Destino compartido || Gavi ||

Parte 64- La decisión más complicada

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NARRA GAVI

Cuando vi una diminuta figura desperezarse me sentí aliviado. Toda la tensión acumulada esta última semana desapareció en parte, o al menos.. hasta que los ojos de Bea se encontraron con los míos.

Una mirada puede decir mucho más que cientos de palabras juntas. Y con esa mirada sentí de todo. Su preocupación, miedo, soledad..y sobre todo decepción. Estaba profundamente decepcionada conmigo, y no se lo podía echar en cara, me merecía eso y más. ¿Cómo se me ocurrió eliminar esos mensajes? Es que por muchas vueltas que le diera a la cabeza, no lo entendía. Bea no me había dado nunca razones para que estuviera celoso.Era un niñato impulsivo.

Pasaron varios minutos, en los ninguno de los dos dijo nada, solo nos miramos en silencio, como si esperáramos que el otro fuera a decir algo, pero nunca llegaba ese momento, y por supuesto el que debía dar el paso era yo.

-Bea- balbuceé dando un paso hacia ella, pero Bea solo negó y retrocedió.

Hacia mala cara, con ojeras marcadas y el pelo alborotado en una coleta.Aun así yo la veía igual de guapa que siempre.

-¿Qué haces aquí?- preguntó como si no supiera la respuesta a esa pregunta tan obvia.

-¿Cómo que que hago aquí nena? he venido a por ti, a buscarte- expuse nervioso-vengo a llevarte a casa.

-Nadie te ha pedido que hagas eso. Por algo he ignorado tus llamadas y mensajes Gavi, vete-señaló la puerta y dio otro paso más alejándose de mi.

"Gavi" como odiaba que me llamara así.

Sabía que Bea no me iba a recibir de brazos abiertos, pero la cosa iba peor de lo que esperaba. No era como me lo había imaginado, pero es que tampoco había sido capaz de prepararme un discurso mental para disculparme, por lo que decidí.. abordar el "problema" directamente. Quizá si nos centrábamos en ello y en lo que eso significaba para ambos las cosas de solucionarían más fácilmente.

-Bea para un momento-cogí su brazo y obligué a que se girara y no me diera la espalda-¿Estas?- ni si quiera sabía porque lo pregunté, ya sabía la respuesta, Manu me lo había dicho.

Me miro visiblemente agobiada.

-¿Cómo? ¿Cómo lo sabes?

-Fui a buscar a Manuel a su consulta. Quería saber que estabas bien, y me lo dijo.No me cogías el teléfono y me estaba volviendo loco.

-No tenía ningún derecho a decirte nada, es mi salud-saltó enfadada.

-Y tu eres mi novia, tenía todo el derecho a saberlo, porque tengo todo el derecho a estar contigo en esto-acabé buscando sonar maduro- por eso dime ¿Estás?

-¿Para que preguntas si ya sabes la respuesta?-suspiró decepcionada.

-Porque quiero que me lo digas tu, me hubiera gustado enterarme por ti- admití sin saber muy bien porque le estaba diciendo esto, porque en cualquier caso no tenía derecho a reprocharle nada y menos aun que me lo hubiera ocultado esta semana. Aun así acabó asintiendo a regañadientes sin mirarme.

-Me lo deberías haber dicho nena..- sentí la necesidad de tocarla, pero mantuve las distancias porque con lo exaltada que estaba, capaz era de golpearme.

-Dadas las circunstancias y como me enteré casi un mes después no creí que estuviera en la obligación- me echó en cara con amargura.

Me mordí el labio nervioso.Vale, sí en eso tenia razón, como en muchas cosas más. Pero ese no era el punto ahora, no íbamos a solucionar nada hablando de como la cagué, debíamos mirar hacia delante.