Berlín (París; especial spin-off)

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Emma y Andrés, conocidos como París y Berlín en la banda. Ambos se conocen desde pequeños, por lo que, juntos, son un dúo especial y particular. Se conocían a la perfección, pero tienen un secreto que no se dijeron: sus sentimientos.

Berlín recordaba exactamente el día en el que se enamoró de ella. Estaba vestida con su vestido de 15 años; se veía hermosa esa vez.

Ese amor fue creciendo y creciendo más, hasta el punto de no poder retenerlo en sus almas, pero no podían decírselo porque tenían miedo de que se alejaran para siempre.

—Baby, ¿Qué haces?

—Nada, solo pienso—respondió para acostarse en las piernas de su amiga mientras esta le acariciaba el pelo.

—Baby, pareces un gatito—dijo divertida al escucharlo ronronear ante su tacto—, pero uno muy lindo.

—¿Dormirás conmigo hoy? Di que si—insistió al ver duda en su cara.

—Esta bien, Baby. Me convenciste—Berlín cerro los ojos y sonrió en señal de satisfacción.

—¿Qué te parece si mañana vamos a la torre Eiffel? —hacía tiempo no salían juntos.

—No puedo. Tengo que ayudar a Damián—Berlín abrió los ojos para rodarlos.

—Hace mucho que no salimos juntos, Emma.

—Lo sé, pero no puedo defraudarlo—este se levanta de sus piernas para mirarla y suspirar.

—Bien. Lo entiendo—se acostó en la cama de la mujer. —Buenas noches, París—dijo seco para darse la vuelta.

París se acomodó a su lado.

—Baby, no te enojes conmigo—le pide y el hombre se dio vuelta para mirarla.

—No puedo evitarlo. Hace mucho que no pasamos tiempo juntos—repitió.

—Tú también tienes parte de la culpa. ¿Qué paso que recién hoy apareciste en el hotel?

—No te comportes como una novia encelada, Emma—su tono era serio.

—¿Ves? Después eres tu el que me reclama que no pasamos tiempo juntos—abrió la boca ofendido.

—¿Yo?, ¿Yo tengo la culpa? Te recuerdo que no soy el que descuida nuestra amistad por estar con otra persona que no conozco—mintió.

Pues él también tenía la culpa. Mando a Emma a los brazos de Damián por malgastar tiempo con Camille, descuidando a su amiga.

—Buenas noches—Emma dio final a la conversación.

Al día siguiente, Andrés quería disculparse con ella, pero estaba ocupada con Damián. Sigilosamente se acerco a la puerta entreabierta, escuchando las risas de los dos

—Ya estoy viejo—declaro el profesor universitario entre risas.

—Tienes 40 y tantos años de sabiduría, Damián. Nada más que eso.

—¡Oye! —se ríen—.

Berlín se fue de ahí, completamente derrotado, por lo que pensó en buscar consuelo en Camille, y así lo iba a hacer.

Mientras tanto, Emma se estaba preparando para decirle sus sentimientos a Andrés por consejo de Damián. Cuando estaba lista, iba a ir a la habitación de su enamorado, pero ruidos en la habitación de Bruce la detuvieron; ella sonrió al pensar que Keila lo estaría acompañando; Cameron, Roi y París los shipeaban.

Se acerco lentamente a la puerta para mirar a través de la cerradura. Su corazón hizo: CRACK, al ver que no eran ellos. Eran su amigo y la esposa de Polignac apunto de tener sexo.

La Casa De Papel / One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora