Nairobi

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 Tokio estaba más aburrida que una ostra, por lo que fue a buscar a sus cómplices para un juego que quería hacer desde hace tiempo.

La primera víctima fue Denver, quien estaba hablando con su padre sobre la clase del día.

—Denver, ¿Quieres acompañarme a buscar a los chicos para un juego? —este miro a su padre quien sonrió y asintió dando permiso.

—Vale. Adiós, papa—ambos salen de la habitación.

—¿Qué quieres hacer, Tokio? —pregunto la ciudad ubicada en colorado con total desconfianza mientras iban a buscar a Río.

—Ya verás—responde con picardía.

—<<Dios, si me estas escuchando, por favor, que no haga una locura>>. —ruega al escucharla hablar.

Entraron a la habitación del rizado, quien estaba recién duchado y en ropa interior.

—Hola, Río—saluda Tokio seductora, mientras veía su cuerpo y se relamía los labios.

—Ho- hola—se cubrió rápido con la toalla—. Por algo se toca, ¿Lo sabían? —el ojiazul señalo a Tokio como culpable.

—¿Quieres venir a jugar un juego? —le guiño un ojo.

—No lo sé—se rasca la nuca.

—Venga ya, Río. No me dejes solo con la loca, digo con Tokio—ríe nervioso bajo la mirada asesina de la mencionada.

—Esperad a que me vista—se metió en el baño y salió ya vestido—. Vamos.

Y así, fueron buscando a los que faltaban para ir a la habitación de Tokio.

—¿Qué es lo que vamos a jugar exactamente? —pregunto Nairobi intrigada.

—A meterse al armario por 7 minutos.

—¿No estamos grandes para jugar a eso? —preguntaste obvia.

—Vamos, ______. No seas tan aburrida será divertido —Tokio enredo sus brazos en tu cuello, acortando la distancia entre las dos.

—Esta bien. Jugare solo una vez y me iré.

—Así se habla —te da una sonrisa seductora. Tu la apartas de ti con suavidad.

—Bueno. ¿Quién empieza? —pregunto Nairobi celosa.

—Tu y _____ —hablo Denver.

—¿Y porque no con otra persona? —contradijo Tokio.

—¿Tienes algún problema con eso, Mathilda?

—No, solo estoy preguntando, Excelsa —su duelo de miradas era intenso.

—Tranquilas. No es momento de sacar los bikinis al barro —hablo Berlín divertido, cortando la tensión. Las dos mujeres lo miraron con desprecio.

—Cállate —dijeron al mismo tiempo.

—¿Y ____? —pregunto Aníbal.

—Se fue, Río. La causa fue la pelea de dos mujeres que están enamoradas de ella. ¿No es digno de telenovela? —se rio de sí mismo.

—Hijo de puta —Tokio lo tomo del cuello. Nairobi aprovecho ese despiste para irse e ir a buscarte.

No toco la puerta ni nada, simplemente entro.

—¿Qué paso, Nairobi?

—Nada. ¿Por qué te has ido? —se acostó a tu lado. Te alejaste un poco —. ___, que no te voy a morder.

—Contestando a tu pregunta: tenia cosas que hacer y por eso me fui.

—¿Tuviste una mala impresión? Que vergüenza.

—Tranquila. Aun me quedan 3 meses para formar una impresión tuya —le sonreíste.

Nairobi se sintió en calma. Ahora sabía que podía hacer que te enamoraras de ella, y tenia 3 meses para conseguirlo. Ella te haría feliz.

Holaaa, que onda? Les quería avisar que hay nueva novela, esta vez con Berlín. Arriba les deje la portada. 

Espero que le den mucho amor. Besukis 



La Casa De Papel / One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora