Destino compartido || Gavi ||

Parte 88- Ya viene

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NARRA GAVI

-Cuida... cuida de el Pablo...promete que cuidarás de el..

Esa frase se clavó en lo más profundo de mi ser al ver como Bea cerraba sus ojitos, y entonces.. retrocedí a todo lo que había pasado en menos de cuatro horas, reviví cada uno de los eventos en orden, por si hubiera podido hacer algo de forma diferente, algo que cambiara lo que estaba pasando frente a mi. 

Salí disparado del estadio, es más me sentí incluso como un conductor de formula 1, porque no recordaba una vez en la que hubiera conducido tan rápido. Perdí la cuenta de todos los semáforos que me salté y de las multas que me caerían por ello, teniendo en cuenta que a penas tenía el carnet desde hacia un año. Pero en ese momento todo daba igual. Solo necesitaba llegar a ella, llegar a mi niña..porque una vez más los había decepcionado. 

Había decepcionado a mi Bea y a mi hijo por no darme cuenta de que no estaban. Por arrestarlo todo por vivir unos momentos de gloria en el campo. Bea no debería haber venido al campo, es más, Bea nunca debió volver a Barcelona hasta que todo el tema de Ana se solucionara. Pero ahora ya no podía hacer nada al respecto. Solo lamentarme y sentirme como una mierda, porque sino llega a ser por Pedri, ni si quiera me habría dado cuenta de que faltaba en el campo. Hubiera pensado que estaba junto a la hermana de Fermín y posiblemente cuando me hubiera dado cuenta de que no estaba, ya habría sido demasiado tarde. 

Habían tantas cosas que hubiera cambiado, pero ya era demasiado tarde, y más aun cuando divisé la figura del canario junto a un coche rojo. El mismo coche rojo que se había estado paseando por las calles de la urbanización de casa. Ahora no tenía la más mínima duda de que fue ella la que seguía observándonos en nuestra intimidad. 

Ana. 

Pensé que estábamos a salvo, pero no fue así.Una vez más me había equivocado. 

Aparqué el coche de malas formas y cuando me acerqué al canario, un escalofrío me recorrió el cuerpo. La ventanilla del conductor estaba rota, con cristales por todas partes, pero no solo eso, había bastante sangre en el suelo.. y me temí lo peor.

-¿Pedri?-pregunté casi sin voz sin apartar la mirada del charco de sangre.El canario estaba junto a la parte trasera del coche, donde una de las puertas estaban abiertas de par en par. Al escucharme, Pedri se giró preocupado indicándome que me acercara al coche. 

Mentiría si dijera que no sentí miedo de lo que pudiera encontrar, más aun después de ver toda esa sangre, pero para mi alivio, mi estaba acostada de lado abrazándose la barriga en los asientos de atrás.

-Bea.. Bea, Bea, joder ¿Qué pasó? mi amor..-ni si quiera sabría explicar todo lo que estaba sintiendo en ese momento.Solo quería abrazarla fuerte y sacarla de allí.

-No reacciona Gavi, no se que le pasa.. me la encontré así- explicó Pedri nervioso-hay sangre en el suelo.. cristales no se..

Le di un empujoncito al canario para acercarme a ella. Era cierto que estaba pálida con los ojos cerrados y super sudada.La ropa se le pegaba a la piel y la pobrecita tenia todo el pelo enmarañado. 

-Bea mi amor.. estoy aquí cariño, soy yo -dejé una caricia en su frente y poco a poco fue abriendo sus ojitos.

-Pablo..eres.. ¿eres tu?- balbuceó confusa.

-Sí amor, estoy aquí, contigo. Soy yo.

-Estoy soñando. No es verdad. No puede ser- lloró volviendo a cerrar los ojos.