Destino compartido || Gavi ||

Parte 15-No estoy preparada

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NARRA GAVI

Miraba a mi niña, parada en mitad del salón de estar de su antigua casa, conteniendo las lagrimas y las ganas de llorar. Eso o que a la pobre ya no le quedaban más lagrimas que derramar, porque se había pasado los dos últimos días llorando. Y todo desde que recibimos esa llamada.. del hospital.

El papa de Bea tuvo un accidente de coche bastante serio. Cuando llegó el hospital, estaba muy delicado, y aunque los médicos hicieron todo lo que estaba en sus manos para estabilizarlo, no pasó la noche. 

Esa llamada había hundido a Bea por completo. A penas había pronunciado palabra desde entonces, y solo lloraba en silencio e intentaba mostrarse fuerte frente a todos los amigos y algún familiar cercano que habían venido a velar por su papa. 

Y así nos encontrábamos hoy, en su antigua casa recibiéndolos a todos. Gente que no había visto en mi vida, y que Bea tampoco había visto en años. Pero la peor parte de todo, era tener que tragarme a la novia del padre de Bea, por la cual el se mudó a Madrid, y que solo miraba a mi niña con cara de asco. No habían hablado mucho tampoco, pero las pocas palabras que cruzaron, fueron suficientes para demostrarme que era una insoportable y que solo buscaba quedarse con parte de la herencia del papa de Bea. 

-¿Cómo está?- preguntó Pedri acercándose a mi por la espalda seguido de Fermín.

-Esta.. como está- suspiré mirando con pena a Bea- no tiene muchas ganas de hablar, y tampoco la quiero obligar. Pero me preocupa mucho.

-Es normal hermano.. pobrecita- suspiró Pedri con una mueca-voy a.. saludarla. Le he traído un ramito de flores- levantó unos girasoles para enseñármelos -si queréis que me quede con Martín, solo tienes que decirme. 

-Lo mismo digo, así también se distrae con Carlitos- intervino Fermín.

-Gracias chicos, de momento está con mi hermana, pero creo que va a querer estar un poco con su mama. No sabes lo nervioso que está por como ve a Bea..

-Bueno, aun así, cualquier cosa ya sabéis donde estoy-repitió Fermín. 

Pedri se acercó a Bea por la espalda para darle un abracito.Los observé en silencio, esperando que Pedri pudiera animarla un poco, pero no fue así. Pedri y Bea eran super amigos cercanos, ya lo eran desde que se conocieron, pero después de que el canario ayudara a Martín a nacer, Pedri se había convertido en un pilar fundamental para Bea, aunque ahora mismo, ni si quiera el pudo sacarla de su estado. Bea se apoyó en el pecho de Pedri y soltó un sollozo, antes de que otro amigo imbécil de su padre reclamara su atención, y Bea tuviera que dejar a Pedri. Ni en un momento así, mi niña podía hacer lo que quisiera. 

-¿Y tu cómo vas?-me preguntó Fermín 

-Yo doy igual hermano,solo me importa ella- suspiré mordiéndome el labio- no ha tenido un momento de paz en estos días y con el embarazo y todo.. me preocupa-Admití. 

-Bueno, después de esto ya podéis iros a casa. 

-Sí, menos mal que hoy acaba todo- asentí suspirando. Después de acabar en casa, teníamos cita con el abogado para tratar el tema de la herencia del papa de Bea, y luego por fin ya nos iríamos a casa a descansar. 

-Bueno, me he pasado a saludar.. me voy a recoger a Carlitos del entreno- Fermín se despidió de mi y se fue directo a Bea para abrazarla también, aunque de nuevo, a penas pudo estar con ella porque esos insoportables amigos del padre no la dejaban en paz.