Capitulo 24| Música, sorpresas y una chica linda

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¿Por qué Biel quiere arruinarme la vida?

Me cae estupendo.

No miento.

Me cae bien porque no se mete conmigo.

O, al menos eso pensaba hasta hoy.

¿Por qué estoy diciendo esto?

Vale, que a mí me parece muy bonito que invite a sus amigos músicos, pero lo no que no me gusta es los invite a la casa a sabiendas que su tío, que es casi un detector de ruidos humanos, está en la casa.

Y sí, a mi me daría bastante igual si Marcel lo enviará a la mierda a él.

Pero, ¿Adivina una cosa?

Me manda a la mierda a mí.

Lo sé, me tiene manía.

Estos son los momentos en los que lamento no haber ido a la universidad o hacerme de una profesión que al menos pueda darme dinero.

¿Los vestidos?

Pues, el asunto no va nada bien.

Realmente, ¿Por qué no escuché a mis padres?

O, al menos me hubiese casado con Julián.

¿Te hablé de Julián?

¿No?

¿Sí?

No lo recuerdo.

No importa, te hablaré de él de todas formas.

Pensar que estuve a punto de sacarme la lotería con él.

Suspiros de ex arrepentida.

El asunto es que él me propuso matrimonio y lo rechacé de una forma muy cruel.

Es que no se rendía.

Le dije que no unas tres o cuatro veces.

Incluso se lo dijo a mis padres.

Debí saber que su insistencia era una señal.

Pero, yo estaba en las nubes y creyendo que realmente un tipo con dinero tocaria mi puerta y me rescataría de mi triste vida de pobre.

Soy dramática.

No me hagas mucho caso.

Pero, ¿Cómo iba yo a saber que esa pequeña tienda se volvería toda una cadena de farmacias?

¡Hija mía!

¡Que me da un paro!

Tres meses después de rechazarlo su familia puso tropecientas sucursales en todo el país.

Por dignidad no lo volví a llamar.

Ganas no me faltaron.

Pero, siempre digna, nunca indigna.

Además, después de la tercera vez que escuché su correo de voz, supe que no debía seguir insistiendo con lo que no pudo ser.

En fin.

Ahora, estoy condenada a soportar a Marcel.

Mentira.

Digo, ahora estoy escuchando detrás de la puerta de la improvisada sala de ensayo, que Biel organizó para sus amigos en una de las habitaciones de huéspedes. Y, sé que debería decirles que bajen el volumen, se supone que soy la adulta que pone las reglas, pero son muy buenos y no quiero dejar de escucharlos.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora