Denver

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Varios años atrás

Un Daniel de 10 años se encontraba nervioso, hoy sería su primer día de colegio.

Eras su vecina y le enseñabas lo que te enseñaban a ti. A duras penas entendía, pero le gustaba escucharte.

—Dani —apenas escucho tu voz en el pasillo fue corriendo a abrazarte.

—________.

—Ven que te muestro el cole —le diste un recorrido breve antes de que tocara el timbre para la entrada.

—Joder, ____. Que esto es mu' grande. Si no me acompañas me perderé.

—Hay planos del colegio en todas partes —señalas uno —. No te perderás.

—Sabes mu' bien que yo no entiendo na' de esa cosa —reíste.

—Ay, Dani.

Entraron a clases donde se sentó contigo, ya que siempre estabas sola.

—Ella es la señora Gertrudis. Profe de matemáticas —susurras al ver entrar a la señora regordeta, con el pelo teñido de rubio y cargando carpetas.

—Ya la he liao' —era muy malo en matemáticas.

—Tranquilo. Solo no hagas nada que ella no te pida.

—Hoy tenemos alumno nuevo. Preséntate —tu amigo se levantó.

—Mi nombre es Daniel —se devolvió a su sitio.

—Que breve —levanto las cejas y saco su cuaderno.

Las clases siguieron hasta la hora del receso.

Se sentaron en la mesa a un lado de la ventana, permitiendo que pudiesen admirar el paisaje gris.

—Ey, nuevo. No te sientes con ella. Es muy rarita. Ven y siéntate con mis amigas, mejor.

—Deja de molestar, Taina —le pides comiendo de tu barra de chocolate.

—¿Qué le estas diciendo a mi amiga, rara?

—¿Qué le estas diciendo tu a mi amiga, pelo teñido?

—Daniel, cálmate —tomaste su brazo, pero era tarde. Ya le había metido un puñetazo.

La sangre corrió por la mejilla de Tomas, quien no escondió su furia y trato de devolvérselo, pero fallo. Daniel lo tomo del cuello.

—Si te metes con ella, te metes conmigo. ¿Has entendido?

—¿O si no qué?

Se le había colmado la paciencia, así que le metió un puñetazo, sacándole uno que otro diente.

—Daniel, suéltalo —te metiste entre los dos, cuando este lo bajo.

—ERES UN PUTO LOCO —exclama para salir corriendo.

Fin del Flashback

—Desde entonces el niño vive comiendo sopa —Cincinnati río al entender la anécdota que su padre y tía le contaban.

—Te ha tocado un padre loco —acariciaste su pancita haciéndolo reír.

Viste la cara de Estocolmo. Se notaban sus celos a la legua.

—Estocolmo, acompáñame un rato —asiente y van a tu habitación, donde se sientan en la cama quedando enfrentadas —No trato de robarte a Den.

—¿Entonces porque estas tan cerca siempre?

—Solo somos amigos. No trato de separarlos y deshacer su familia, al contrario, solo busco unirlos más —tomaste sus manos —. Porque ese fue el deseo de Moscú. ¿Lo entiendes? Además, eres la mujer que Dani siempre estuvo esperando. Lo último que haría seria separarlos.

—_______, en serio perdón por malinterpretar todo. Yo..., me siento muy avergonzada —su tono lo demostraba.

—Ey, tranquila —levantaste su cabeza suavemente —. ¿Amigas?

—Amigas —te sonrió para abrazarte.

Era cierto todo lo que le contaste, y tú nunca romperías la promesa que le hiciste a Moscú: Cuidar a su hijo y asegurarse de que sea feliz y este bien.

La Casa De Papel / One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora