Parte 68- La voy a encontrar

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NARRA GAVI

Habían pasado casi 2 meses desde que nos enteramos del embarazo de Bea. Y podría decir con seguridad que habían sido los dos mejores meses de mi vida. 

Todo marchaba bien, quitando algún susto tonto que tuvimos con la tensión de Bea y sus nauseas matutinas. Pero aun así, su embarazado iba bastante bien aun siendo considerado de "riesgo".

Me desperecé un poco y moví mi mano por las sabanas para alcanzar el cuerpo de Bea.

Mi niñata estaba agotada en la cama durmiendo a mi lado,  con la camiseta subida dejando ver su abultada barriga. Porque sí, ya se le notaba bastante y no me podía gustar más.

Pensar que ahí dentro crecía algo que era nuestro y solo nuestro era un regalo, porque nosotros no podíamos estar mejor. Aunque inicialmente la "edad" era lo que más agobiaba a Bea, ahora eso había pasado a otro plano. El embarazo nos había unido más que nunca en todo. Vivíamos juntos, trabajamos juntos y el resto daba igual , porque ahora teníamos algo que era de los dos.

Levanté un poquito más su camiseta y acerqué mis labios a su barriga para dejar muchos besitos.

-Buenos días bebé de papá, me alegro que hayas dejado dormir a mami esta noche..

Bea llevaba unos días durmiendo regulín. No era capaz de encontrar una postura cómoda y eso la fastidiaba mucho a la hora de dormir. 

-¿Cómo que buenos días bebé?- se quejó Bea-¿Y mamá qué? si que nos olvidamos pronto de mama..

Sonreí con superioridad. Sabía que estaba mal, pero disfrutaba mucho de Bea celosa. 

-A la mamá le voy a dar los buenos días de otra forma- me coloqué sobre ella para devorar sus labios con mucha ansia y meter mis manos por dentro de sus pantalones, para manosear su culo a mi gusto.

Otro beneficio más del embarazo. El sexo. Bea estaba receptiva a todas horas del día, y después del tiempo en abstinencia que pasé yo por mi lesión, aprovechaba cada momento sin dudarlo.

-Mmm que hay menores presentes-mordió mi labio haciendo que gruñera. 

-No te importaban los menores anoche.. cuando me pedias más y más fuerte...-recordé succionando un poco la piel de su cuello.

-Las hormonas - se encogió de hombros risueña. 

Era la peor excusa de todas y lo sabía. Aunque tuviera las hormonas locas ella también disfrutaba del sexo tanto o más que yo.

-Sí... ya las hormonas- me dejé caer al lado de la cama para apoyarme sobre su pecho y abrazarme a la barriga. Me daba una paz brutal y esa era mi nueva postura preferida.

-¿Hoy entrenas ya en campo?-preguntó acariciando mi pelo con sus dedos. 

-Ajá..- empecé a dejar muchos besitos por su barriga...para que dejara de pensar, cuando.. joder. Me incorporé de golpe porque no me creía lo que acababa de notar- ¿Eso ha sido?

-Una patadita- sonrió Bea llevándose la mano a donde el bebe acababa de moverse-se mueve mucho.

-¡SE HA MOVIDO!-grité emocionado y aparté de un manotazo la mano de Bea para poner la mía y sentirlo directamente, pero tan pronto como rocé su piel, el bebe dejó de moverse- oye, ¿Por qué?-pregunté confuso.

Bea soltó una risita divertida. 

-No es justo, yo quiero sentirlo, tu lo llevas dentro- volví a llevar mis manos a ambos lados de su barriga- muévete- le ordené a mi bebe. Esperé unos segundos a ver si pasaba algo, un movimiento pequeño, cualquiera cosa me habría servido, pero no hubo nada, ni un solo movimiento nada, de nada-¿Por qué?

Destino compartido || Gavi ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora