Berlín

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2 días antes del atraco

Sergio estaba frente a la casa de su hermano y su esposa. Les iba a pedir algo que sabía que ellos podían hacer, costaría, pero podrían.

Toco la puerta. Tu fuiste a recibirlo. Agradeció aquello.

—Hola, Sergio, ¿Cómo estás?

—Bien. Gracias.

—Pasa —te hiciste a un lado.

—Gracias.

—Siéntate donde quieras —te hizo caso.

—¡Ahh! —se escucho el grito de Andrés desde su habitación.

—¿Qué le ha pasado?

—No te preocupes, Sergio. Grito así porque la corbata no le combina con el pantalón —negaron con la cabeza a la vez.

—______, vine aquí porque...

—Hermanito —tu esposo lo interrumpe, llegando a la sala para abrazarlo.

—Andrés —sonreíste con ternura al verlos así.

—Cuéntanos —su hermano tenía algo que decir. Lo intuía.

—Como vosotros sabéis en dos días es el atraco, y quería pediros que finjáis que no os conocéis, por favor —mas que pedido sonó a suplica.

—Hermanito, tu sabes que va a ser complicado para nosotros... —te miro para que continuaras.

—Haremos lo mejor que podamos.

—Gracias, chicos.

Días después, Berlín y tu dejaron de ser una pareja para convertirse en desconocidos.

Había veces que protagonizabas enfrentamientos con Tokio, pero con el resto estabas bien acoplada.

—_____, yo te pregunto algo, ¿Cómo es posible que estes casada con ese carácter que cargas? —ya empezó de nuevo.

Callaste. No ibas a rebajarte.

—¿No piensas contestar?

—No soy la indicada para responderte.

—Entonces, ¿Quién?

—Mi marido, corazón. Como no está, le puedes preguntar al resto —Tokio miro a Denver.

—Pues yo, me casaría con ella por su belleza.

—Me casaría con ella por su inteligencia —hablo Aníbal.

—¿De que hablan? —pregunto Berlín entrando al comedor.

—¿Por qué razón te casarías con _____? —pregunto Tokio

—Por su mirada y forma de ser. Ambas son tan puras y amorosas, que no puedes ser capaz de no sonreír cuando te le acercas o pasa a tu lado. Además, habla bien italiano.

—¿De verdad, ___? —asentiste ante la pregunta de Nairobi —. Quiero escucharte, aunque no te entienda nada —todos los presentes rieron, excepto la pelicorta.

—Amore mio, grazie mille per aver detto quelle parole. Non avrei mai pensato che pensassi questo di me quando mi hai incontrato. (Mi amor, muchas gracias por decir esas palabras. Nunca creí que pensaras eso de mi cuando me conociste).

—Credevo a questo e molto altro ancora. Ciò in cui credo più intensamente è che io ti amo con la forza dei mari, ti amo con l'impeto del vento, ti amo nella distanza e nel tempo

Ti amo ad alta voce e in silenzio

Ti amo tanto

Ti amo tanto.

La Casa De Papel / One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora