Marsella

330 12 2
                                    

 BASADO EN HECHOS REALES OCURRIDOS EN ARGENTINA

21:30 p.m.

Estabas durmiendo tranquilamente hasta que llego una de tus peores pesadillas: el secuestro de tu hermano menor por culpa de la dictadura argentina.

Argentina, 1981

Te estabas preparando para exiliarte a Europa, tus valijas ya estaban armadas y tu pasaporte listo, solo quedaba una cosa: convencer a tus padres para llevarte a tu hermano.

—Mami, quiero llevarme a Federico conmigo hasta que todo se componga. Es un bebé, y correrá peligro si se queda acá.

No, vos sos una pendeja que no quiere quedarse en su patria porque tiene ideas liberales—contraataca tu padre.

—¿Ideas liberales? Por Dios. Estamos en una dictadura-Cívico-Militar donde se están matando, secuestrando y torturando a gente inocente. ¿Eso quieres para tu hijo?, ¿Qué lo maten?, ¿Qué le quiten su identidad? Si es así, sos un hijo de la gran puta— todo eso lo susurras, ya que, si alguien te llegaba a escuchar, tu ibas a ser la que moriría antes.

—Escúchame pendeja de mierda, no te lo vas a llevar. Estamos todos bien acá y si no te gusta, la puerta está abierta—tu padre apoyaba a esos militares que tenían al país sumido en el terror.

El golpe de estado comenzó el 24 de marzo de 1976, desde ahí, no se votó más, se quitaron derechos y nadie podía opinar diferente al gobierno. La constitución no fue respetada y se anuló.

—Me voy mañana. Quédate tranquilo, no voy a molestar más con mis <<Ideas liberales>> —hiciste como que te ibas a tu habitación, pero fuiste a la de tu hermanito.

—Prometo que te voy a venir a buscar —acariciaste la pequeña mejilla del niño, con lágrimas en los ojos, mientras el pataleaba y te miraba extraño

—¿Mmh? —balbuceo y tu sonreíste ante tal ternura, tenías miedo de perderlo.

Al día siguiente, estabas camino a España pensando en todo lo que habías perdido, pero al menos no tendrías peligro de muerte.

3 días después recibiste una llamada de tu casa, era tu padre.

—Padre, ¿Qué quieres? —tu voz sonó dura.

—"Federico y tu madre han desaparecido. Quizás hayan sido secuestrados"—no hablaste. Se te cayo el teléfono—. Tenias razón, _____. Lo lamento mucho, tendría que haberte hecho caso y dejar que te lo llevaras.

—Eso no va a devolverme a mi familia y lo sabes. ¡Te dije, te dije que no era seguro!, ¡Pero no quieres ver la realidad! —cortaste para largar lágrimas.

Te despertaste agitada y sudada. Decidiste salir afuera para tranquilizarte. Te sentaste en el césped mientras la luna te miraba atenta.

—____, ¿Qué haces levantada a estas horas? —la voz de Marsella te sobresalto.

—Nada. Solo pesadillas—se sienta a tu lado.

—Desahógate si lo necesitas. No diré nada de lo que me digas.

—Bueno. ¿Has escuchado hablar de la dictadura militar argentina?

—Si.

—Mi hermano y mi madre fueron desaparecidos. Mi padre me dijo y soñé con eso, por eso estoy levantada a esta hora. Perdí a mi familia y nunca más tuve noticias de mi padre; quedé sola.

—Te entiendo. Yo también quedé solo en la guerra; perdí a mis amigos y luego a Pamuk, mi mascota.

—¿Por eso eres callado? —asiente ante tu pregunta.

—¿Y tu igual?

—Mucho mas que antes.

—Me imagino.

—Por cierto, no le diré nada a nadie.

—Yo tampoco lo hare

—Gracias por escucharme, Marsella. Buenas noches—te sonrió mientras te levantabas.

—Siempre un placer, _____. Buenas noches.

Por primera vez, sentiste que era momento de enterrar el pasado y vivir tu presente.

Y tú presente ya había empezado con secretos y charlas que debías no decir, pero ya te acostumbraste. 

La Casa De Papel / One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora