Parte 57- La confianza es la base de todo

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Recordad dejar estrellita <3

NARRA GAVI

Cuando Luis mi fisio vio el tremendo golpe que llevaba en la rodilla no supo que decir. Pero no solo el, porque yo tampoco pude articular palabra. Estaba demasiado asustado por las consecuencias que podría tener ese golpe en mi recuperación y en mi futuro en el futbol.

-¿Cómo te has hecho eso?- me preguntó mientras palpaba la rodilla con mucho cuidado.

-Me he caído- mentí sin ganas de recordar quien me había dado el golpe, aunque por su cara de sorpresa, supe que no se lo tragó.Ese golpe no se podía haber hecho con una simple caída, básicamente porque tenía parte de la suela de la bota de Ana marcada en la piel.

-Mira Gavi, voy a serte sincero- acabó con una mueca mientras ponía un apósito frio en mi rodilla.

-¿Es muy grave?- tartamudeé conteniendo el ataque de ansiedad que llevaba encima-por favor dime que no es muy grave..

Instintivamente miré a Bea que estaba a mi lado con la mirada perdida y sin decir palabra. Quería coger su mano por lo nervioso que estaba, pero me controlé porque sabía que no estaba de humor.

-Es una contusión en el hueso, no parece que haya llegado a los ligamentos, pero aun así es un golpe muy feo- explicó-Gavi no puedes jugar con esto, sino me quieres decir como te lo has hecho vale, pero una cosa así puede marcar un antes y un después en tu futuro jugando.

Tenía toda la razón del mundo pero eso no quería decir que me hubiera sentado bien su sermón.Ni que yo hubiera querido que la psicópata de mi ex novia me diera una patada al escuchar como defendía a mi novia.Yo no quería poner en juego mi recuperación, lo único que verdaderamente deseaba era poder jugar de nuevo como antes.

-Confío en ti para que siga el resto de pasos hasta que se le baje un poco la inflamación- Luís se giró hacia mi novia para hablar con ella directamente. Y es que la dura realidad era que todo el equipo encargado de mi recuperación no confiaban tanto en mi como en mi novia. Bea se había ganado su respeto y cariño volcándose en mi recuperación día a día.

Bea asintió. Y siguió así, asintiendo, sin decir palabra, mientras Luis le daba indicaciones de lo que debía hacer con la rodilla en casa esta noche, mientras que yo era incapaz de apartar la mirada de ella. Me había defendido como una leona, me había dicho que me creía, pero también que seguía enfadada. ¿Entonces cómo estábamos? ¿Bien o mal?

Volvimos a casa en completo silencio porque no la quise presionar.Bea conducía mirando a la nada y yo solo cerré los ojos intentando olvidar todo lo que había pasado en el día de hoy. Porque había sido un día de mierda y era el único culpable.

-¿Me ayudas a ducharme ? - le pedí con cara de circunstancia mientras entrábamos por la puerta de casa y asintió en silencio. El mismo silencio sepulcral que había reinado entre los dos desde que tuvo el encontronazo con su prima. Me dejé caer en la cama para deshacerme de la ropa y vi de reojo como ella se desnudaba desganada.

-No hace falta que te desnudes sino te apetece- le dije para que no se sintiera presionada y asintió quedándose en braguitas y sujetador. Cogió mi brazo y me ayudó a sentarme en la banqueta de la ducha.

Reguló el agua a una temperatura agradable antes echar un poco de jabón por mi pelo haciéndome un masaje. El agua seguía cayendo por nuestros cuerpos creando un ambiente relajado e intimo, pero aunque los silencios entre nosotros nunca eran incomodos, esta vez era diferente, y encontré la respuesta a mi pregunta.No estábamos bien.Aun así, Bea me lavó el pelo, pasó una esponja por cada parte de mi cuerpo con tanto mimo y tanto cariño que no pude aguantar la sensación de vacío que me creaba pensar que no estábamos bien y que todo era mi culpa.

Destino compartido || Gavi ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora