Destino compartido || Gavi ||

Parte 17-Necesito a Gavi

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NARRA BEA

Leía una vez más el discurso que tenía frente a mi y que mi abogado había preparado. Después de dos largos meses preparando la que sería nuestra defensa, habíamos acabado con este papel. Intentaba memorizarlo, recordando todo lo que pasó en el hospital con Luís, pero entre que no eran mis palabras, y que Gavi no dejaba de resoplar a mi lado, me estaba siendo imposible concentrarme en el papel que tenía delante.

Gavi no quería que testificara en el juicio, ni que Luís estuviera a menos de 2 metros de mi. Tampoco lo podía culpar, porque ahora analizando cada una de sus apariciones, parecía un completo acosador. Primero, todas las veces que se presentó en los restaurantes donde comíamos, luego en la galería de mi madre, hasta en el aeropuerto.. pero lo peor de todo fue lo que intentó hacerme en el hospital. Había bloqueado ese recuerdo por mi salud mental, pero ahora debía recordarlo.

-Es que no me puedo creer que tenga que pasar por eso- se quejó Gavi una vez más- es que no lo entiendo, joder. No quiero que pase por eso.

-Gavi, es lo mejor que puede pasar. Con el testimonio de Bea, nos aseguramos que la orden de alejamiento siga en pie, y además que Luís se pase una buena temporada con servicios a la comunidad o en la cárcel -le volvió a explicar nuestro abogado, pero no lo convenció. El sevillano soltó otro sonoro resoplido y se cruzó de brazos.

-Me da igual, habían más testigos delante. No entiendo porque Bea tiene que volver a pasar por lo mismo otra vez, y encima en su estado-de forma instintiva, puso la mano en mi barrigona de 8 mesecitos. Ya cada vez faltaba menos para el nacimiento de nuestra nena, y yo sentía que iba a explotar. Sabía que cada embarazo era diferente, pero podía decir con exactitud que con Martincito, nunca me sentí tan pesada e hinchada como con la nena. Tenía hambre a todas horas, además de muchos antojos raros.

-No pasa nada cariño, es solo responder un par de preguntas- entrelacé nuestros dedos con una media sonrisa, esperando relajar a Gavi, pero no lo conseguí.

-No me hace ninguna gracia esto, encima juego a las 18.30, y tendré que irme antes-repitió

-Mejor, así ni te enteras- solucioné.

-No, ¿No podrían haber puesto el juicio en otro momento?

-Lo siento Gavi, pero eso no depende de mi y lo sabes- respondió el abogado con una mueca- yo estaré con Bea todo el tiempo, no hay nada de que preocuparse. Lo único, me gustaría compartir con vosotros algo que he encontrado de la investigación.

Nuestro abogado sacó una carpeta y la dejó sobre la mesa.

-No se si es buena idea que Bea vea esto, pero creo que es necesario para entender un poco la situación de Luís, y el por que de sus acciones, aunque no las justifico, pero aquí tenemos "la historia"

-¿De qué estás hablando? -preguntó Gavi confuso, mientras el abogado abría la carpeta y enseñaba lo que parecía un informe de un hospital, acompañado de una foto de una chica joven. Me quedé un rato mirándola, tenía una sonrisa muy bonita, y a penas debía de tener unos 24 años. Era todo lo contrario a mi, muy rubia, con profundos ojos azules.

Sabía que estas cosas eran imposibles, pero juraría que noté un ligero pinchazo en el pecho. Nunca antes la había visto, pero sabía quien era.

-¿Es ella?-pregunté llevando mi mano a la altura de mi corazón. Y es que con todo lo que había dicho Luís, yo había empezado a atar hilos en mi cabeza, y creía entender lo que nos unía a el y a mi.