Berlín (Selene II; especial spin- off)

338 22 7
                                    

Berlín esa madrugada pensó y pensó, como nunca antes lo había hecho. Algo había en ti que no podía sacarse de la cabeza, y tú, sin querer, le abriste los ojos al confesar tus sentimientos; le hiciste saber que te amaba.

Una llamada lo alerto. Agarro el teléfono y vio el nombre "Camille" en él, sin embargo, no contesto; tiene cosas más importantes de las que ocuparse, o, mejor dicho, personas importantes de las que ocuparse.

7:07 a.m.

Selene fue la primera en levantarse junto a Keila.

—Buen día, a ambas—las dos asienten con la cabeza a modo de saludo.

—Kei, despierta a todos menos a Damián. Tenemos que ir a ver a JK.

—¿Y porque no vas tu sola a verlo? Además, el no tendrá problema en eso. Le mandas mis saludos—tu solo asentiste para irte.

—¿Quién es JK? —pregunto Berlín a la única mujer que quedaba una vez que te fuiste.

—Su amigo.

—No sabía que ella tenía amigos aquí—evidentemente estaba celoso.

—El y ella se conocen desde hace varios años. Se quieren mutuamente—el español cerro el puño al escuchar esas palabras.

—Buen día—saludo Cameron—. ¿Y Selene? —no verla a esta hora se le hizo raro.

—Fue a ver a JK. Yo le dije que fuera sola—justifica al ver que la morocha iba a protestar.

—¿Por qué?

—Tu ya sabes porque, Cameron—la ciudad alemana miraba los monitores haciéndose el tonto, pero solo se ocupaba de escuchar la conversación.

—Claro que lo sé—ambas sonríen cómplices.

—¡Roí, Roí! —Cameron lo sacudió hasta despertarlo.

—¡Ahh! —grito demasiado fuerte, despertando a todos.

—Joder macho, ¿Has visto la hora? —se quejó Bruce—Que dolor de cabeza, tío.

—Dímelo tu a mí—Damián sentía que se moría debido a la resaca.

—Dejen de quejarse. Selene fue a ver a JK—todos se levantaron de un salto para ponerse a preguntar.

—¿A dónde han ido? —Andrés presto atención, eso le interesaba.

—A Notre Dame.

—Joder, Keila—Bruce estaba sorprendido.

—Tengo que salir un momento—todos voltearon a ver al líder, viendo como agarraba sus cosas para irse.

Mientras tanto, estabas disfrutando de una buena vista y una buena compañía.

—And how is everything in Korea? (¿Y qué tal todo por Corea?)—preguntaste, hace mucho no tenías novedades de tus amigos.

—Good. The boys and I are working on a new project. By the way, they say they send you their regards, that they miss you and hope that you return to Korea to visit us. (Bien. Los chicos y yo estamos trabajando en un nuevo proyecto. Por cierto, dicen que te mandan saludos, que te extrañan y esperan que vuelvas a Corea a visitarnos)—sonreíste ante eso, ellos te adoraban y viceversa.

—Well, tell them that I miss them too and that I love them very much. (Pues diles que yo también los extraño y que los quiero mucho.)—JK frunció el ceño.

—But you love me more, right? (Pero, a mí me quieres más, ¿verdad?)—pregunto medio celoso.

--Obvious. (Obvio.)—se abrazaron, pero alguien los hizo separarse.

—My love, who is he? (Mi amor, ¿Quién es él?)—Berlín había llegado a marcar territorio.

—Nice to meet you, I'm JK (Un gusto, soy JK)—se estrecharon las manos.

—A pleasure too, I'm Simon, husband of this beautiful woman. (Un gusto también, soy Simón, esposo de esta hermosa mujer)—abriste los ojos al escucharlo.

—Take care of her. See you later, ____. RM called me. (Cuídala. Nos vemos luego, ____. RM me ha llamado)—te aviso.

—Bye JK. And he serves quickly, maybe RM burned the house down in an attempt to cook. (Bye JK. Y atiende rápido, quizás RM incendio la casa en un intento de cocinar.)—ambos se rieron mientras se despedían con la mano. Una vez él se fue, te fuiste hacia el hotel con el español detrás de ti.

Al llegar, no había nadie en tu cuarto. Viste una nota encima de la mesa de noche.

"Hola, Sel. No hay nadie porque Bruce nos convenció a todos de ir de salir a no sé dónde. Volvemos a las 3 p.m.".

C.

—¿Me vas a ignorar toda la vida, _____? —pregunto el hombre, mirando como te acomodabas.

—En la otra, también, Andrés—el nombrado se desesperó, así que te acorralo contra la pared.

—Déjame en paz, Andrés

—No hasta que escuches lo que tengo para decirte—había determinación en su voz.

—¿Y que me quieres decir?

—Te amo, ______. Tarde más de 3 años en darme cuenta, pero hoy lo sé, y yo quiero que tú también lo sepas—estaba siendo sincero.

—¿Te crees que no me enteré de que tienes algo con la mujer de Polignac? De verdad me decepcionas, Berlín—reíste un poco.

—______, no juegues conmigo—te advierte con seriedad.

—¿Qué me pasara si lo hago? —dices desafiante.

Él te beso con agresividad, apoderándose completamente de tu boca. Tu no podías permitir que llevara el dominio en el juego, así que lo empujaste a tu cama y le quitaste su camisa sin dejar de besarlo. Este te quito los pantalones y la ropa interior con desesperación, anhelaba tanto sentir tu piel y tus caricias, por eso agradeció cuando le quitaste el resto de la ropa y te montaste encima de él de una manera bestial.

—Se..., le..., ne—gimió tu identidad falsa debido al placer, lo besaste enseguida para callarlo.

—Shh, te van a escuchar, gatito—le susurraste de manera seductora, mientras veías lo agitado que estaba y como jadeaba, lo tenías en las nubes.

En un movimiento, estaba encima de ti.

—No voy a dejar que ganes en esto, preciosa—te susurro para quitarte la blusa y el sostén. Quedaste completamente desnuda frente a él.

Comenzó a dejar un camino de besos por todo tu cuerpo, marcándote, haciéndote saber que le pertenecías en cuerpo y alma.

Entro en ti con fuerza y comenzó a embestirte suavemente, para después aumentar el ritmo mientras le rasguñabas la espalda y le mordías el cuello. Esas marcas no iban a desaparecer en un día.

Luego de llegar al orgasmo al compás, ambos se acostaron el uno al lado del otro, estaban cansados.

—Te amo—los dos se besan con amor y ternura.

—Yo también te amo más—te sonríe y acaricia tu cabello—. Tienes que irte, ya van a venir las chicas. —bufo, no quería dejarte.

—Mon amour, ellas no vendrán hasta dentro de un rato. Me quiero quedar contigo un rato más—acaricias su cabello suavemente y le besas la frente.

—Chérie, por más que yo quiera que te quedes, van a venir igual verme. Hagamos un trato, yo hoy le dedico tiempo a las chicas, y mañana te lo dedico solo a ti, ¿Va?

—Vale, pero quiero que me des un beso—le das uno apasionado—. Te amo, _____.

—Yo también te amo, Andrés—se viste y te da un último beso para desaparecer.

Ese día se olvidaron de todo, del atraco, del dolor del amor y de que alguna vez hubo alguien mas en sus vidas.

Los dos entendieron lo que era el amor en ese momento.

La Casa De Papel / One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora