Capítulo 107| Una confesion, planes y un secreto al descubierto

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Hola, chicos y chicas :)

Regresé.

Perdón por tener esto tan abandonado pero no quería escribirlo a las apuradas y con mala onda solo por publicar, ya que es la edición y tiene que tener congruencia con las cosas que he ido modificando. Antes que nada, gracias a todas las personas que me leen y reelen. Sé que es tedioso esperar pero les agradezco su paciencia infinita. Ahora, estoy de vacaciones del trabajo,  y trataré de cumplir con los capitulos que faltan para el final. Yo calculo que faltan unos quince capitulos, tal vez menos, todo depende de como voy adaptando porque hay partes que son muy cortas que podrian entrar en un solo capitulo y no en tres o cuatro como lo publique cuando lo escribia por primera vez.

Gracias nuevamente a todos los que se pasan por acá.

Pronto tendrán el final.

Nos leemos.


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Marcel está preocupado. Y el asunto debe ser muy grave porque ni siquiera se ha quejado en las últimas veinticuatro horas. Trato de intervenir lo menos posible porque también quiero disfrutar de estas "vacaciones". Y lo digo de esta forma porque descubrí que la razón por la que estamos en Alemania no tiene que ver con descansar y pasarlo bien. Yo lo intento. Pero, no es la razón. Entiendo que los sobrinos de Marcel amen a su hermano y quieran ayudarlo a mejorar su relación con su madre. Sin embargo, estamos hablando de Adrià; alguien que no se lleva bien con la gente en general y menos con su familia. ¿Por qué pretenden que eso no es verdad? Supongo, que no pierden las esperanzas.

― ¿Por qué estás tan callado?― le pregunté a Marcel. Se supone que estamos cenando como los novios felices que hemos decidido ser. No puedo creer que piense esto: Extraño que se queje por todo―. ¿Pasó algo que no sé?

― No es nada importante.

― Si esta fuese otra situación, no te haría más preguntas―le dije. Marcel me ha ayudado tanto que no puedo ignorarlo cuando tiene problemas. Además, de eso se tratan las relaciones: De apoyarse cuando las cosas no están bien―. Pero, estas así desde hace unos días. Dime, ¿Qué es lo que te molesto? O, en todo caso si te hace feliz. ¿Qué hice mal?

― No hiciste nada, tonta― Marcel sonrió por un momento―. Estoy preocupado. Pero, no es algo importante.

―Entonces, ¿Por qué te preocupas?― le cuestioné al instante―. Si no es importante, ¿Por qué prestarle tanta atención? Escucha, lo de los chicos se va a solucionar. No sé cómo...pero tu cuñada no puede estar enojada para siempre.

― Me da igual lo de los chicos― Marcel afirmó―. Es otra cosa. Pero, prefiero no hablar de eso contigo. No quiero preocuparte.

―Si lo dices así me preocupo más y pienso cosas feas―admití. Nunca le niegues el chisme a una persona como yo―. Marcel, creo que tú sabes todo mí; lo bueno y lo malo. No sé qué pasó por tu cabeza cuando decidiste ignorar todo lo malo pero estoy feliz de lo que lo hayas hecho. Entonces, déjame ser capaz de escuchar todo lo bueno y malo que tienes. Alguna vez nos casaremos, seamos del tipo de pareja que se puede contar todo.

Marcel se negó hablar del tema pero insistí tanto como pude. No sé si lo hizo porque estaba cansado de escucharme o porque tuvo la confianza suficiente para hacerlo. Él dijo algo como: "Esto es personal, Clara. No quiero que se lo menciones a nadie". En este punto sentí miedo porque parecía estar ocultando algo terrible, aunque la sola mención de su padre hizo que mis alertas se calmaran.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora