Capitulo 07| Un tirano, otras reglas, y un nuevo inquilino

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Volví a la casa de la Señora Juana―, quien nos cedió el cuarto de su hijo mayor por unos días―, para contarles a mis hermanos que había obtenido el trabajo. Como he llegado alrededor de las diez de la noche tuve que guardarme la emoción porque todos habían caído rendidos de sueño.

A lo mejor no lo sabes, pero no sabes como uno valora los momentos de sueño de los niños pequeños.

Por cierto, sé que trabajar para Marcel no será nada fácil, pero le he prometido a mis padres que haría todo lo posible para salvar a mis hermanos. De hecho, he resuelto que nunca más volveré a ser como mi antigua yo. Sí, esa tonta que sólo soñaba despierta con cosas imposibles.

Nunca más.

De ahora en adelante seré la hermana mayor que necesitan mis hermanos.

Observo a esos demonios con cierta ternura. ¡Dios! parecen ángeles cuando duermen. No puedo esperar para contarles la noticia; imagino como sus rostros brillaran de alegría al saber que tenemos casa nueva. ¿Sabes una cosa? Creo que ahora estoy empezando a entender porque mis padres los querían tanto, quiero decir...son odiosos pero adorables de una manera jodidamente tierna.

Supongo, que todos los hermanos son así.

De la nada, escucho que la puerta se abre y mis ojos se chocan con los de Joan. Parecía ansioso y a la vez temeroso por saber lo que había pasado.

─Conseguí el trabajo―le dije.

Salimos a la calle y regresamos a la que fue nuestra casa; tenía un enorme cartel de "En venta".

Eso nos rompió el corazón.

Nos escabullimos al jardín y nos sentamos sobre el césped. Recordé las tantas veces que mi padre se sentó a mi lado para conversar, o en todo caso para mandarme a la mierda porque me comportaba como una idiota.

Le conté todo a Joan.

No podía creer lo loco que estaba Marcel.

Nadie lo creería.

Hasta ahora no puedo caer en cuenta que exista alguien como él.

―¿Y qué te ha dicho?―Joan, me pregunta incrédulo.

Por cierto, no puedo creer que tengamos una conversación sin discutir.

Estamos madurando.

Yo más que él.

Pero, debo decir que esta situación nos ha acercado.

Nunca he podido acercarme mucho a Joan. No por nada, pero él se parece demasiado a mi padre. ¿Y adivina una cosa? Mi padre la mayor parte del tiempo me mandaba a la mierda por mi bien (y no es sarcasmo o ironía)

─Tenemos que ser muy cuidadosos─le conteste con sinceridad─. Él es una persona inusual.

Joan, estira sus piernas y pierde su mirada en el vacío. Sé que está asustado, y es normal porque sólo tiene diecisiete años. Sin contar, que entre la sexta y séptima regla de Marcel, cualquiera le coge además de desagrado un poco de terror.

Coloqué mi cabeza sobre su hombro─.No te preocupes. Estaremos bien.

─ ¿Eso crees?

No quería decirle que no tenía idea; se supone que soy la adulta.

─Lo creo.

─Él no parece ser una persona muy amigable.

No, no lo es.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora