Capítulo 69| El primer día, un nuevo compañero y la búsqueda del cambio

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Trabajar.

Trabajar como cualquier persona de este mundo.

No creo que Marcel duré una sola hora en el hospital.

Sin embargo, parece tener mucha determinación; así que podría darle todo un día.

Es gracioso pensar que realmente va a seguir el plan de Gerard.

De hecho, esto es tan extraño que ni siquiera la encargada del personal puede creerlo.

─ ¿Quiere que el Director Marcel trabaje en la recepción? ¿Nuestro querido Director?─ La jefa de persona estaba perpleja al escuchar las palabras de Gerard.

─ Sí. Puede ubicarlo donde crea conveniente.

─ Salvo las cosas relacionadas con limpieza―Marcel intervino, usando ese tono imperioso tan característico en su voz.

─ Dijiste que lo intentarais todo― Gerard dijo, sacando a relucir la promesa de Marcel.

―Estoy segura que puedo encontrar algo para el director― La mujer señaló, con cierto miedo en su rostro―. Hay una vacante en archivos.

― ¿Tendrá compañía? Él no puede estar solo― Gerard mencionó sobre la marcha.

La cara de Marcel es un poema.

Un poema tragicómico.

― Pero...pero― La encargada balbuceó.

― No se preocupe por su "querido director"― Gerard enfatizó divertido―. Él va a estar bien. De hecho, quiero que todos los traten como un empleado más. Si alguien tiene que levantarle la voz, que lo haga. No está aquí como "su querido director" sino como un empleado. Si amenaza o insulta a otro trabajador por favor hágamelo saber al instante. Me encargaré de solucionar el problema personalmente.

La jefa de personal les ha mirado como si hubiesen perdido el juicio.

Ella conoce la personalidad del Marcel.

De las pocas.

En el hospital no todos conocen a Marcel personalmente.

Es decir, los médicos y la gente más cercana a la dirección, sí.

Sin embargo, los empleados que trabajan en la parte más baja de la pirámide no lo conocen personalmente.

No importa.

No es tan relevante.

La jefa de personal decidió ubicarlo en la cocina; su trabajo sería empaquetar la fruta que se coloca en las bandejas para los internos y personal.

Estoy disfrutando esto.

Marcel va a salir corriendo.

Le doy solo diez minutos.

Y esto estoy siendo generosa.

En un salón amplió y bien amueblado unos veinte veinte jóvenes de entre dieciocho y veintidós años estaban listos para empezar su jornada laboral. A Marcel le ha tocado en medio de dos chiquillos de apenas veinte años cada uno. A su izquierda tenía una muchacha de melena rubia y el de la derecha un chaval de facciones fuertes y cabello pelirrojo.

La joven masticaba un chicle de manera frenética haciendo ruidos desagradables. Observó a Marcel de pies a cabeza─ ¿No estás algo mayor para el trabajo?― le preguntó, quizás en un tono muy burlón.

Nunca se es muy mayor para trabajar y ganarse la vida honradamente.

Marcel frunció el ceño.

Esto no va a terminar bien.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora