

¿Qué acababa de pasar? 

Otra pesadilla, como no. 

Habían empezado hacia una semana, al ser consciente de que cada vez faltaba un mesecito menos para el parto. 

Me llevé las manos al pelo intentando buscar una paz que no sentí, hasta que rocé la cintura de mi Bea, que seguía a mi lado dormida. 

La miré varias veces para cerciorarme que estaba bien. Había pasado una semana desde lo de su papa, y aunque ella quisiera parecer fuerte frente a Martincito y frente a mi, yo sabía que aun no estaba bien del todo, por lo que la estaba cuidando aun más de lo normal. 

Acaricié su brazo y dejé un besito en su mejilla, mientras acercaba mi cuerpo al suyo y la envolvía en mis brazos. La necesitaba mucho, y solo pensar que algo le pudiera pasar en el parto, me producía arcadas.

-¿Qué te pasa?- preguntó Bea desperezándose un poco -¿Te has puesto más cariñoso de lo normal a mitad de la noche o qué?

La había despertado, estaba claro. Y menos mal que ella no tenía tan mal humor como yo cuando la despertaban. 

-Nada, solo ven aquí.. -me abracé a su barriga apoyándo mi cabeza un poco sobre ella para notar al bebe. Sí, seguía ahí y ella también estaba bien. Mis dos nenas estaban bien.

-Pablo..-acarició mi flequillo con sus dedos- dime que pasa. 

-He tenido un sueño raro- mentí sin querer darle más detalles, porque eso solo la angustiara tanto como a mi- y me he asustado un poco.

-¿Sueño raro?-repitió sin dejar de acariciar mi frente. 

-No quieras saberlo..- suspiré dejando un besito en su barriga-pequeñita, ¿Estás a gustito dentro de la barriga de mami?- unos segundos después noté un golpecito en la barriga de Bea, y otro más, y otro- mi pequeña goleadora, no sabes las ganas que tengo de conocerte- tragué grueso al decir esa ultima parte. Era cierto que me moría de ganas de tenerla en mis brazos, pero el parto..joder, lo complicaba todo.