Nairobi y Bogotá IV

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Nairobi y Bogotá, o Dayana y Luis, como se hacían llamar en el país estaban recién despiertos y listos para comenzar un nuevo día. Les había costado manejarse con los horarios, pero se habían acostumbrado.

Era pleno día; eso lo demostraban los pájaros que cantaban alegres en las ramas mientras veían al gato saltando para alcanzarlos (fracasando en cada salto) y a la pareja bañarse en la piscina que tenían en su casa.

—¡Ahh! —exclama la gitana al ser salpicada por Bogotá. —¡Bogotá!

—¿Qué? Solo son gotas de agua. No morirás.

—Pero hacer eso no es bonito.

—Para bonita estas tu.

—No me cambies el tema.

—¿Yo? No, no.

—Pues..., toma esto. —lo salpica a modo de venganza. —Que hermoso es el sentimiento de la venganza. —se ríe. —.

—Ah, ¿sí? —se la devuelve. —Pues tienes razón.

—¡Bogotá!, —su cara era de enojo. —de esta no te salvas. —empezó a nadar detrás de él.

—¡Gato, ayúdame! —pide desesperado, mientras nadaba con todas sus fuerzas.

—Miau.

—Gracias por la ayuda, eh. —el sarcasmo fue evidente.

—Miau.

—Ja. —se burla Nairobi, mientras salía de la piscina.

—¿Dónde vas?

—Adentro. Tengo que cambiarme.

Bogotá se quedó ahí unos minutos para luego seguirla, encontrándola acostada en la cama mientras veía la pared.

Se acostó con ella y esta lo beso. Se merecía un castigo por sus acciones. Luego de un rato estaban sin ropa y besándose como locos

—Que sea la última vez..., que..., me..., haces..., eso. —dice agitada, debido a que el estaba dentro de ella

—No..., lo..., creo.

Ambos después de 4 horas estaban acostados mirándose.

—Recuérdame salpicarte más seguido.

—No lo creo.

A pesar de que a veces el hombre la sacara de quicio, lo amaba con todo su corazón.

La Casa De Papel / One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora