T/N Male x Draculaura
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Draculaura
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Era una noche especial en Transilvania, una noche envuelta en misterio y magia. La Luna Roja brillaba con fuerza, iluminando el castillo donde se celebraba la fiesta más esperada de todo el año. Vampiros de todas partes del mundo se reunían en esta ocasión, para conmemorar la antigua tradición en la que cada uno de ellos buscaba a su "Pareja destinada", aquella con la que compartirían su eternidad. Las luces cálidas de los candelabros reflejaban una luz suave sobre las personas enmascaradas, creando un ambiente lleno de elegancia y secretismo.
En medio de todo esto, entre los lujos y el bullicio de la fiesta, estaba Draculaura. A pesar de estar rodeada de seres imponentes, la hija del conde Drácula se sentía más pequeña que nunca. Su piel pálida, casi translúcida bajo la luz tenue, brillaba como una luna nueva, y sus ojos púrpuras reflejaban una melancolía que parecía acompañarla a donde fuera. Aunque se encontraba allí por invitación de su querida amiga Elissabat, la futura Reina Vampiro, sentía una soledad extraña, como si estuviera demasiado distante de todos, como si fuera un espectador de la vida que sucedía a su alrededor.
Elissabat, siempre radiante y extrovertida, estaba en su elemento. Rodeada de admiradores, la vampira disfrutaba de cada momento, sonriendo y conversando animadamente con los otros invitados. A menudo, volvían a fijarse en ella, pero Draculaura, con su naturaleza dulce y tímida, observaba en silencio. Estaba acostumbrada a las multitudes, pero esa noche algo en su interior la hacía sentirse distante. Quizás era la presión de estar en un lugar donde todos buscaban pareja, mientras que ella, aunque tan alegre y encantadora, sentía que no tenía la misma suerte.
La pista de baile estaba llena de movimientos gráciles y elegantes. Todos bailaban, parejas perfectamente sincronizadas, deslizando sus pies con suavidad, creando una coreografía tan natural que parecía que el aire mismo les guiaba. Sin embargo, cada vez que Draculaura miraba a su alrededor, sentía cómo su corazón se apesadumbraba al ver que nadie se acercaba a invitarla. No era por falta de belleza o gracia, sino porque algo en ella la hacía invisible para los demás, como si estuviera atrapada en un rincón de su propia timidez.
De pronto, un suspiro escapó de sus labios. Su mirada se posó en un rincón donde la música y la luz parecían converger en una armonía perfecta. Se sintió atraída por la danza de las parejas y por el resplandor de la luna roja, que bañaba todo con un tono escarlata. Pero, al mismo tiempo, una tristeza leve se apoderó de ella, al ver que a pesar de estar rodeada de belleza y celebración, nadie la había invitado a bailar. El corazón de Draculaura latía más lento, como si la esperanza fuera desvaneciéndose poco a poco.
Y en ese momento, algo extraordinario ocurrió.
Una figura apareció desde las sombras de la sala. No podía ver su rostro, pero algo en él la llamó de inmediato. Llevaba una máscara intricada, tan bella como misteriosa, pero lo que cautivó a Draculaura fueron sus ojos. Ojos oscuros, profundos como un abismo en la noche, que brillaban con una intensidad hipnótica. La luz de la Luna Roja parecía resplandecer en sus pupilas, haciendo que el ambiente se sintiera aún más cargado de magia y misterio. Algo en su interior se estremeció al encontrarse con esa mirada.
El vampiro avanzó hacia ella, y sin mediar palabra, extendió su mano. En ese momento, el mundo pareció detenerse. La multitud a su alrededor desapareció, la música se desvaneció, y todo lo que quedaba era él, esa mano que la invitaba a un baile, y su propio corazón que latía con fuerza, como si intentara escapar de su pecho.
Draculaura, sorprendida pero al mismo tiempo ansiosa, no dudó en aceptar la invitación. Una cálida corriente de emoción la recorrió al contacto de su mano con la del vampiro. El roce de sus dedos fue suave, como si todo en el universo hubiera convergido en ese instante. Sin una palabra, comenzaron a moverse al compás del vals. Cada paso que daban era perfecto, sus cuerpos sincronizados con una gracia inusitada. El vals parecía ser la melodía que había estado esperando toda su vida. Se sintió como si estuviera flotando, como si el suelo bajo sus pies ya no existiera, guiada únicamente por la magia del momento.
La Luna Roja, en su máximo esplendor, iluminaba el salón con una luz suave pero intensa, creando un halo que envolvía a las parejas que danzaban. Pero en su caso, todo parecía aún más especial, como si esa luz estuviera dedicada exclusivamente a ellos. El vampiro la guiaba con delicadeza, y ella, con su pequeño corazón acelerado, intentaba seguirle el ritmo. Pero no importaba si no podía ejecutar el paso con perfección, él siempre estaba allí, sosteniéndola, ayudándola a mantener el equilibrio.
Cada giro, cada paso de baile, cada mirada que compartían parecía estar en total sincronía, como si ambos estuvieran predestinados a encontrarse en esa noche tan especial. Draculaura, por un momento, olvidó sus inseguridades. El mundo parecía haberse detenido solo para ellos. El vampiro, aunque enmascarado, tenía una presencia que la hacía sentirse como la única persona en el mundo.
Cuando finalmente la música cesó, se quedaron en el centro de la pista, la respiración entrecortada y las manos aún entrelazadas. La luna roja los iluminaba, dándole al lugar una sensación de serenidad única. El vampiro la miró fijamente a los ojos y, sin decir una palabra, la invitó a seguirlo. Sin pensarlo, Draculaura accedió, siguiéndolo por los pasillos del castillo hasta una habitación apartada. El ambiente en esa sala era mucho más tranquilo. El aire parecía cargado de un silencio suave, un refugio alejado del bullicio de la fiesta.
Se sentaron en un sofá grande y cómodo, y el vampiro, con un gesto que transmitía un respeto profundo, le ofreció una copa de sangre. El aroma era intenso, familiar, pero para Draculaura, algo completamente ajeno. Le dio un pequeño sorbo, pero cuando se la ofreció, ella la rechazó suavemente.
—No bebo sangre—Dijo con una sonrisa triste—No soy como los demás vampiros.
El vampiro, aunque sorprendido, no mostró juicio. Más bien, parecía intrigado—Eso es... curioso—Murmuró, observando con atención sus gestos y su forma de hablar—¿Por qué rechazas algo que está tan enraizado en nuestra naturaleza?
Draculaura lo miró fijamente, como si esa pregunta hubiera tocado un rincón profundo de su alma—Es solo que... no me gusta. La sangre me asusta, y aunque soy un vampiro, siempre he buscado algo diferente. Algo que no sea... tan violento—Su voz sonaba suave, casi como si temiera que sus palabras pudieran decepcionarlo.
El vampiro la miró, pensativo, y luego sacó su teléfono móvil de su bolsillo. Con una sonrisa ligera en su rostro, le ofreció el dispositivo.
—Me llamo T/N—Dijo con una sonrisa tímida—y si no te molesta, me gustaría seguir conociéndote.
El corazón de Draculaura dio un salto en su pecho. La propuesta era tan directa, tan genuina, que no pudo evitar sonrojarse. Sin pensarlo demasiado, aceptó el teléfono y, con una sonrisa tímida, le ofreció su propio número.
—Yo soy Draculaura—Respondió, su voz un susurro de emoción.
Ambos intercambiaron números, un pequeño gesto que marcaba el comienzo de algo más grande, algo que parecía estar escrito en las estrellas. Por primera vez en mucho tiempo, Draculaura sintió que la vida podía ser diferente. Quizá, esta Luna Roja había traído algo más que un baile; había traído una nueva oportunidad.
La conversación siguió fluyendo, llena de risas suaves y momentos de complicidad, mientras la noche se alargaba. Draculaura sentía que, aunque la historia de los vampiros estaba llena de sombras y misterios, tal vez, justo esa noche, la oscuridad se había iluminado con la promesa de algo hermoso y desconocido. Una historia que apenas comenzaba, pero que, en su corazón, sabía que sería eterna.
El destino había decidido que T/N y ella, los dos seres más improbables, caminaran juntos. Y en ese preciso momento, Draculaura supo que había encontrado a alguien que no solo la entendía, sino que, tal vez, le mostraría que incluso en la oscuridad, había luz suficiente para brillar.
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Monster High - One shots
Fiksi Penggemar¡Bienvenidos a este one-shots de Monster High! Espero que les gusten estás minis historias de cada uno de estos personajes. ¡Espero que le gusten!