Destino compartido || Gavi ||

Parte 95-Tu decides

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4 meses después...

NARRA BEA

Miraba incrédula el sobre que tenía entre mis manos pesando en como había llegado hasta esto. No sabía si era la decisión correcta o no.. solo que después de todo lo que había pasado, era lo único que me veía capaz de hacer. 

Desde mi enfermedad nunca pensé que tendría una familia. Que me enamoraría, ni mucho menos que me quedaría embaraza y tendría la oportunidad de tener una familia. Martincito era una bendición, al igual que Gavi. Los dos eran los hombres de mi vida, lo tenía bastante claro.

Ojalá hubiera sido capaz de.. aprovecharlo. De mejorar, pero no había podido hacerlo y por eso estaba aquí ahora. Tomando la decisión más importante para mi.. y para mi familia. 

Desde que salí del hospital no había estado bien, por mucho que lo intentara, no mejoraba.. pero es que la decisión que tuve que tomar sobre mi prima, y la conversación con mi padre me hundió en una depresión. 

Mi padre insistió en operar a mi prima y yo me negué al escuchar cual era la probabilidad de que la operación fuera bien. No había actividad cerebral cuando le hicieron las últimas pruebas esa tarde, por lo que incluso aunque la operación fuera bien.. no serviría de nada. Ana ya nunca volvería a ser Ana. Y en ese torbellino de emociones que estaba sintiendo tuve una idea. 

Puede que Ana no tuviera una oportunidad, pero había gente que si que podría tenerla gracias a ella. 

Yo misma viví en mi cuerpo como alguien me donó su corazón. De no ser por una persona desconocida, que nuca llegué a conocer, ahora mismo no viviría, ni habría conocido a Gavi..ni Martincito existiría. Todo los que tenía se lo debía a la generosidad de una persona que me dio su corazón, y ahora Ana iba a hacer lo mismo. 

Firmé los papeles y tomé la que probablemente fue la decisión mas complicada de mi vida, y aunque no lo pareciera, lo hice por ella. Para que al menos con todo lo malo que había hecho, su recuerdo y su esencia sirviera para ayudar a otras personas. Pensé que gracias a Ana, muchas personas sobrevivirían, pero aun así era incapaz de quitarme esa sensación de.. culpabilidad. 

Y con eso.. me separé de Gavi. El sevillano y yo estábamos más lejos que nunca, pero quizá era lo mejor. No quería que conociera la oscuridad que aun crecía en mi. 

Llevaba noches sin dormir bien, y cuando escuché el llanto de Martín a través del aparato no dudé en ponerme en pie e ir a atenderlo. Era la primera noche que pasábamos Gavi y yo solos en casa.Su familia se fue a Sevilla esa misma mañana, y la intimidad con el sevillano me había agobiado mucho. El estaba pendiente todo el rato de mi, de Martín anteponiéndonos a todo.. pero, yo no estaba preparada para ser una "familia aun"

Entré en la habitación de Martincito y me acerqué a su cuna. 

-Hola peque ¿Tienes hambre?- Martincito respondió con un suave quejido-creo que sí eh-lo cargué en brazos y lo bajé a la cocina. 

Con cuidado lo dejé en una de sus sillitas mientras le preparaba la toma de leche. Leche en polvo, un poco de agua..me lo sabía de memoria porque ocuparme de Martín era lo único que me sacaba de mi depresión unos minutos al día.

-Venga, a comer-volví a cogerlo y me senté con el en una silla del comedor. En seguida succionó la leche con ganas mientras se las ingeniaba para cogerme un dedo- Eres como tu padre eh, no puedes no tocar..- sonreí. Un gesto tan simple como ese me había llenado de una felicidad al completo, pero tan pronto como sentí felicidad, también sentí pena.. y ganas de llorar-Siento mucho todo lo que le estoy haciendo a tu papa y a ti peque, pero no se como salír de aquí-dije secándome las lagrimas con el hombro- no se que hacer, no se..como volver a ser yo.