Capitulo 18| Deseos, sorpresas y un plan

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Las personas optimistas siempre lo dicen: "Quizás algo mejor está a la vuelta de la esquina".

Estoy empezando a preguntarme si la dichosa esquina está en otra ciudad o no existe.

No quiero sonar pesimista.

Pero, desde que abandonamos la casa de Marcel las cosas no han salido como esperaba; no he conseguido un trabajo de tiempo completo y la dueña del edificio donde vive Ana nos echó a la calle.

La única cosa "buena" que nos ha pasado últimamente es que Roc nos ha dejado quedarnos indefinidamente en su piso. Pero, eso no soluciona exactamente mis problemas, es decir, aunque Roc y su hermana sean las personas más encantadoras del mundo, no creo que podamos quedarnos toda la vida con ellos.

Ana me dijo que sus padres estarían encantados de recibirnos en su casa.

¿El problema?

El lugar es un pueblo bastante retirado de la ciudad principal.

Y, no estoy quejándome por el asunto de que es un pueblo pequeño en el medio de la nada.

Me encantaría ir.

Pero, es un sitio donde no se consigue trabajo solo porque sí.

No quiero ir a un sitio a ser una carga (aprendí la lección).

Ana también me habló sobre buscar otros horizontes, y con eso me refiero a buscar trabajo en Francia o Portugal. Pero, no tengo el dinero o conocidos suficientes para arriesgarme de esa manera. Sin contar, que me gastaría mucho dinero tratando de poner al día los papeles de los niños.

Siempre hemos sido pobres.

Mi padre nunca gastaría un céntimo en pasaportes para viajes que nunca iban a suceder (o al menos que él pagaría).

En fin.

Hoy, ahora mismo, estoy en el hotel del hermano de Marcel.

¿Qué mierda hago aquí?

Ni siquiera yo lo sé.

Mentira.

Ana me llamó y me pidió que pase por algunas cosas (alimentos) que les ha comprado a los niños.

Esa mujer se merece el cielo.

Ella sí es una amiga de verdad.

Bien, retirándome en paz, o más bien a hurtadillas, para que no me pesque nadie de la familia de Marcel, ¿adivina que pasó?

No, no tuve el horror de encontrarme con Marcel.

Pero sí, tuve la mala suerte de encontrarme con Lucía.

Lo que me faltaba.

Crucé a su lado sin decir una sola palabra, entonces ella me susurra en voz baja─. Me enteré que Marcel se echó de su casa.

Diré que me sorprendió escucharla conmovida, es decir, me pasan tantas cosas malas, que no me sorprendería escuchar burlas de su parte.

─Sí...las cosas no salieron muy bien─ murmuré con vergüenza.

Nos quedamos en silencio.

No somos amigas.

No somos nada.

Solo ex compañeras de trabajo (que nunca conectaron bien)

─Creo que se hace tarde─ dije, buscando escapar a pasos rápidos.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora