Destino compartido || Gavi ||

Parte 65- Tu quieres, te conozco

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Narra Gavi

Pensaba que con mi último comentario de "tu salud va por encima de todo" ya habíamos tomado una decisión conjunta, y que Bea se sentiría aliviada en parte, pero no fue así. Cuando vi como su mirada se entristeció, fui incapaz de entender que pasaba por su cabecita.

-Pero tampoco..no se si..-tartamudeó.

-Bea, tu salud va por encima de todo -repetí con decisión- ¿Qué más te preocupa? ya está, no te preocupes más.

-Es que no dejo de pensar- se llevó las manos a las sienes nerviosa.

-Eh nena.. tranquila venga- pasé la mano por su cintura y nos senté a ambos en el sofá buscando que se relajara un poco.

-Me va a explotar la cabeza Pablo, no puedo dejar de pensar- siguió con voz temblorosa.

-Pues entonces piensa conmigo también- besé su cabeza - que nos exploté a los dos la cabeza nena, cuéntame.

Dudó un par de segundos antes de hablar, como si siguiera pensando sola en esa cabecita suya sin querer compartirlo conmigo, y al final se acabó incorporando y me miró a los ojos fijamente.

-Pienso en el o ella.. y me imagino en un niño revoltoso como tú, con tus ojos color avellana -entrelazó nuestras manos-con tu carita, tu sonrisa.. que tanto cuesta que saques- instintivamente sonreí al escucharla- pero que ilumina un cuarto entero cuando lo haces.

-Solo tu sabes hacerme sonreír- admití besando su palma de su mano.

-Pienso en como sería levantarme por las mañanas y en verte como papá con el o ella, enseñándole a jugar a futbol, porque siendo hijo tuyo por supuesto que acabaría jugando y siendo del barça- su voz se fue apagando- pienso en todo eso y se me remueve algo por dentro, porque el no tiene la culpa de que seamos unos irresponsables y no es justo que yo sea egoísta, y.. decida que no quiero que nazca por miedo a que me pueda pasar o por tener 21 años- acabó con una mueca.

Me acababa de dejar...sin palabras. Ni si quiera a mi me había dado tiempo de pensar todo eso aun, y aquí estaba ella, dándole a la cabeza y pensando en nuestro bebe.

-¿Entonces?-pregunté confuso, porque después de ese sermón me habían entrado aun más ganas de seguir adelante con su embarazo.

-No lo sé Pablo.. es que no lo sé - se dejó caer en el sofá y se cubrió la cara con las manos-no se que quiero hacer, o que debemos hacer- sollozó empezando a llorar de nuevo.Pero no iba a permitir que llorara, porque ella misma había dado la respuesta y la solución.

-Bea mírame-aparté las manos de su cara con lentitud- Tu quieres tenerlo - fue más una afirmación que una pregunta - te conozco y quieres tenerlo con eso que has dicho, tu cabeza no deja de dar vueltas porque sabes que lo que quieres quizá no es lo más responsable, pero aun así, es lo que quieres, y solo buscas excusas para no tener que hacer lo que quieres.

Bea se mordió el labio nerviosa y asintió.

-¿Tu también quieres?- preguntó tímida.

-¿Has escuchado algo de lo que te he dicho antes?- ironicé -¿Qué clase de pregunta absurda es esa?

-La verdad es que lo escuché a medias-admitió- porque aun seguía enfadada contigo.

-¿Seguías?-sonreí. Se había delatado solita, porque dudaba que siguiera enfadada después de mi discurso y mis disculpas.