Monster High - One shots

Frankie Stein

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Frankie Stein

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El sol brillaba intensamente sobre la costa, pintando la arena con tonos cálidos y dorados. Las olas rompían suavemente contra la orilla, arrastrando conchas que brillaban bajo el cielo despejado. Era un día perfecto para desconectarse, y Frankie Stein, junto a sus inseparables amigas, había decidido que la playa era el destino ideal para relajarse y disfrutar de un merecido descanso después de los exámenes en Monster High.

Frankie, aún nueva en el mundo, estaba emocionada por explorar todo lo que este día le ofreciera. Aunque tenía apenas unos días de "Vida" cada experiencia para ella era fresca y emocionante, como las páginas de una revista juvenil que tomaban forma frente a sus ojos.

—¡Vamos, chicas! ¡La playa nos espera! —Exclamó Draculaura con entusiasmo, ajustando su sombrero de paja mientras ayudaba a cargar las bolsas.

Frankie llevaba un traje de baño azul eléctrico con detalles en negro, un diseño inspirado en los rayos que tanto la caracterizaban. Se sentía algo nerviosa mientras caminaba por la arena caliente, preocupada de que su torpeza le jugara una mala pasada. Después de todo, ¿Qué pasaría si perdía un brazo o una pierna en el agua? Aún recordaba el desastre de la última vez que trató de nadar y terminó flotando literalmente.

—Relájate, Frankie. Hoy es para disfrutar, no para preocuparte —Dijo Clawdeen, dándole un amistoso golpe en el hombro antes de correr hacia el agua con Lagoona, quien ya había desaparecido entre las olas.

Frankie sonrió nerviosamente, acomodándose bajo la sombra de una gran sombrilla que Cleo había ordenado instalar, porque según ella "El bronceado perfecto no se consigue sin sombra estratégica."

Mientras Draculaura le ofrecía protector solar y Cleo daba instrucciones a Deuce sobre cómo acomodar sus cosas, el ambiente alrededor comenzó a cambiar. Un murmullo creciente llamó la atención de Frankie, quien alzó la vista para ver de dónde provenía el alboroto.

En el horizonte, justo donde las olas comenzaban a alzarse, una figura se movía con gracia y poder. Era una chica sobre una tabla de surf, surcando el agua con una habilidad impresionante. Sus movimientos eran precisos, cada giro y maniobra ejecutado con una confianza que dejaba a los espectadores sin aliento.

—¿Quién es ella? —Preguntó Frankie, casi sin darse cuenta de que había hablado en voz alta.

Lagoona, que acababa de salir del agua con su cabello rubio empapado y brillante al sol, se giró para mirar a donde apuntaba Frankie.

—Oh, esa es T/N —Dijo con una sonrisa, ajustando las aletas de sus piernas mientras se sentaba junto a Frankie—Es una vieja amiga mía de la Gran Barrera de Coral. Es una piraña, y créeme, en el agua no hay nadie como ella.

Frankie apenas escuchó las palabras de Lagoona. Estaba demasiado absorta observando cómo T/N desafiaba las olas más grandes, girando en el aire y aterrizando con una elegancia que parecía desafiar la gravedad. Cada vez que lo hacía, la multitud reunida en la playa soltaba gritos de admiración.