Destino compartido || Gavi ||

Parte 42-No quiero tus disculpas

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NARRA GAVI

Cuando vi a Bea desaparecer por la puerta de casa sentí que me había dejado y me rompí a llorar.

Había sido uno de los peores días de mi vida, la sesión de recuperación había sido horrible por el dolor que sentí. Ya me habían dicho que la recuperación iba a ser dura, per jamás imaginé que iba a tener que aprender a mover la rodilla de 0. Lo peor es que yo quería moverla, como siempre había hecho, pero mi pierna no respondía como antes y eso fue frustrante.

Aun así, no solo lloraba por eso. Lloraba por mi niñata y por como habíamos discutido por algo tan banal como era su trabajo. Lo único que yo quería es que estuviera feliz y a mi lado. Puede que fuera un poco egoísta al pensar que ella querría trabajar conmigo, pero fue una solución a medias que se me ocurrió para que la pobre tuviera algo que hacer.. trabajara y al mismo tiempo que estuviera conmigo.

Porque yo la necesitaba a mi lado. Aunque después de lo que ella me había dicho en el coche, dudaba mucho que ella quisiera seguir estancado conmigo.

"No todo gira en torno a ti" sus palabras seguían haciendo eco en mi cabeza como tambores, y no dejaba de pensar que quizá.. yo la quería más a ella que ella a mi. Me había vuelto muy dependiente de Bea en todos los aspectos, sin pensar..que quizá la estaba agobiando o que ella podía no sentirse igual que yo. Y eso me asustaba.

La puerta de casa se abrió de par en par y estire la cabeza esperando ver a mi Bea, pero no.. no era ella. Era mi padre. Iba cargado con bolsas del supermercado que dejó en la cocina.

-¿Cómo ha ido?- me preguntó mi padre dejándose caer a mi lado en el sofá. Me limité a secarme las lagrimas y encogerme de hombros.

-Duele- admití no solo por mi pierna.

-Bueno hijo.. ya sabíamos que iba a doler- me recordó mi padre dándome un codazo amistoso- pero poco a poco... llama a tu madre que estaba un poco nerviosa.

Asentí en silencio jugueteando con el móvil y debatiendo si debía llamar a la niñata o no. A veces era mejor darle espacio en estas ocasiones, como en Riad. Pero no quería tampoco que pasara mucho tiempo sin arreglarlo.

-Como vamos a tener noche de chicos-empezó mi padre-bueno, casi chicos.. contando con nuestra Bea, he pensado que podríamos o pedir hamburguesas al sitio este nuevo que te gustaba tanto, o hacer noche de pizza ¿Qué te parece?

-No tengo hambre- respondí sin ganas.Comer era lo último que quería en esos momentos.

-Bueno, pues ¿Qué crees que le puede apetecer más a Bea?- cambió la pregunta.

Dejarme y olvidarse de mi, pensé para mis adentros, pero eso no se o iba a decir a mi padre.

-No lo se papa-zanjé tristón.

Mi padre alzó una ceja algo confuso y miró a mi alrededor.

-¿Y Bea?

Ya estaba tardándo en preguntarme. Me extrañaba mucho que no lo hubiera hecho aun, porque mi padre y Bea se llevaban demasiado bien, y si Bea estuviera aquí ya le debería de haber hecho el parte de como había ido mi recuperación.

-Me ha dejado- admití soltando un grandísimo sollozo.

-Gavi, ¿Qué dices?- ironizó mi padre- Esa niña no te va a dejar así como así, a no ser que hayas hecho alguna tontería...

-Es que la he hecho- admití-o bueno eso creo, no lo se papa.. solo se que no quiero que me deje- lloré acercándome al pecho de mi padre para sollozar- ella es lo único bueno en esta mierda que me esta pasando.. no puedo perderla, la necesito de verdad- seguí llorando como un niño en los brazos de mi padre.No recordaba la última vez que me había roto así delante de mi progenitor, porque siempre iba de duro por la vida, aunque en el fondo todo me doliera.